En el contexto de una carrera profesional siempre representada por el humanismo, el altruismo y el desinterés que caracterizan a la práctica médica y todos los servicios del cuidado de la salud, por décadas la figura del médico se ha ponderado como la de un proveedor de bienestar que ante la realidad de sus pacientes se mantiene determinado e inmutable.
La carrera de medicina se considera un camino noble y gratificante, pero detrás de los logros y la aparente excelencia académica existe un oscuro desafío que muchos estudiantes de medicina enfrentan en silencio, que incluye depresión, ansiedad y suicidio. A medida que las presiones académicas y emocionales se intensifican, se encuentran en una encrucijada donde su propia salud mental y bienestar se ven amenazados. Este fenómeno alarmante ha despertado preocupación, generando la necesidad urgente de comprender mejor los factores que contribuyen al suicidio entre los futuros profesionales de la salud.
En un país donde al interior del contexto clínico y académico se glorifica el camino del médico que sin quejas toleró condiciones inhumanas, tratos indignos, conductas violentas de sus superiores, colegas y pacientes, y se pondera a las agresiones diarias como un método de "formación" de buenos médicos, es necesario comenzar a preguntarnos si realmente dichas medidas educativas son un reflejo del médico empático, compasivo y humanista que las escuelas proclaman estar formando.
Es sabido que los estudiantes de medicina, sin importar su origen, enfrentan niveles de estrés superiores que los identificados en otros jóvenes del mismo rango de edad.[1] En un estudio conducido entre estudiantes de 9 escuelas de medicina en Florida, Estados Unidos, los factores causantes de estrés más reportados entre los alumnos incluían, en orden de frecuencia:[2]
Carga de trabajo asignada por la escuela.
Presión relacionada al desempeño esperado.
Falta de tiempo para balancear vida académica y personal.
Preocupaciones financieras relacionadas con su estudio.
Preocupación sobre el futuro profesional.
Estructura escolar, políticas universitarias, administración de la facultad, etcétera.
Impacto negativo en la salud.
En un metanálisis reciente se reportó que la prevalencia de depresión y síntomas depresivos en estudiantes de medicina fue de 27%, mientras que la ideación suicida se encontraba presente hasta en 11%.[3] En Canadá la tasa de suicidio alcanza 8,7 muertes por cada 100.000 estudiantes y en México la prevalencia de ansiedad, depresión e ideación suicida supera de manera importante la reportada a nivel internacional.[4,5]
Por tanto, si el problema de salud mental en la formación médica alcanza niveles tan alarmantes ¿por qué seguimos invisibilizando la necesidad de atención urgente en esta área?
No es una noticia nueva que la hostilidad inherente a nuestros sistemas educativos en salud juega un papel importante en la percepción que tienen los alumnos al momento de reconocer su situación y tomar la iniciativa de pedir ayuda. La problemática no solo abarca a quienes identifican en sí mismos un potencial trastorno del estado de ánimo, sino a todos aquellos estudiantes que en algún punto de su proceso formativo perdieron la capacidad de reconocer el impacto negativo que la universidad tiene en su salud. ¿Qué podemos esperar de una comunidad estudiantil cuya principal preocupación es lograr cumplir con todas sus tareas, dejando hasta el final de la lista las implicaciones que esto pueda tener en su integridad física y emocional?
Las escuelas de medicina necesitan ampliar su oferta de servicios para la atención oportuna en salud mental, comprendiendo que por años y de manera sistemática las instituciones formadoras de médicos han vulnerado y etiquetado la supuesta "falta de competencia" de aquellos que enfrentaban situaciones de salud mental durante su proceso formativo; no será una sorpresa que hoy en día las comunidades estudiantiles mantengan sus reservas en generar acercamiento a sus universidades y sedes hospitalarias para atender situaciones de salud mental que ponen en riesgo su integridad.
La salud mental de los que cuidarán a las futuras generaciones es un trabajo que debe construirse de manera colaborativa y disruptiva, y solo podrá consolidarse a través de la verdadera intención de cambio, de la cero tolerancia a la violencia (que no está justificada en ninguna de sus formas) y de la creación de sistemas internos de prevención y acompañamiento en salud mental para los estudiantes, bajo la premisa universal de que los médicos también somos humanos, que enfrentamos carencias, vulnerabilidades y tenemos la necesidad de protección, la cual debemos recibir sin afectar nuestro valor profesional en el contexto de los recursos humanos en salud.
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime
Medscape © 2023
Citar este artículo: La salud mental en los estudiantes de medicina: el costo oculto de la formación médica - Medscape - 24 de mayo de 2023.
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