El tratamiento en universidades y centros académicos puede estar asociado con una reducción de las disparidades raciales o étnicas en los eventos cardiovasculares adversos mayores o la mortalidad por enfermedades cardiovasculares a largo plazo entre mujeres con enfermedad arterial coronaria obstructiva, sugiere una nueva investigación.[1]
Un análisis de 364 mujeres con enfermedad arterial coronaria obstructiva encontró que la raza negra se asociaba con el mismo riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores (hazard ratio [HR]: 0,87), después del ajuste por edad y factores de riesgo cardiovascular, y un riesgo similar de mortalidad por enfermedades cardiovasculares (HR ajustado por edad: 1,56) que las personas que no eran de raza negra.
"Fue sorprendente descubrir que, a pesar de que las mujeres negras tenían una carga relativamente mayor de factores de riesgo cardiovascular y una posición socioeconómica más baja en general, en comparación con las mujeres no negras, los desenlaces de las enfermedades cardiovasculares a largo plazo fueron similares", dijo a Medscape Noticias Médicas la autora principal, Dra. Judy M. Luu, Ph. D., científica junior del McGill University Health Centre en Montreal, Canadá.
"Este punto clave respalda áreas emergentes de intervención que podrían impactar los desenlaces, incluida la educación", agregó. "También apoyó la hipótesis de que otros factores de riesgo contribuyen a las enfermedades cardiovasculares, más allá de los tradicionales, quizás incluyendo la experiencia de racismo sistémico".
El estudio fue publicado en versión electrónica el 25 de octubre en Canadian Journal of Cardiology.[1]
Desenlaces similares
Los investigadores estudiaron a 944 mujeres (edad promedio: 58 años; 17% negras no hispanas) inscritas en el ensayo Women's Ischemia Syndrome Evaluation (WISE). De las 944, más de un tercio (38%) tenía enfermedad arterial coronaria obstructiva.
Entre las participantes con enfermedad arterial coronaria, las mujeres de raza negra (edad promedio: 59 años) tenían un índice de masa corporal más alto (31,4 frente a 28,8), una mayor prevalencia de presión arterial alta (89,7% frente a 63,5%) y tasas más altas de uso de inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) o bloqueadores de receptores de la angiotensina II (82,6% frente a 63,4%) en comparación con mujeres no negras. El uso de estatinas, betabloqueadores, bloqueadores de los canales de calcio y terapia de reemplazo hormonal no difirió entre las mujeres negras y las no negras.
Además, una mayor proporción de mujeres negras tenía niveles más bajos de educación (50% frente a 18,5%), niveles más bajos de ingresos y seguro médico público.
El desenlace primario, los eventos cardiovasculares adversos mayores, incluyó mortalidad por todas las causas, infarto de miocardio no fatal, ictus y hospitalización por angina o insuficiencia cardiaca. Este resultado se presentó en 47 mujeres negras (68%) con enfermedad arterial coronaria y 173 mujeres no negras (58,6%) con enfermedad arterial coronaria.
Entre las pacientes con enfermedad arterial coronaria, la raza negra se asoció con el mismo riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores (HR ajustado por edad: 1,15). Después de tener en cuenta la edad y los factores de riesgo cardiovascular, el hazard ratio ajustado fue de 0,87, impulsado en gran medida por la hospitalización por angina (50,7% en mujeres negras frente a 33,8% en mujeres no negras).
La edad y el Duke Activity Status Inventory fueron predictores independientes de eventos cardiovasculares adversos mayores a largo plazo a los diez años para ambos grupos. Sin embargo, la raza o el origen étnico no fueron predictores.
Además, el uso de inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina/bloqueadores de receptores de la angiotensina II, betabloqueadores, bloqueadores de los canales de calcio o terapia de reemplazo hormonal no predijo los resultados. El uso inicial de estatinas, la excepción, se asoció con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores en el modelo ajustado (HR: 1,62).
La raza negra también se asoció con un riesgo similar para el desenlace secundario, la mortalidad cardiovascular, con un hazard ratio ajustado por edad de 1,56.
"Postulamos que las mujeres negras con enfermedad arterial coronaria tratadas en centros universitarios/académicos experimentan menos discriminación racial y étnica y reciben una terapia adecuada de acuerdo con las guías clínicas", escribieron los autores. "Se deben instituir campañas educativas para médicos y comunidades para mitigar el racismo estructural en las enfermedades cardiovasculares en entornos de atención médica comunitaria".
"Existen numerosos informes de que la calidad de la atención y los desenlaces resultantes son mejores en entornos académicos de atención médica, a pesar de la capacitación de los estudiantes de medicina y de los médicos y enfermeras que a veces puede conducir a más errores", dijo a Medscape el coautor del estudio, Dr. Noel Bairey-Merz, director del Barbra Streisand Women's Heart Center del Cedars-Sinai Medical Center en Los Ángeles, Estados Unidos. "Estos estudios respaldan la afirmación de que la atención de alta calidad que mejora los resultados se puede aprender y no es inherente ni se debe a la magia".
En un estudio propuesto, la Dra. Luu, que es copresidenta de la Canadian Women's Heart Health Alliance, y sus colegas buscan desarrollar "una herramienta integral y mejorada de evaluación de riesgos de prevención primaria para mujeres a lo largo de su vida que considere la relación entre el sexo, género, factores psicosociales, ambientales y posición socioeconómica, factores de riesgo sobre los que no se pregunta habitualmente durante un examen médico".
La Canadian Women's Heart Health Alliance "ha preparado recursos en 17 idiomas para crear conciencia sobre las enfermedades cardiovasculares de las mujeres y reducir las barreras para aquellas que pertenecen a diferentes etnias", añadió. Ella sugiere que, entre otras estrategias, los médicos utilicen con regularidad Google Translate u otro software de traducción en sus consultas.
Se necesitan ensayos prospectivos
"El reducido tamaño de la muestra y el hecho de que no se incluyeron otros factores de riesgo cardiovascular relevantes, previamente asociados con eventos cardiovascular adversos, representan limitaciones significativas de este estudio", opinaron la Dra. Amélie Paquin, MSc, del Quebec Heart and Lung Institute, y sus colaboradores en un editorial adjunto.[2]
"Por ejemplo, en este análisis secundario no se abordaron los perfiles de lípidos y glucosa, los resultados adversos de embarazos previos y los hábitos de estilo de vida. Tampoco se proporcionó información sobre la gravedad de la enfermedad arterial coronaria. Estos elementos podrían haber influido en la incidencia de los desenlaces de eventos cardiovasculares adversos mayores de manera diferencial entre mujeres de raza negra y no negra".
Sin embargo, agregaron, "Este estudio… es de gran interés, ya que el autor plantea una pregunta importante y aún sin respuesta, relacionada con el impacto de la calidad de la atención en los resultados cardiovasculares entre las mujeres negras: ¿Los centros académicos brindan una atención cardiovascular más inclusiva que los centros comunitarios?".

Dra. Roxana Mehran
Al comentar el estudio para Medscape, la Dra. Roxana Mehran, directora de investigación cardiovascular intervencionista y ensayos clínicos de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, dijo: "Lamentablemente, este estudio carece del suficiente poder para responder las preguntas relacionadas con las mujeres no blancas con enfermedad arterial coronaria. Si bien no observan diferencias en los resultados de estas mujeres comparados con los de las mujeres blancas, eso no significa que la diferencia no exista. Ha llegado el momento de que nos centremos en ellas y conduzcamos estudios capaces de responder a esta importante pregunta". La Dra. Mehran no participó en la investigación.
"Necesitamos ensayos prospectivos que incluyan un gran número de mujeres diversas", afirmó. "En este punto, todavía no tenemos claro si existen disparidades en el tratamiento de la enfermedad arterial coronaria en mujeres no blancas".
El estudio fue apoyado por contratos de US National Heart, Lung, and Blood Institutes, una subvención del General Clinical Research Center del National Center for Research Resources, National Center for Advancing Translational Sciences, Department of Defense, Gustavus and Louis Pfeiffer Research Foundation, Women’s Guild of Cedars-Sinai Medical Center, Ladies Hospital Aid Society of Western Pennsylvania, QMED, Edythe L. Broad y Constance Austin Women’s Heart Research Fellowships, Cedars-Sinai Medical Center, Barbra Streisand Women’s Cardiovascular Research and Education Program, Cedars-Sinai Medical Center, Society for Women’s Health Research, Linda Joy Pollin Women’s Heart Health Program, Erika Glazer Women’s Heart Health Project y Adelson Family Foundation.
La Dra. Luu ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. El Dr. Bairey-Merz es miembro de la junta directiva y posee acciones de iRhythm, y es consultor de SHL Telemedicine. La Dra. Paquin y sus colaboradores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Esta noticia fue publicada originalmente en la edición en inglés de Medscape.
CRÉDITOS
Imagen principal: iStock/Getty Images
Figura 1: Dra. Roxana Mehran
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Citar este artículo: ¿Varían los resultados según la raza de las mujeres con enfermedad arterial coronaria obstructiva? - Medscape - 15 de nov de 2023.
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