COMENTARIO

Evaluación retrospectiva de anticoagulación en cáncer: ¿cuál es la mejor opción?

Dr. Henry Gómez Moreno

Conflictos de interés

21 de septiembre de 2023

El Dr. Bin Riaz y sus colaboradores publicaron en JAMANetwork Open un análisis retrospectivo para evaluar la efectividad comparativa de los anticoagulantes en pacientes con trombosis asociada al cáncer.[1]

El manejo de la trombosis asociada al cáncer es un reto debido a que es multifactorial, incluye el riesgo trombótico y hemorrágico específico del cáncer, las complicaciones asociadas al tratamiento del cáncer, los procedimientos invasivos frecuentes y los efectos adversos constitucionales como náuseas, vómitos y anorexia, que pueden afectar la absorción y el cumplimiento del manejo farmacológico.

Este análisis evaluó qué anticoagulantes de acción directa frente a las heparinas de bajo peso molecular se asocian con menor recurrencia de tromboembolismo venoso y menor mortalidad. Se realizó el análisis de una cohorte retrospectiva del mundo real de 5.100 pacientes asegurados con diversos tipos de cáncer (60% con enfermedad metastásica), la mitad recibió anticoagulación oral directa, una cuarta parte heparina de bajo peso molecular y una cuarta parte warfarina.

Se diagnostico en casi igual proporción trombosis venosa profunda (2.405; 47,2%) y tromboembolia pulmonar (2.254; 44,2%), mientras que 441 (8,6%) tenían evidencia de tanto trombosis venosa profunda como tromboembolia pulmonar en el momento del diagnóstico.

La mayoría de los casos se diagnosticó durante la hospitalización (3.365; 65,8%), seguidos por el servicio de urgencias (1.357; 26,6%) y finalmente durante una consulta clínica (387; 7,6%).

La duración mediana del tratamiento fue de aproximadamente 3,2 meses para la anticoagulación oral directa, 3,1 meses para warfarina y 1,8 meses para heparina de bajo peso molecular. A los 6 meses un mayor porcentaje de pacientes continuó bajo manejo con anticoagulación oral (28,8%) o warfarina (30,0%), en comparación con heparina de bajo peso molecular (13,9%).

En el análisis ponderado por puntuación de propensión la recurrencia de tromboembolismo venoso fue significativamente menos probable en pacientes que recibieron anticoagulación oral directa frente a los que recibieron warfarina o heparina de bajo peso molecular (20,62 frente a 29,89 y 39,76 por 100 personas-año, respectivamente).

El uso de anticoagulación oral directa se asoció con un menor riesgo de hospitalizaciones por hemorragia, en comparación con el grupo de heparina de bajo peso molecular: 9,88 frente a 26,73 por 100 personas-año. Por otra parte, los riesgos de hospitalización por hemorragia grave, hemorragia gastrointestinal y hemorragia intracraneal en pacientes que recibían warfarina (hemorragia grave: 11,10 por 100 personas-año; hemorragia gastrointestinal: 7,38 por 100 personas-año; hemorragia intracraneal: 1,93 por 100 personas-año) fueron similar a los presentados en el grupo de anticoagulación oral directa.

La mortalidad fue significativamente menor en el grupo de anticoagulación oral directa: 11,36 frente a 21,18 por 100 personas-año, en comparación con el grupo de heparina de bajo peso molecular. Y como en la hemorragia, la mortalidad fue similar en el grupo de warfarina, en comparación con el de anticoagulación oral directa.

Opinión del experto

En esta revisión retrospectiva sobre el uso de anticoagulantes para prevenir el tromboembolismo venoso en pacientes hospitalizados o en urgencias con cáncer avanzado y de mal pronóstico se presenta un escenario frecuente en la realidad de Latinoamérica. La publicación, con sus limitaciones, sugiere que el uso de la anticoagulación oral directa presenta el mejor perfil de eficacia y seguridad. Por otra parte, warfarina es una opción, pero con un perfil de seguridad inferior o una opción para pacientes con contraindicación de anticoagulación oral directa.

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