COMENTARIO

¿El uso de espironolactona para acné hormonal se asocia a riesgo cardiovascular?

Dra. Zaira Dennis Chávez López

Conflictos de interés

25 de agosto de 2023

El acné es uno de los trastornos más comunes tratados por dermatólogos y otros profesionales de la salud. Si bien afecta con mayor frecuencia a los adolescentes, no es raro en los adultos.[1]

El papel de los andrógenos en la patogenia del acné es bien conocido, sin embargo, la evaluación endocrinológica solo está justificada en ciertos casos, porque la mayoría de los pacientes con acné tendrá niveles hormonales normales. La prueba está indicada principalmente para pacientes con características clínicas o antecedentes de hiperandrogenismo.[2]

En los niños prepuberales estas características incluyen acné, mal olor corporal de aparición temprana, vello púbico o axilar, crecimiento acelerado, edad ósea avanzada y maduración genital. En las mujeres pospúberes los signos clínicos, como menstruaciones infrecuentes, hirsutismo, alopecia androgenética, infertilidad, ovarios poliquísticos, clitoromegalia y obesidad troncal justifican pruebas hormonales adicionales.[2,3]

Existen 4 tipos de anticonceptivas orales aprobados por la Food and DrugAdministration (FDA) de Estados Unidos para el tratamiento de acné hormonal: etinilestradiol/norgestimato, etinilestradiol/acetato de noretindrona/fumarato ferroso, etinilestradiol/drospirenona y etinilestradiol/drospirenona/levomefolato. El mecanismo de acción de los anticonceptivos orales en el tratamiento del acné se basa en sus propiedades antiandrogénicas; estas píldoras disminuyen la producción de andrógenos a nivel del ovario y también aumentan la globulina fijadora de hormonas sexuales, uniéndose a la testosterona circulante libre y haciendo que no esté disponible para unirse y activar el receptor de andrógenos. Además los anticonceptivas orales reducen la actividad de la 5-alfa-reductasa y bloquean el receptor de andrógenos.[4]

Los riesgos de los anticonceptivos deben valorarse frente a los riesgos de la afección que están tratando o previniendo. Si los anticonceptivos se usan exclusivamente para el acné, sus riesgos deben compararse con los de la enfermedad . Es importante recordar que la aprobación de la FDA para este tratamiento especifica que está aprobado para el manejo del acné en mujeres que también desean anticoncepción.

Se ha demostrado que los anticonceptivos orales se asocian con riesgos vasculares, en especial un mayor riesgo de tromboembolismo venoso y existen varias inquietudes acerca del aumento de riesgo con el uso de anticonceptivos orales combinados que contienen drospirenona.[5]

Drospirenona tiene propiedades anti-mineralocorticoides que pueden modificar la hemostasia y reducir la coagulabilidad, lo cual proporciona un mecanismo potencial por el que los anticonceptivos orales con drospirenona en su fórmula podrían aumentar el riesgo de trombosis en comparación con otros anticonceptivos.[1,6]

Drospirenona es una hormona sintética con actividad progestagénica, es un derivado de espironolactona y como esta, presenta afinidad por el receptor mineralocorticoide y efecto diurético.[6]

Actualmente espironolactona, un antagonista de los andrógenos, se utiliza para el tratamiento de enfermedades mediadas por hormonas, como hirsutismo, el acné y la alopecia androgénica. Su uso es cada vez más popular, por lo que es natural cuestionar la posible asociación con un mayor riesgo de tromboembolismo venoso.

En un estudio de cohorte retrospectiva realizado con 33.543 pacientes con acné que iniciaron tratamiento con espironolactona (media de edad: 30 años) emparejados con 33.543 pacientes con acné que comenzaron con tetraciclinas (doxiciclina, minociclina, sareciclina) se observó que aquellos en tratamiento con espironolactona no tenían más probabilidades de desarrollar trombosis venosa profunda o embolia pulmonar en comparación con quienes estaban en tratamiento con tetraciclinas. Cabe destacar que los pacientes fueron emparejados por edad y uso de anticonceptivos orales.[7]

Espironolactona es un antagonista de los receptores de aldosterona que muestra una potente actividad antiandrógena al disminuir la producción de testosterona y al inhibir de manera competitiva la unión de testosterona y dihidrotestosterona a los receptores de andrógenos en la piel. También puede inhibir la 5-alfa-reductasa y aumentar la globulina transportadora de hormonas. Su uso como antiandrógeno no está aprobado por la FDA para el tratamiento del acné.[1,8]

Espironolactona se tolera bien en general y sus efectos secundarios están relacionados con la dosis. Los efectos secundarios comunes incluyen diuresis, irregularidades menstruales, hipersensibilidad en los senos, ginecomastia, fatiga, dolor de cabeza y mareos. Espironolactona también se encuentra en la categoría C del embarazo; los estudios en animales han demostrado la feminización de un feto masculino al principio de la gestación, por tanto, a menudo se recomienda el uso concomitante de un anticonceptivo para regular la menstruación y prevenir el embarazo en muchas pacientes.[9]

La hiperpotasemia es un efecto secundario potencialmente grave que afortunadamente es raro en individuos jóvenes sanos con función hepática, suprarrenal y renal normal. Se ha observado que pueden ocurrir elevaciones no clínicamente relevantes en aproximadamente 13,7% de los pacientes.[10]

Una revisión retrospectiva reciente de una base de datos que identificó a 967 mujeres entre 18 y 45 años de edad que tomaban espironolactona de 50 a 200 mg diarios para el acné encontró que solo 0,75% de las 1.723 mediciones de potasio asociadas excedió los 5,0 mmol/l. Seis de las 13 pruebas anormales fueron normales al repetir el estudio. Se excluyeron los pacientes con enfermedad renal o cardiovascular, además de los que tomaban inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y bloqueantes de los receptores de angiotensina. Con base en estos hallazgos los autores concluyeron que no es necesario realizar pruebas de potasio en mujeres jóvenes sanas que toman espironolactona para el acné.[11]

Por tanto, no se requieren pruebas de potasio sérico, pero se deben considerar en pacientes de edad avanzada y en pacientes que también toman inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, bloqueantes de los receptores de angiotensina, fármacos antiinflamatorios no esteroideos y digoxina. Las mediciones deben realizarse al inicio, durante la terapia y después de los aumentos de dosis en estos pacientes. También se debe educar a los pacientes sobre cómo evitar los alimentos con alto contenido de potasio en la dieta, como los alimentos procesados con bajo contenido de sodio y el agua de coco.[12]

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