La psilocibina reduce los síntomas y la discapacidad en la depresión mayor

Kelli Whitlock Burton

Conflictos de interés

13 de septiembre de 2023

Una dosis única de un fármaco experimental de psilocibina ofreció una mejora sostenida significativa en los síntomas y la discapacidad en pacientes con trastorno depresivo mayor durante un periodo de seis semanas, de acuerdo con un nuevo estudio.[1]

El ensayo aleatorizado de fase 2, llevado a cabo en 11 lugares de Estados Unidos, es el último en demostrar el potencial del fármaco psicodélico como tratamiento para la depresión.

El proyecto fue financiado por el Usona Institute, una organización de investigación médica sin fines de lucro con sede en Madison, Estados Unidos. El instituto emitió un comunicado de prensa, pero los investigadores no hicieron más comentarios sobre los hallazgos.[1]

"Al tratarse del estudio más grande y riguroso realizado con un amplio espectro de personas con trastorno depresivo mayor, los resultados son prometedores para todos aquellos que luchan contra esta afección", dijo en el comunicado el autor principal, Dr. Charles Raison, director de investigación clínica y traslacional de Usona.

Los 34 coautores del estudio están afiliados a universidades públicas, centros de investigación y empresas privadas. Ocho de los investigadores son identificados como empleados del Usona Institute.

Tras negarse a hacer más comentarios, un portavoz del instituto dijo a Medscape Noticias Médicas que "Usona ha elegido no realizar entrevistas y esto aplica para todos los coautores".

Los hallazgos se publicaron en versión electrónica en Journal of the American Medical Association.[2]

El estudio más grande hasta la fecha

El fármaco de psilocibina en investigación recibió una designación innovadora por parte de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de los Estados Unidos, un proceso diseñado para acelerar el desarrollo y la revisión de fármacos.

Estudios anteriores más pequeños han sugerido una rápida respuesta antidepresiva con psilocibina, pero han sido pequeños, de etiqueta abierta y han tenido una duración de seguimiento corta, escribieron. Este ensayo clínico de fase 2, aleatorizado y con doble enmascaramiento, es el estudio más grande sobre psilocibina para la depresión hasta la fecha, señalaron los investigadores.

Contó con 104 adultos de entre 21 y 65 años con trastorno depresivo mayor que tenían un episodio depresivo actual de al menos 60 días y una puntuación total de 28 o más en la Montgomery-Åsberg Depression Rating Scale (MADRS) al inicio del estudio.

Los participantes debían estar libres de drogas psicodélicas durante al menos cinco años, no haber tenido ideación suicida activa o comportamiento suicida en los 12 meses anteriores, no tener antecedentes personales o familiares de primer grado de psicosis o manía y no tener antecedentes de consumo moderado/grave de alcohol o trastorno por consumo de drogas.

Antes del estudio, los participantes tuvieron un periodo de evaluación de 7 a 35 días para reducir gradualmente la medicación psiquiátrica, se sometieron a evaluaciones iniciales y recibieron de 6 a 8 horas de preparación con dos facilitadores que estarían con ellos durante la dosificación.

La dosificación se produjo dentro de los 7 días posteriores a las evaluaciones iniciales. Durante la sesión de 6 a 8 horas, los participantes recibieron una dosis oral única de 25 mg de psilocibina o una dosis de 100 mg de niacina. Un participante asignado al azar para recibir psilocibina recibió el tratamiento incorrecto, lo que resultó en que 50 participantes recibieron psilocibina y 54 recibieron niacina.

Los participantes regresaron al día siguiente, a la semana siguiente y luego cada dos semanas para las evaluaciones, durante un seguimiento de seis semanas.

Apoyo psicosocial

Los participantes que recibieron psilocibina informaron mejoras significativamente mayores en los síntomas del trastorno depresivo mayor en comparación con aquellos que recibieron niacina. Las puntuaciones de la Montgomery-Åsberg Depression Rating Scale (una escala de 0 a 60 donde las puntuaciones más altas indican una depresión más grave) mostraron mayores reducciones con el tratamiento frente a placebo a los 8 días (diferencia de medias: −12,0; intervalo de confianza [IC] de 95%: −16,6 a −7,4; p < 0,001). y el día 43 (diferencia de medias: −12,3; IC 95%: −17,5 a −7,2; p < 0,001).

Más participantes que recibieron psilocibina tuvieron una respuesta sostenida de síntomas depresivos (42% frente a 11%; p = 0,002) y más mejoría en la puntuación de la Sheehan Disability Scale, que mide la discapacidad funcional, 43 días después del tratamiento (p < 0,001).

Los efectos persistieron hasta el final del estudio, aunque las diferencias entre los grupos ya no fueron significativas en la semana 6.

"Esta es otra fracción de evidencia interesante que se suma a la literatura actual sobre la eficacia potencial de la psilocibina para el tratamiento de afecciones de salud mental, particularmente la depresión", dijo Greg Fonzo, codirector del Center for Psychedelic Research and Therapy de la Facultad de Medicina Dell de la University of Texas en Austin, Estados Unidos, quien comentó los hallazgos para Medscape Noticias Médicas.

De manera significativa, más personas en el grupo de psilocibina informaron al menos un evento adverso relacionado con el tratamiento (82% frente a 44%), aunque la mayoría fueron de leves a moderados. El dolor de cabeza y las náuseas fueron los efectos secundarios más frecuentes y la mayoría se resolvieron al día siguiente de la administración.

Si bien esas cifras son altas, Fonzo apuntó que no son discordantes con los eventos adversos informados en otros estudios.

"Particularmente con los tipos de eventos adversos reportados aquí, como dolor de cabeza y náuseas, son cosas que normalmente se esperaría ver en este tratamiento", dijo Fonzo, quien no participó en la investigación.

"Pero es frecuente y enfatiza que este no es un tratamiento sin ciertos riesgos, aunque fue bueno que resultaran principalmente de intensidad leve", añadió.

¿Un "trampolín" hacia la aprobación de la Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos?

El uso de herramientas para medir la discapacidad además de los síntomas de la gravedad de la depresión es un punto fuerte del estudio, agregó Fonzo. El uso de un comparador activo y el seguimiento a las seis semanas también ofrecen algo nuevo respecto a estudios anteriores.

A pesar del seguimiento más prolongado, persisten dudas sobre la durabilidad de la respuesta, algo que solo un estudio más largo podría responder, observó Fonzo. El tamaño de muestra pequeño y homogéneo también es motivo de preocupación. Casi 90% de los participantes eran blancos y más de la mitad tenían unos ingresos de 75.000 dólares al año o más.

"Es un paso más paso en el proceso hacia la aprobación de la Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos, pero el siguiente serían ensayos de fase 3 mucho más grandes con muestras mucho mayores, un seguimiento más prolongado y, con suerte, una franja más inclusiva de la población", señaló Fonzo.

Pero quizás una de las limitaciones más importantes sea el uso de niacina como comparador activo, expresó el Dr. Caleb Alexander, codirector del Centro para la Seguridad y Efectividad de los Fármacos de la Johns Hopkins University en Baltimore, Estados Unidos.

El uso de un agente que no produce efectos similares a los esperados de un psicodélico introdujo la posibilidad de desenmascaramiento funcional, comentó el Dr. Alexander a Medscape Noticias Médicas. Los investigadores no pidieron a los participantes que adivinaran si habían recibido psilocibina o niacina, por lo que no se evaluó la calidad del enmascaramiento en el estudio.

"Nos gustaría ver el uso de [un] comparador activo que pudiera ocultarles a las personas si han sido asignadas al azar al grupo de tratamiento o al de control", prosiguió el Dr. Alexander, que no participó en el estudio. "¿Por qué no utilizar una benzodiazepina u otro fármaco que produzca una euforia transitoria que oculte mejor si las personas estaban recibiendo psilocibina o no?".

Los autores del editorial adjunto compartieron estas preocupaciones y señalaron también que el estudio incluyó "un número significativo de pacientes que no respondieron a la terapia".[3]

"Es importante analizar y comprender los resultados adversos en los ensayos psicodélicos y realizar estudios longitudinales para determinar qué tan sostenidos serán los efectos y qué puede iniciar un recrudecimiento de los síntomas", escribieron las editorialistas Rachel Yehuda, Ph. D., y Amy Lehrner, Ph. D., ambas del Peters VA Medical Center y la Icahn School of Medicine en Mount Sinai, Nueva York, Estados Unidos.

"Los estudios futuros ayudarán a identificar quién tiene más probabilidades de beneficiarse de los psicodélicos, si el refuerzo o el tratamiento repetido es seguro y beneficioso, y cuáles son las dosis óptimas y los marcos terapéuticos".

El año pasado se interrumpió un seguimiento a largo plazo del ensayo actual debido a la baja inscripción. El portavoz del Usona Institute no respondió a las preguntas sobre ese estudio y la declaración del instituto solo agregó que se están realizando preparativos para lanzar otro estudio que "proporcionará datos adicionales de seguridad y eficacia para respaldar la presentación de una solicitud de nuevo fármaco a la Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos".

Usona publicó en una revista de acceso abierto el proceso de fabricación que utilizó para sintetizar la psilocibina y firmó una declaración sobre "ciencia abierta y praxis abierta" con psilocibina y sustancias similares, que aparece en su sitio web.[4] Esa declaración fue firmada por 31 organizaciones de investigación y servicios de todo el mundo y casi 150 científicos, académicos y profesionales.

El estudio fue financiado por el Usona Institute. Raison informó haber recibido honorarios personales del Usona Institute y subvenciones para Usona Institute de Dr. Bronner's All-One, Fournier Family Foundation, Good Ventures, Steven and Alexandra Cohen Foundation, Tiny Blue Dot Foundation, Turnbull Family Foundation y William A. Linton durante la realización del estudio, y honorarios personales de Novartis, Sage/Biogen, Emory Healthcare y Vail Health fuera del trabajo presentado.

Fonzo y el Dr. Alexander han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. Yehuda informa haber recibido apoyo no financiero de Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies Public Benefit (MAPS PBC) y subvenciones de COMPASS Pathways. Lehrner es investigadora de ensayos patrocinados por MAPS PBC y COMPASS Pathways. La información completa se incluye en los artículos originales.

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