COMENTARIO

Inhibidores de bomba de protones asociados con menor mortalidad en enfermedad pulmonar intersticial por esclerosis sistémica

Dr. F. Javier Merayo Chalico

Conflictos de interés

26 de abril de 2023

La esclerosis sistémica es una enfermedad autoinmune caracterizada por daño microvascular y fibrosis progresiva. Una de sus complicaciones más graves es la enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica, debido a su impacto en la calidad de vida y en la mortalidad en estos pacientes. Otra complicación frecuente en pacientes con esclerosis sistémica es la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Aunque no se ha demostrado una asociación causal entre estas complicaciones, se han vinculado mayor diámetro esofágico y dismotilidad a mayor gravedad de la enfermedad pulmonar intersticial y peor función pulmonar.

Una de las terapias más utilizadas para manejar los síntomas del enfermedad por reflujo gastroesofágico en pacientes con esclerosis sistémica consiste en el uso de inhibidores de la bomba de protones. Pese a que existen datos contradictorios, estos no parecen tener un impacto en la progresión de la enfermedad pulmonar intersticial en pacientes con enfermedad idiopática.[1] Sin embargo, la información sobre el efecto de los inhibidores de la bomba de protones en la enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica es limitada.

Un estudio retrospectivo para obtener información

Un grupo de investigadores alemanes buscó determinar si la progresión de la enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica se asociaba a la presencia de enfermedad por reflujo gastroesofágico o al uso de inhibidores de la bomba de protones.[2] Realizaron un estudio retrospectivo que utilizó los datos del registro alemán de esclerosis sistémica. Se incluyeron pacientes con esclerosis sistémica, variedad difusa o limitada, con o sin enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica, diagnosticada por tomografía de alta resolución.

Los participantes se categorizaron en quienes presentaban o no enfermedad por reflujo gastroesofágico y los que habían utilizado o no inhibidores de la bomba de protones. Se recabaron datos clínicos, demográficos, laboratoriales e información terapéutica para cada paciente. Los desenlaces incluyeron la sobrevida global, definida como el tiempo desde la primera visita con el diagnóstico de enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica al fallecimiento por cualquier causa y la sobrevida libre de progresión de la enfermedad pulmonar intersticial.

La progresión de la enfermedad pulmonar intersticial se definió como la disminución de 10% o más de la capacidad vital forzada predicha o 15% o más de disminución en la difusión de monóxido de carbono en una sola respiración. Se analizó la sobrevida global y la sobrevida libre de progresión con curvas de Kaplan-Meier y se utilizó un análisis de Cox para evaluar la relación entre estos desenlaces y el uso de inhibidores de la bomba de protones/enfermedad por reflujo gastroesofágico.

Se realizaron análisis univariados y multivariados para evaluar el efecto del uso del inhibidor de la bomba de protones/enfermedad por reflujo gastroesofágico y otras posibles variables confusoras.

De 4.214 pacientes con esclerosis sistémica se identificó a 3.024 (71,8%) con diagnóstico de enfermedad por reflujo gastroesofágico y 1.931 (44,8%) tenían enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica. De los pacientes con enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica 1.204 (62,3%) tuvieron enfermedad por reflujo gastroesofágico y de ellos 1.117 recibieron inhibidores de la bomba de protones.

Los valores iniciales de los pacientes con inhibidores de la bomba de protones presentaron un menor porcentaje de la capacidad vital forzada predicha, en comparación con el grupo sin inhibidores de la bomba de protones (77,8% frente a 84,9%; p = 0,003) y un menor porcentaje de la difusión de monóxido de carbono predicho en una respiración (57,8% frente a 63,3%; p < 0,001). El uso de inmunosupresores también fue mayor en el grupo con inhibidores de la bomba de protones, en comparación con el grupo sin el fármaco (49,6% frente a 43,0%; p = 0,005).

La presencia de enfermedad por reflujo gastroesofágico no se asoció con una diferencia en la sobrevida global a 20 años, con una sobrevida de 86,2% en el grupo de enfermedad por reflujo gastroesofágico y de 87,4% en el grupo sin la patología (p = 0,82).

La sobrevida libre de progresión también fue similar en los pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico (66,0%) y sin esta (68,0%; p = 0,77). En los pacientes con enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica los resultados fueron similares, sin una diferencia en sobrevida global o sobrevida libre de progresión en los grupos con o sin enfermedad por reflujo gastroesofágico. En los pacientes con enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica que utilizaron inhibidores de la bomba de protones se demostró una mejora en la sobrevida global a los cinco años, con 70,9% en el grupo no usuario de inhibidores de la bomba de protones y 91,4% en el de usuarios de inhibidores de la bomba de protones (p < 0,0001).

A los 5 años se observaron resultados similares en la sobrevida libre de progresión, con 45,9% en el grupo no usuario de inhibidores de la bomba de protones y 66,8% en el usuario de inhibidores de la bomba de protones (p < 0,0001). Utilizando modelos de regresión no se identificaron variables confusoras que alteraran el efecto del enfermedad por reflujo gastroesofágico o del uso de inhibidores de la bomba de protones en la sobrevida de estos pacientes.

Los autores concluyeron que el uso de inhibidores de la bomba de protones puede otorgar un beneficio en la sobrevida global y en la progresión de la enfermedad en pacientes con enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica, independientemente de la presencia de la enfermedad por reflujo gastroesofágico.

Aunque no es posible establecer un mecanismo que explique este hallazgo de manera definitiva. Una posibilidad es que los pacientes que recibieron inhibidores de la bomba de protones tuvieran un mejor nivel de atención, recibiendo tratamiento para todas sus complicaciones y un tratamiento inicial más agresivo. También es posible que los inhibidores de la bomba de protones previnieran microaspiraciones ácidas, lo cual podría impactar en la progresión de la enfermedad pulmonar intersticial. Sin embargo, no se puede apoyar ninguna de estas hipótesis con el estudio actual.

Opinión del experto

Este estudio sugiere que los inhibidores de la bomba de protones mejoran los desenlaces en pacientes con enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica, aumentando la sobrevida y limitando la progresión de la enfermedad.

Aunque no es posible demostrar un efecto directo, los inhibidores de la bomba de protones son una terapéutica particularmente atractiva al ser accesibles y con un perfil de seguridad bien conocido, especialmente en comparación con otras terapias para la enfermedad pulmonar intersticial asociada a esclerosis sistémica.

Futuros ensayos clínicos que evalúen directamente los inhibidores de la bomba de protones, en especial en combinación con agentes antifibróticos o terapias inmunosupresoras, podrían demostrar una nueva opción terapéutica que mejore los desenlaces de esta complicación.

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