MADRID, ESP. La COVID-19 persistente afecta al menos a 76 millones de personas en todo el mundo y aproximadamente a 1,5 millones en España y lamentablemente el sistema sanitario no está preparado para atenderla, ya que adolece de registros, guías que homogeinicen su manejo e incluso del reconocimiento de la enfermedad y continúa una falta de consenso debido a la ausencia de evidencias, aunque aparecen nuevas herramientas que guían al médico y optimizan su tiempo en consulta.
A pesar de que se han registrado avances en este sentido, existen muchas dificultades para establecer un diagnóstico y realizar un seguimiento adecuado, debido en parte a la diversidad de los pacientes.

Dra. Pilar Rodríguez Ledo/Fuente: SEMG
La Dra. Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Red Española de Investigación en COVID-19 persistente (REiCOP) y vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), siguiendo la línea de los responsables de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló que se requieren esfuerzos sostenidos para ayudar a las personas que aún experimentan "sufrimiento prolongado".
"Con la falta de evidencia sobre la mejor manera de tratar la patología, la COVID-19 persistente está revolucionando la vida de las personas y con frecuencia muchas enfrentan esperas largas y frustrantes para recibir apoyo u orientación", manifestó la especialista en una reciente Jornada de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia celebrada en Galicia.
Grave impacto en el sistema de salud
La gran cantidad de personas afectadas por la COVID-19 persistente también tiene un impacto peligroso en los sistemas de salud y en sus economías. En este sentido, la Dra. Rodríguez comentó: "Los países ahora deben aumentar seriamente tanto la investigación sobre la enfermedad como el acceso a la atención para los afectados, si quieren minimizar el sufrimiento de sus poblaciones y proteger sus sistemas de salud y fuerza laboral".
Asimismo, la especialista manifestó a Medscape en español: "El sistema sanitario no está preparado para atender la COVID-19 persistente. De forma general se adolece del reconocimiento institucional de la enfermedad, que requeriría instar a los profesionales y facilitarles su registro, un protocolo normalizado o guía clínica para el seguimiento que otorgue homogeneidad a la atención a estos pacientes y vías clínicas adecuadas y preestablecidas para las interconsultas que se requieran para esta atención de calidad".
"Todo ello agravado por la situación que vive la atención primaria en estos momentos, de gran sobrecarga y déficit de profesionales que dificultan el seguimiento de dichos pacientes que requieren de mucho tiempo y dedicación para su estabilización clínica y control de síntomas", añadió.
No es enfermedad profesional en sanitarios
La Dra. Rodríguez añadió que los sanitarios enfrentan múltiples dificultades administrativas y tipo de contingencia de la enfermedad persistente, entre las que destaca la falta de reconocimiento y el hecho de que la mayoría de ellos se encuentra incorporada con cuadros que no han realizado adaptación de trabajo o en incapacidades temporales por enfermedad común secundaria a sus síntomas, no a la enfermedad de base.
Algunos están de baja laboral por déficit de atención, no por COVID-19 persistente. "Además esa baja no se encuentra asociada a la enfermedad profesional secundaria al contagio en el entorno del trabajo sanitario. Por otra parte, el paciente afectado por la infección generalmente es una persona de mediana edad y 50% tiene edades entre 36 y 50 años, con predominancia de mujeres (al menos 60% a 70%) y en su mayoría no presentaban de relevancia otras enfermedades antes de la COVID-19. Siendo así, cada vez se ven más pacientes afectados de edades superiores, algunos jóvenes y niños y quizá también de sexo masculino", añadió.
Afectación multiorgánica y diversos perfiles
En cuanto a los afectados, son pacientes que en la fase aguda de la COVID-19 no requirieron hospitalización en su mayoría y acudieron a atención primaria y servicios de urgencias, según los momentos de la pandemia. "[La COVID-19 persistente] tampoco guarda relación con el número de síntomas ni su intensidad cuando se contagiaron por coronavirus, siendo incluso asintomáticos algunos de ellos en ese momento, que más tarde en su evolución desarrollaron síntomas".
"En cuanto a la afectación por la COVID-19 persistente, su perfil es de una afectación multiorgánica con diversa expresión de síntomas que pueden reflejar la afectación de cualquier órgano del cuerpo, prevaleciendo los generales (especialmente astenia) y los neurocognitivos (déficit de atención y concentración, niebla mental). Todo ello causa un deterioro funcional respecto a su nivel basal que la mayoría no recupera con el paso del tiempo", destacó la especialista.
Plurisintomatología general y específica

Dra. María del Mar Tomás Carmona/Fuente:
La Dra. María del Mar Tomás Carmona, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), declaró a Medscape en español: "Las características de estos pacientes incluyen persistencia de síntomas de COVID-19 semanas o meses después de la infección inicial o por la aparición de los síntomas tras un tiempo sin ellos. Dicha aparición no está relacionada con la gravedad de la infección inicial, por lo que puede afectar a pacientes hospitalizados con enfermedad tanto leve como grave. Entre los síntomas destacan los frecuentes, como cansancio, malestar general o dolor muscular, así como los específicos de afectación neurológica, respiratoria, digestiva y cardiovascular".
"Respecto a si existe algún parámetro que nos indique la predisposición a desarrollar la forma persistente de la enfermedad, podemos decir que afecta a personas de cualquier edad, siendo más frecuente en mujeres de edad media. Tiene importante impacto en la calidad de vida y en los ámbitos social y laboral; aproximadamente una de cada cinco personas presenta algún síntoma tras cinco semanas de la infección y 10% tras doce semanas de la misma.
No son secuelas de la infección
La Dra. Rodríguez puntualizó: "Las secuelas de la COVID-19 se presentan cuando el propio contagio produce una enfermedad grave que se complica con cuadros que pueden requerir incluso hospitalización en unidades de cuidado intensivo y que ponen en peligro la vida, dejando un remanente de afectación, consecuencia de este hecho.
"La diferencia entre COVID-19 y Long COVID-19 radica en que esta no se produce porque la enfermedad tras el contagio adquiera gravedad, incluso la mayoría no requirió hospitalización, sino porque tras este cuadro relativamente benigno después del contagio no se recupera la funcionalidad previa, no se retorna a la normalidad y persisten o reaparecen síntomas que alteran la calidad de vida y funcionalidad", destacó la especialista.
Existen trabajos científicos que avalan la reducción de desarrollo de COVID-19 persistente tras la vacunación. "Esta podría evitar la formación de reservorios virales persistentes, como el daño tisular causado por las respuestas inmunes no específicas o autorreactivas mediante una respuesta inmune dirigida que esté presente desde el principio", indicó la Dra. Tomás.
Control de síntomas y restablecimiento de equilibrios
La Dra. Tomás destacó: "En cuanto a los hallazgos más recientes para el manejo de estos pacientes existen tratamientos farmacológicos sintomáticos dirigidos a tratar los síntomas clínicos (farmacológicos y no farmacológicos), pero también habría que incluir los destinados a restablecer los equilibrios nutricionales, metabólicos y de la flora intestinal mediante fármacos o complementos nutricionales, todo ello básicamente desde diferentes aspectos: sistémicos orientados al tratamiento etiológico e integral de la enfermedad, acción antivírica o para reducir la inflamación, tormenta de citocinas, contemplando la inflamación en su concepto genérico y global del término como estado inflamatorio crónico"
"También hay terapias dirigidas a sustituir los déficits nutricionales (omega-3, vitamina B12 y otros suplementos nutricionales), alteraciones metabólicas (metabolómica), disbiosis de microbiota intestinal. La mayoría incluye complementos o suplementos nutricionales que pretenden restablecer estos desequilibrios sin que el producto sea un fármaco, sino un complemento alimenticio comercializado y por último tenemos las locales y sintomáticas, en base a los conocimientos actuales de aquellos síntomas más frecuentes e incapacitantes, con dos grandes grupos de síntomas, que podrán servir para orientar las líneas de tratamiento: sintomatología física y emocional y cognitiva", continuó.
Además se requiere abordaje de estilos de vida saludables: fisioterapia, rehabilitación física, olfatoria y cognitiva, intervención psicológica, logopedia, terapia ocupacional y prescripción de ejercicio físico, agregó.
Grandes dificultades atencionales
Un reciente sondeo realizado por PulseLife previo al lanzamiento de LongCOVID App indicó que 89% de los médicos encuestados manifestó tener dificultad para atender a pacientes con COVID-19 persistente debido a la falta de herramientas y recursos, 64% de los profesionales que han participado en esta encuesta señaló haber tratado ya a un paciente con COVID-19 persistente.
Por tanto, con el fin de ayudar a los profesionales sanitarios en el abordaje de esta enfermedad, la Red Española de Investigación en COVID-19 Persistente y PulseLife, impulsadas por un acuerdo inicial entre esta empresa tecnológica y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, han desarrollado la aplicación LongCOVID App, presentada a principios del mes de mayo.
En un seminario en línea organizado por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia para actualizar conceptos y presentar la aplicación, la Dra. Rodríguez enfatizó: "En este momento la Red Española de Investigación en COVID-19 persistente y tras una última incorporación, incluye 64 entidades científicas y profesionales y ocho de pacientes. La guía clínica de COVID-19 persistente de 2021 está en proceso de actualización y la nueva versión verá la luz antes del verano".
En cuanto a las investigaciones en marcha, la especialista señaló: "Tenemos el registro clínico de Long Covid-19, estudio de los factores de riesgo genéticos, clínicos y los distintos perfiles de pacientes. También hay en desarrollo una escala asistencial de evaluación de los pacientes".
Nueva herramienta totalmente gratuita disponible en PulseLife para que el profesional sanitario siga las recomendaciones consensuadas por 63 entidades científicas en la guía clínica para atención al paciente con COVID-19 persistente de manera simplificada y práctica.
También hace posible generar un informe médico a través del propio dispositivo móvil y está diseñada para que los afectados por la enfermedad tengan acceso a sus datos clínicos de forma agrupada y sean ellos quienes gestionen esa información médica.
En el menú principal de la aplicación están los cuatro apartados principales de la guía clínica: definición, todos los pasos desde los síntomas al tratamiento, seguimiento de los afectados y reincorporación sociolaboral.
Falta de evidencias y abordaje integral
El Dr. José Ramón Blanco, vicepresidente primero de la Red Española de Investigación en COVID-19 persistente y miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, expuso el tema Reflexión de la etiología al tratamiento. "Aún no sabemos qué causa la forma persistente de la enfermedad. La persistencia del virus en reservorios no identificados de momento podría ser la piedra angular en investigación en la actualidad. También la inflamación sistémica podría estar agravando alguno de los procesos. Otra hipótesis se refiere a la reactivación de virus del herpes o virus de Epstein-Barr".
"Asimismo, la microbiota intestinal y el viroma pueden jugar un papel relevante a través del importante eje intestino-cerebro, donde el nervio vago cobra un especial protagonismo. Según una revisión de este año, todas en su conjunto intervienen, por lo que el abordaje debe ser integral, aunque sigue sin haber consenso para abordar la COVID-19 persistente por falta de evidencias", añadió.[1]
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime
Figura 1: SEMG
Figura 2: SEIMC
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Citar este artículo: Falta de consenso ante la ausencia de evidencias para manejar la COVID-19 persistente - Medscape - 22 de mayo de 2023.
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