Las emergencias ocurren en cualquier lugar, en cualquier momento y, a veces, los médicos se encuentran en situaciones en las que son los únicos que pueden ayudar. "¿Hay un médico en casa?" es una serie de Medscape que cuenta estas historias.
Dr. Benjamín Gammon
Era un día tranquilo, me levanté alrededor de las 3 p. m. para mi turno de urgencias vespertino de las 6 p. m. Me estaba activando mientras preparaba mi café en la cocina que da a Brown Street en el norte de Filadelfia, Estados Unidos. Al mirar por la ventana vi a un hombre trastabillando por la calle, tocándose el abdomen y gritando por ayuda.
No había nadie más alrededor, así que salí a ver qué estaba pasando. El hombre tenía entre 50 y 60 años, estaba sangrando y se encontraba francamente angustiado. Le pedí que se sentara, volví corriendo a casa y agarré un paño de cocina y unos guantes para exploración que tenía a la mano.
Salí corriendo y lo evalué, una bala le había atravesado la mano, pero tenía otras heridas. Tenía que examinarlo completamente, así que tuve que exponerlo en la acera… le quité los pantalones y la camisa y vi una lesión por arma de fuego que le atravesaba la parte inferior de la pelvis. ¡Era el sitio principal del sangrado!
Tomé el paño y comencé a aplicar presión profunda en la vena ilíaca en caso de que hubieran afectado algo importante, lo cual descubrí más tarde que sí había pasado. Mantuve la presión ahí mientras el hombre yacía rogando no morir.
Soy una persona muy tranquila, tal vez anormalmente tranquila me dice la gente. Siempre trato de usar eso durante mis reanimaciones y casos en el área de trauma. Mantener a todos en calma hace que la situación sea más fácil. Después, la gente me preguntó: "¿No estabas preocupado de que te fueran a disparar?" Sin duda, eso sucede en el norte de Filadelfia, pero ni siquiera me pasó por la cabeza, ni siquiera tuve que pensar en lo que estaba haciendo. Cuando trabajaba en el Einstein Medical Center veíamos muchos casos de heridas por arma de fuego; a veces atendía más de media docena de casos por heridas por arma de fuego en un turno.
Entonces, estaba manteniendo la presión y algunas personas comenzaron a acercarse. Conseguí que alguien llamara al 911 y le pregunté al hombre sobre su historial médico, me informó que tenía diabetes. Pasados 5 o 10 minutos llegaron los servicios médicos de urgencias. Los paramédicos estaban atónitos cuando les presenté al paciente, les conté lo que había pasado y sus antecedentes; quería asegurarme de que revisaran su nivel de glucosa y tomaran precauciones adicionales.
Lo subieron a la camilla y al llegar al hospital lo tuvo que intervenir un cirujano vascular. Llamé más tarde y me dijeron: "Sí, está vivo", pero esa fue toda la actualización que obtuve.
Después de que la ambulancia se retiró, se desató una especie de caos. Todos los vecinos salieron de sus casas. La gente entró en pánico, hablaba y tenía muchas emociones al respecto. No lo sabía, pero todos habían estado en sus casas todo el tiempo, no salieron hasta entonces.
Volví a mi casa y traté de prepararme para ir al trabajo. No tenía en mis planes hablar con los medios, pero el vecino de al lado simplemente acompañó al equipo de cámaras de noticias a mi casa y llamó a mi puerta. No estaba vestido exactamente para estar en la televisión, pero me entrevistaron frente a la cámara y salió en las noticias más tarde esa noche.
Fui a trabajar y no dije nada al respecto. Para ser honesto, estaba tratando de evitar decir algo a mis compañeros ya que en nuestro equipo tenemos una relación muy cercana y, a menudo, nos burlamos cuando recibimos algún tipo de reconocimiento. Naturalmente, uno de mis compañeros vio la entrevista en las noticias locales y se lo contó a todo el mundo. Entonces, recibí muchas bromas amistosas durante bastante tiempo, por ejemplo, alguien me horneó un pastel que decía: "Héroe de Fairmount" (la zona de Filadelfia en la que vivo), también hubo una foto mía en todas las pantallas de las computadoras que decía: "Héroe detiene sangrado en Fairmount".
El hombre vino a verme 2 semanas después (un vecino le dijo dónde vivía); se encontraba muy emocional y me dio un abrazo fuerte. Nos abrazamos por un rato y me dijo lo agradecido que estaba. Me trajo una botella de vino, lo cual me pareció un lindo detalle. Me contó lo que le había pasado: había muchas obras en construcción en nuestra calle y él era el contratista que supervisaba un par de remodelaciones y demoliciones de casas. A veces les pagaba a sus trabajadores en efectivo y lo llevaba consigo, alguien le había avisado a otra persona que iba a estar allí ese día. Al entrar el contratista en una de las casas un tipo con pasamontañas lo esperaba con una pistola, el ladrón le disparó y se llevó el dinero. La bala atravesó desde su mano hasta la pelvis.
Nunca había tenido que lidiar con algo tan intenso fuera del trabajo. La mayor parte realmente se reduce a lo básico: el ABC y el control del sangrado. Haces lo que puedes con lo que tienes, en este caso, solo fue un paño de cocina, guantes y mis manos para presionar al máximo posible.
Realmente fue extraño que yo estuviera mirando por la ventana en ese momento. No sé si fue solo una coincidencia. El hombre me dijo que creía que Dios había puesto a alguien allí en el lugar correcto en el momento preciso para salvarle la vida. Me sentí muy afortunado de haber podido ayudarlo. Nunca lo volví a ver.
Creo que algo como esto te da un poco de confianza de que realmente puedes hacer algo y tener un impacto significativo en cualquier lugar cuando sea necesario. Te hace saber que eres capaz de hacerlo. Siempre lo piensas, pero no lo sabes hasta que sucede.
El Dr. Benjamin Gammon ahora vive en Yuma, Arizona, y es médico de urgencias en Envision Healthcare.
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime/Medscape Illustration
Figura 1: Erin Baas Pace
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Citar este artículo: Con paño de cocina urgenciólogo salva a desconocido con heridas por arma de fuego - Medscape - 29 de mayo de 2023.
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