El entrenamiento de fuerza en cualquier momento de la vida se relaciona con menos riesgo de dolor de rodilla y osteoartritis, en contra de las persistentes suposiciones de efectos adversos.[1]
¿Por qué es importante este estudio?
El estudio es el primero en el que se examina el efecto del entrenamiento de fuerza sobre la salud articular de la rodilla en una muestra de población comunitaria no seleccionada por antecedentes de levantamiento de pesas de élite.
Metodología
Los investigadores revisaron los datos sobre entrenamiento de fuerza y dolor de rodilla de 2.607 adultos. Utilizaron el Historical Physical Activity Survey Instrument para evaluar el impacto de este tipo de entrenamiento durante cuatro periodos (12 a 18 años, 19 a 34 años, 35 a 49 años y 50 años y más).
Los participantes se inscribieron en Osteoarthritis Initiative, un estudio multicéntrico, prospectivo y longitudinal; 44% eran de sexo masculino, la edad promedio era de 64,3 años y el índice de masa corporal medio era de 28,5 kg/m2.
El entrenamiento de fuerza se definió como expuestos y no expuestos, y se dividió en terciles bajo, medio y alto para los expuestos; un total de 818 individuos estuvieron expuestos al entrenamiento de fuerza y 1.789 no estuvieron expuestos a este.
Los criterios de valoración principales fueron dolor frecuente de rodilla, osteoartritis radiográfica y osteoartritis radiográfica sintomática.
Resultados principales
En general, el entrenamiento de fuerza en cualquier momento de la vida se asoció con una menor incidencia de dolor frecuente de rodilla, osteoartritis radiográfica y osteoartritis radiográfica sintomática, en comparación con la falta de entrenamiento de fuerza (odds ratios: 0,82, 0,83 y 0,77, respectivamente).
Cuando se separaron por terciles, solo el grupo de alta exposición presentó una reducción significativa de las probabilidades de dolor frecuente de rodilla, osteoartritis radiográfica y osteoartritis radiográfica sintomática, con odds ratios de 0,74, 0,70 y 0,69, respectivamente; apareció una relación dosis-respuesta para las tres condiciones experimentales, para las que los odds ratios más bajos estuvieron en los grupos de mayor exposición al entrenamiento de fuerza.
Los hallazgos fueron similares para los diferentes rangos de edad, pero la asociación entre el entrenamiento de fuerza y dolor de rodilla menos frecuente, menos osteoartritis radiográfica y menos osteoartritis radiográfica sintomática fue más fuerte en los grupos de mayor edad.
Limitaciones
El diseño observacional y la población de estudio autoseleccionada de los participantes en el entrenamiento de fuerza podrían sesgar los resultados.
Se necesita más investigación para explorar las asociaciones entre el entrenamiento de fuerza y la osteoartritis de rodilla en los que comenzaron su entrenamiento a una edad más temprana.
Conclusiones
"Nuestros hallazgos apoyan la idea de que la comunidad médica debería animar proactivamente a más personas a participar en el entrenamiento de fuerza para ayudar a reducir su riesgo de osteoartritis y otras enfermedades crónicas", afirmaron los investigadores.
El estudio fue financiado en parte por el VA Health Services Research and Development Center for Innovations in Quality, Effectiveness, and Safety del Michael E. DeBakey VA Medical Center de Houston y por donaciones al Tupper Research Fund del Tufts Medical Center. La Osteoarthritis Initiative cuenta con el apoyo de los Institutos Nacionales de Salud; entre los socios financiadores privados se encuentran Merck Research Laboratories, Novartis, GlaxoSmithKline y Pfizer. Tres autores declaran tener relaciones económicas con múltiples empresas farmacéuticas.
Este contenido fue publicado originalmente en la edición en inglés de Medscape.
CRÉDITOS
Imagen principal: Antoniodiaz/Dreamstime
Medscape © 2023
Citar este artículo: El ejercicio de fuerza favorece la salud de la rodilla y reduce el riesgo de osteoartritis - Medscape - 16 de nov de 2023.
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