La asociación entre la COVID-19 y las sobreinfecciones fúngicas invasivas ha sido claramente descrita. Hasta este momento
se han identificado múltiples factores de riesgo para desarrollar una infección fúngica secundaria.
Los dispositivos cardiovasculares implantables como los marcapasos, desfibriladores, resincronizadores entre otros, son opciones
terapéuticas cada vez más utilizadas en cardiología. Sin embargo, las infecciones asociadas son una complicación informada
entre 1,4% a 1,6%.