Se sabe que las almendras y el aceite de almendras tienen actividad antiinflamatoria, antihepatotoxicidad y estimulan la inmunidad.[1] La semilla del almendro (Oleum amygdalae), originaria de Irán y partes del Levante, contiene grandes cantidades de fenoles y polifenoles, ácidos grasos y vitamina E, los cuales ejercen actividad antioxidante.[2,3,4,5] Se ha descubierto que estas semillas tienen un impacto sustancial sobre los lípidos séricos.[4] Las características emolientes y esclerosantes también se han relacionado con el aceite de almendras, que se ha descubierto mejora la tez y el tono de la piel.[5]Significativamente, los estudios in vitro e in vivo han demostrado que el fotoenvejecimiento inducido por los rayos ultravioleta B puede atenuarse mediante el uso de aceite de almendras y extracto de piel de almendra.[2] Asimismo, en la medicina tradicional china el Ayurveda y la antigua medicina greco-persa, el aceite de almendras se usaba para tratar afecciones cutáneas, incluidos el eczema y la psoriasis.[1] El objetivo de esta columna es proporcionar información actualizada sobre el uso de las almendras y el aceite de almendras para el cuidado de la piel desde que se cubrió el tema en julio de 2014.
Actividad antifotoenvejecimiento
En 2019 Foolad y Vaughn llevaron a cabo un ensayo controlado aleatorizado, prospectivo y enmascarado para el investigador para determinar los efectos del consumo de almendras en la producción de sebo facial y arrugas. Las participantes (28 mujeres con posmenopausia con tipos de piel I y II de Fitzpatrick completaron el estudio) consumieron 20% de su ingesta diaria de energía en almendras o un refrigerio con calorías equivalentes durante 16 semanas en UC Davis Dermatology Clinic. El análisis fotográfico reveló que el grupo que consumió almendras experimentó una disminución significativa de la gravedad de las arrugas en comparación con el grupo de control. Los investigadores concluyeron que el consumo diario de almendras tiene el potencial de disminuir la gravedad de las arrugas en mujeres con posmenopausia y que las almendras pueden conferir efectos antienvejecimiento naturales.[4]
En una investigación similar dos años después Rybak y sus colaboradores informaron sobre un estudio prospectivo, aleatorizado y controlado para determinar los efectos del consumo de almendras sobre el fotoenvejecimiento en mujeres con posmenoopausia con tipos de piel Fitzpatrick I o II que obtuvieron 20% de su consumo diario de energía a través de almendras o un refrigerio con calorías equivalentes durante 24 semanas. Los resultados demostraron efectos significativos conferidos por el consumo de almendras con una gravedad promedio de las arrugas disminuida sustancialmente en el grupo de almendras en las semanas 16 (15%) y 24 (16%), en comparación con el valor inicial. Además la intensidad del pigmento facial se redujo en 20% en el grupo de almendras en la semana 16 y esto se mantuvo hasta el final del estudio. La excreción de sebo fue mayor en el grupo de control. Los investigadores concluyeron que el consumo diario de almendras puede tener el potencial de mejorar la protección contra el fotoenvejecimiento, particularmente en términos de arrugas faciales e intensidad del pigmento en mujeres con posmenopausia.[3]
Más tarde, en 2021 Li y sus colaboradores realizaron un estudio en 39 mujeres asiáticas sanas (de 18 a 45 años) con tipos de piel II a IV de Fitzpatrick para investigar los efectos del consumo de almendras sobre la resistencia a los rayos utravioleta B. Los investigadores asignaron al azar a las participantes a comer 43 gramos almendras o 51 gramos de galletas saladas al día durante 12 semanas. Los resultados mostraron que la dosis mínima de eritema fue mayor en el grupo de almendras en comparación con el grupo de control. No se observaron diferencias en la hidratación, melanina, aspereza o sebo en la piel del rostro. Los autores concluyeron que la ingesta diaria de almendras por vía oral puede mejorar la fotoprotección al aumentar la dosis mínima para el eritema.[2]
En una revisión de 2022 sobre los beneficios cutáneos de los aceites de almendras dulces, onagra y jojoba, Blaak y Staib señalaron que los tres se han utilizado durante cientos o miles de años en la medicina tradicional para tratar diversas afecciones, incluidos los trastornos de la piel. También concluyeron que los usos de larga data de estos aceites han sido confirmados por datos contemporáneos, que revelan beneficios cutáneos para la piel adulta y joven, particularmente en el refuerzo de la integridad del estrato córneo, la recuperación y la proporción de lípidos.[6]
Más tarde ese año Sanju y sus colaboradores, al informar sobre el desarrollo y la evaluación de un protector solar poliherbal de amplio espectro administrado a través de nanopartículas lipídicas sólidas, señalaron que el aceite de almendras se encontraba entre los ingredientes naturales utilizados debido a sus características fotoprotectoras. En general se encontró que la formulación de protector solar, Safranal, imparte una protección sólida contra la radiación ultravioleta.[7]
Cicatrización de heridas
En 2020 Borzou y sus colaboradores realizaron un ensayo clínico aleatorizado con enmascaramiento simple para determinar el impacto del aceite de almendras tópico en la prevención de lesiones por presión. La recopilación de datos se realizó durante ocho meses en un entorno hospitalario, con 108 pacientes asignados al azar para recibir aceite de almendras, placebo (parafina líquida) o el control (atención estándar). Los investigadores encontraron que el aceite de almendras aplicado tópicamente estaba relacionado con una menor incidencia de lesiones por presión y surgieron más adelante en el estudio en comparación con esas lesiones en los grupos que recibieron parafina o atención estándar. La incidencia de lesiones por presión fue de 5,6% en el grupo de aceite de almendras, de 13,9% en el grupo de placebo y de 25,1% en el grupo de control.[8]
Ese mismo año Caglar y sus colaboradores completaron un ensayo controlado aleatorizado en 90 bebés prematuros para evaluar los efectos del aceite de semilla de girasol y el aceite de almendras en el estrato córneo. Los bebés fueron seleccionados al azar para recibir tratamiento con aceite o control. Una enfermera investigadora aplicó aceites en el cuerpo, excepto en la cabeza y la cara, cuatro veces al día durante cinco días. Los investigadores determinaron que la hidratación del estrato córneo fue mejor en los grupos de aceite en comparación con el control y no se encontraron diferencias entre los aceites de semillas de girasol y de almendras.[9]
Eccema, dermatitis de manos y estrías
En 2018 Simon y sus colaboradores realizaron un estudio aleatorizado, con doble enmascaramiento, para determinar los efectos a corto y largo plazos de dos emolientes sobre el prurito y la restauración de la piel en el eccema xerótico. Los emolientes contenían ácido láctico y aceite de almendras refinado, uno de los cuales también incluía polidocanol. Ambos emolientes fueron eficaces para reducir la gravedad de la picazón; se encontró que la humedad de la piel y el contenido de lípidos aumentaron después de la administración inicial y produjeron una mejora constante durante dos semanas.[10]
A principios de ese año Zeichner y sus colaboradores descubrieron que el uso de un aceite de almendras dulces de venta libre, rico en ácidos grasos, que ha sido un tratamiento estándar para el eczema y la psoriasis durante siglos, fue eficaz en el tratamiento de la dermatitis de las manos. Específicamente la crema hidratante, que contenía 7% de aceite de almendras dulces y 2% de avena coloidal, se identificó como segura y eficaz para resolver la dermatitis de manos de moderada a grave.[11]
Algunos estudios también han demostrado que el aceite de almendras es eficaz contra las estrías gravídicas. Hajhashemi y sus colaboradores realizaron un ensayo clínico con doble enmascaramiento en 160 mujeres nulíparas para comparar los efectos del gel de aloe vera y el aceite de almendras dulces sobre las estrías gravídicas en 2018. Las voluntarias fueron asignadas aleatoriamente a uno de tres grupos (aloe vera, aceite de almendras dulces o crema base) que recibieron tratamiento tópico en el abdomen o el cuarto grupo, que no recibió tratamiento. Los resultados mostraron que ambas cremas de tratamiento fueron efectivas para disminuir el eritema y el prurito asociados con las estrías, así como para prevenir su expansión.[12] Anteriormente Tashan y Kafkasli demostraron en un estudio no aleatorizado que el masaje con aceite de almendras amargas puede disminuir la visibilidad de las estrías gravídicas presentes y prevenir la aparición de nuevas estrías.[13]
Conclusión
Las almendras y el aceite de almendras se han utilizado como alimento y en prácticas médicas tradicionales que se remontan a varios siglos. En la última década han surgido resultados intrigantes sobre los efectos del consumo de almendras o la administración tópica de aceite de almendras en la salud de la piel. Si bien se necesita mucha más investigación, los datos recientes parecen respaldar los usos tradicionales de esta semilla de árbol con fines dermatológicos.
La Dra. Baumann es dermatóloga, investigadora, autora y empresaria con una práctica privada en Miami. Fundó la división de dermatología cosmética en la University of Miami en 1997. La tercera edición de su libro de texto más vendido, "Cosmetic Dermatology" (Nueva York: McGraw Hill), se publicó en 2022. La Dra. Baumann ha recibido financiación para consejos asesores y/o ensayos de investigación clínica de Allergan, Galderma, Johnson & Johnson y Burt's Bees. Es la directora ejecutiva de Skin Type Solutions, una empresa SaaS utilizada para generar rutinas de cuidado de la piel en la oficina y como solución de comercio electrónico.
Este contenido fue originalmente publicado en MDedge.com, parte de la Red Profesional de Medscape.
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CRÉDITOS
Imagen principal: Tetra Images/Getty Images
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Citar este artículo: Almendras y aceite de almendras - Medscape - 25 de sep de 2023.
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