Las infecciones de transmisión sexual van en aumento, afectando a gran parte de la población mundial, son un reto para la salud pública con la notificación de más de 200 millones de diagnósticos de clamidia y gonorrea. Tenemos claro que el cribado y la detección precoz son cruciales para controlar la propagación de estas infecciones, pero en ocasiones existen factores limitantes para su realización, como el acceso a algunos sectores de la población y la falta de medios mobiliarios y de personal sanitario en algunos centros para la toma de muestras dirigidas al cribado de infecciones venéreas, entre otros.
En una revisión sistemática y metanálisis, la Dra. Fialard y sus colaboradores analizaron la precisión, viabilidad e impacto del cribado de Neisseria gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis con muestras obtenidas por los propios usuarios (autotomas).[1] La investigación se basó en 45 estudios de autotomas de N. gonorrhoeae y C. trachomatis realizados entre 2000 y 2023 en 18 países, 26,7% de los cuales se hicieron combinadas con herramientas digitales innovadoras (p. ej., recursos digitales para facilitar el acceso —incluyendo la recepción de herramientas para autotomas y envío de las muestras para su análisis—, programas de cribado y prevención en el propio domicilio).
Los resultados del estudio mostraron que las autotomas son aceptadas ampliamente por los usuarios (80% a 100%, según los estudios). Cuando se emplearon herramientas digitales innovadoras se lograron tasas de participación significativas (65% a 92%), con la devolución del equipo de autotomas en 43,8% a 57,1%, lo que apunta a su posible utilidad para alcanzar poblaciones que puedan tener un peor acceso al cribado de infecciones de transmisión sexual.
El trabajo también muestra que la sensibilidad del cribado con muestras recogidas por los propios usuarios varía en función de la localización. Como sería esperable, la sensibilidad en las autotomas extragenitales es mayor que en las vaginales, lo que puede suponer un problema de resultados falsos negativos en estas últimas y subraya la necesidad de más y mejores métodos de autotomas vaginales para optimizar su sensibilidad.
Una alternativa imperfecta consistiría en realizar un cribado de N. gonorrhoeae y C. trachomatis sobre muestras de orina, que en el caso de personas con vulva pueden perder hasta 30% de sensibilidad con respecto a las tomas cervicales.[2]
Atendiendo a los resultados del trabajo, la realización de autotomas se refuerza en países de ingresos altos y aún falta aclarar su utilidad en países con ingresos más bajos. Aunque hay poca evidencia publicada hasta la fecha, el hecho de complementar los programas de autotomas con herramientas digitales que faciliten el acceso parece buena idea y da mejor alcance a la población que las requiera.
Hace unos años tuve oportunidad de visitar un centro en Londres que empleaba esta forma de toma de muestras para hacer los cribados extragenitales de N. gonorrhoeae y C. trachomatis dando el material específico a los usuarios y facilitando un pequeño aseo en el que las instrucciones eran proyectadas en un video situado en el propio espejo.
En general, creo que las autotomas pueden ser una estrategia aceptable que pueda dar alcance a poblaciones con infecciones de transmisión sexual o personas en riesgo, a las que no llegan las estrategias convencionales de cribado. La revisión presentada resulta valiosa para validarlas y poder emplearlas de forma más extendida.
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Citar este artículo: ¿Son las autotomas útiles para el cribado de infecciones venéreas? - Medscape - 5 de mayo de 2023.
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