SÍNTESIS CLÍNICA

Diabetes y fibrilación auricular no valvular en México: los registros nacionales indican una alerta roja

Guillermo Cárdenas Guzmán

Conflictos de interés

9 de noviembre de 2023

Una revisión que analiza los factores de riesgo de fibrilación auricular e ictus, con enfoque en la diabetes de tipo 2 y revisa las evidencias para el tratamiento óptimo de pacientes con fibrilación auricular no valvular en México encontró lo siguiente:[1]

  • La creciente incidencia de diabetes de tipo 2 y fibrilación auricular explica la coexistencia de ambas afecciones con un riesgo más elevado de ictus en un número significativo de pacientes.

  • En la población mexicana los factores de riesgo más frecuentes para fibrilación auricular son hipertensión, diabetes de tipo 2 e insuficiencia cardiaca.

  • En el caso de diabetes como factor de riesgo de ictus en fibrilación auricular no valvular: tener diabetes de tipo 2 y ser mayor de 65 años de edad confieren mayor riesgo.

¿Por qué es importante este estudio? 

  • La fibrilación auricular está presente en 3,8% de las personas mayores de 60 años. Casi medio millón de individuos podría sufrir de este tipo de arritmias en México y su prevalencia sigue aumentando.

  • En la población de mayor edad la fibrilación auricular no valvular representa alrededor de 85% de los casos en México.

Metodología

Resultados principales

  • CARMEN-AF: la principal comorbilidad fue hipertensión (72,5%), seguida de diabetes de tipo 2 (28,4%) e insuficiencia cardiaca (23,6%). La fibrilación auricular paroxística fue más prevalente en mujeres (40,6%), mientras que la fibrilación auricular permanente fue más prevalente en hombres (44%). Los factores de riesgo como el tabaquismo, el alcoholismo, la enfermedad de las arterias coronarias, la apnea obstructiva del sueño y la diabetes fueron más comunes en los hombres.

  • REMECAR: destacó la asociación de fibrilación auricular, diabetes de tipo 2, hipotiroidismo, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) e insuficiencia cardiaca, en hombres y mujeres menores de 60 años.

Tratamiento

  • REMEFA: pacientes tratados con estrategias de control de la frecuencia eran mayores (68 años ± 13) que aquellos manejado con control del ritmo (64 años ± 14 años); y eran más propensos a ser diagnosticado con fibrilación auricular no paroxística (91%), enfermedad válvular cardiaca (42%), insuficiencia cardiaca (25%) y diabetes de tipo 2 (25%). Después de un año de seguimiento, se presentó ictus en 3% de los pacientes tratados con control de la frecuencia y el 1% de los tratados con control de ritmo.

  • GLORIA-AF: baja tasa de ictus isquémico y reacciones adversas asociadas al tratamiento anticoagulante con dabigatrán.

  • CARMEN-AF: 16,4% de los pacientes no recibió tratamiento antitrombótico, 19,4% tuvo un tratamiento con antiplaquetarios, 34,6% con anticoagulantes orales directos y 29,2% antagonistas de la vitamina K. La edad avanzada se asoció con la ausencia de tratamiento y el uso de antiagregantes plaquetarios, y el uso de antagonistas de la vitamina K tuvo una relación inversa con la edad. La prescripción de anticoagulación directa fue igual entre los grupos de edad. La selección del tratamiento antitrombótico también se vio influida por el tipo de fibrilación auricular y un número preocupante de pacientes de alto riesgo no fueron no se trataron de forma óptima.

Diabetes

  • Existe evidencia de que optimizar el manejo de la diabetes de tipo 2 reduce el riesgo de desarrollar fibrilación auricular, lo que se atribuye al hecho de que algunos fármacos para la diabetes muestran propiedades antiremodelantes y podrían tener efectos directos benéficos en los mecanismos de fibrilación auricular. Por ejemplo, metformina reduce la rabdomiólisis y el estrés oxidativo. Los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2 pueden revertir la disfunción mitocondrial. En ensayos clínicos se ha observado que los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina y los bloqueantes del receptor de angiotensina 2 reducen la incidencia de fibrilación auricular.

  • La hipoglucemia inducida por insulina ha sido asociada con mayor incidencia de fibrilación auricular.

Conclusiones

La diabetes de tipo 2 es un factor de riesgo independiente altamente consistente para ictus y en la población mexicana se suma además la fibrilación auricular para incrementar el riesgo del mismo.

Aunque los anticoagulantes orales directos ofrecen un perfil de tratamiento seguro en la mayoría de los estudios, incluyendo a la población latinoamericana, un número significativo de pacientes no recibe tratamiento adecuado y, por tanto, tiene un riesgo elevado de ictus, lo cual constituye una alerta roja si se considera el alto puntaje que tiene esta población en la escala de riesgo tromboembólico CHA2DS2- VASc.

Comentario

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