SÍNTESIS CLÍNICA

Tratamientos nuevos para la miastenia gravis

Carlos Sierra Sanchez

30 de octubre de 2023

Una revisión sobre los tratamientos nuevos que mejoren el manejo clínico de la miastenia gravis destacó las terapias: de eliminación de células B, de inhibición del complemento, dirigidas a las células T y a los antagonistas del receptor neonatal Fc (FcRn).[1]

¿Por qué es importante este estudio?

  • La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune mediada por anticuerpos que afecta a la función de la unión neuromuscular, resultando en debilidad fluctuante de los músculos oculares, faciales, bulbares, de las extremidades y respiratorios.

  • Muchos pacientes responden bien a tratamientos estándar, como inhibidores de la colinesterasa, corticosteroides e inmunosupresores, pero un porcentaje significativo (entre 8,5% y 15%) sufre diversos grados de discapacidad debido a síntomas clínicos insuficientemente controlados o efectos secundarios inaceptables. Estos pacientes pueden llegar a sufrir una discapacidad significativa y hospitalizaciones recurrentes, con una tasa de mortalidad aproximada de 2%; en estos los tratamientos nuevos y en desarrollo tienen un papel fundamental.

Resultados principales

  • Eliminación de células B: rituximab, anticuerpo monoclonal, ha mostrado eficacia en pacientes con miastenia gravis generalizada y miastenia gravis asociada a anticuerpos anti-MuSK con tasas de remisión y mejoras clínicas significativas.

  • Inhibidores del complemento: eculizumab, anticuerpo monoclonal, ha sido aprobado recientemente por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos para su uso en pacientes con miastenia gravis generalizada asociada a anticuerpos anti-AChR. Su estudio pivotal para evaluar el efecto no logró su objetivo primario, análisis posteriores respaldan su eficacia en la mejoría de los síntomas.

  • Inhibidores del complemento: ravulizumab, inhibidor del complemento C5 de acción prolongada diseñado sobre la base de eculizumab, también recientemente aprobado por la FDA de Estados Unidos. Su estudio de fase 3, que evaluó la seguridad y eficacia de ravulizumab en pacientes con AChR y miastenia gravis generalizada, mostró una mejora significativa desde la primera semana después del inicio del tratamiento y que se mantuvo hasta la semana 26.

  • Antagonistas del receptor neonatal Fc (FcRn): efgartigimod alfa, fragmento de IgG1 Fc, ha sido aprobado por la FDA de Estados Unidos para tratar la miastenia gravis asociada a anticuerpos anti-AChR tras mostrar resultados positivos. Otras terapias bloqueantes del FcRn, como rozanolixizumab, también están en desarrollo.

  • Tratamientos dirigidos a las células T: satralizumab, anticuerpo monoclonal que inhibe la señalización de la interleucina-6, está siendo evaluado y la terapia con células T con receptor de antígeno quimérico (CAR-T) cuenta con un ensayo clínico en curso.

Conclusiones

El tratamiento de la miastenia gravis está evolucionando rápidamente, con desarrollos particularmente notables para los pacientes con AChR y miastenia gravis generalizada de moderada a grave. Al observar los tratamientos aprobados recientemente por la FDA de Estados Unidos y los nuevos tratamientos en el horizonte, la selección del tratamiento ideal puede parecer intimidante. Asimismo, aunque es tentador hacer comparaciones de eficacia entre diferentes ensayos clínicos, especialmente cuando se utilizan los mismos criterios de valoración primarios y secundarios, se recomienda precaución; es probable que las diferencias en las características iniciales de los pacientes, incluido el estado de los anticuerpos, la gravedad de la enfermedad, los fármacos concomitantes al ingresar al ensayo, los tratamientos farmacológicos intentados previamente y la duración del tiempo transcurrido desde la timectomía, signifiquen que los resultados no sean directamente comparables.

Finalmente, la incorporación de nuevas terapias requerirá una evaluación exhaustiva de los costes frente a los beneficios, los riesgos potenciales, las preferencias de los pacientes y las comorbilidades médicas. Teniendo en cuenta los elevados costes de estos nuevos tratamientos, aún está por ver si sustituirán al tratamiento tradicional de primera línea. Además, no se ha determinado la eficacia, seguridad y tolerabilidad a largo plazo de estos tratamientos.

Este contenido fue originalmente publicado en Univadis España, parte de la Red Profesional de Medscape.

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