Incremento del riesgo de cáncer después de un ictus en personas más jóvenes

Megan Brooks

Conflictos de interés

5 de abril de 2023

Las personas más jóvenes que sufren un ictus isquémico o hemorrágico tienen un riesgo entre 3 y 5 veces mayor de que les diagnostiquen cáncer en los próximos años, según muestra una nueva investigación.[1]

En los jóvenes, el ictus podría ser la primera manifestación de un cáncer subyacente, según los investigadores liderados por la Dra. Jamie Verhoeven, Ph. D., del Departamento de Neurología del Radboud University Medical Centre, en Nijmegen, Países Bajos.

El nuevo estudio puede verse como un "trampolín para futuros estudios que investiguen la utilidad del cribado del cáncer después de un ictus", indicaron los investigadores.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 28 de marzo en JAMA Network Open.[1]

Actualmente, los estudios de diagnóstico para los jóvenes que han tenido un ictus incluyen la búsqueda de trastornos de la coagulación raros, aunque no se realizan exámenes de detección de cáncer con regularidad.

Algunas investigaciones sugieren que el ictus y el cáncer están relacionados, pero la literatura es limitada. En estudios previos entre personas de todas las edades, la incidencia de cáncer después de un ictus ha sido variable: de 1% a 5% en 1 año y de 11% a 30% después de 10 años.

Según el conocimiento del equipo, solo dos estudios han descrito la incidencia de cáncer después de un ictus en pacientes más jóvenes. Uno calculó el riesgo en 0,5% para personas de 18 a 50 años en el primer año después del ictus; el otro describió un riesgo acumulado de 17,3% en los 10 años posteriores al ictus para pacientes de 18 a 55 años.

Usando datos holandeses, la Dra. Verhoeven y sus colaboradores identificaron a 27.616 pacientes jóvenes con ictus (edad: 15 a 49 años; mediana de edad: 45 años) y 362.782 pacientes mayores con ictus (mediana de edad: 76 años).

La incidencia acumulada de cualquier cáncer nuevo a los 10 años fue de 3,7% entre los pacientes con ictus más jóvenes y de 8,5% entre los pacientes con ictus de mayor edad.

La incidencia de un nuevo cáncer después de un ictus entre los pacientes más jóvenes fue mayor entre las mujeres que entre los hombres, mientras que ocurrió lo contrario para los pacientes mayores con accidente cerebrovascular.

En comparación con la población general, los pacientes más jóvenes con ictus tenían una probabilidad 2,5 veces mayor de ser diagnosticados con un nuevo cáncer en el primer año después del ictus isquémico (standardized incidence ratio  [SIR]: 2,6). El riesgo fue más alto para el cáncer de pulmón (SIR: 6,9), seguido de los cánceres hematológicos (SIR: 5,2).

En comparación con la población general, los pacientes más jóvenes con ictus tenían una probabilidad casi 5,5 veces mayor de ser diagnosticados con un nuevo cáncer en el primer año después de una hemorragia intracerebral (SIR: 5,4) y el riesgo era más alto para los cánceres hematológicos (SIR: 14,2).

Para los pacientes más jóvenes, la incidencia acumulada de cualquier tipo de cáncer disminuyó a lo largo de los años, pero se mantuvo significativamente más alta durante los 8 años posteriores a un ictus.

Para los pacientes de 50 años o más, el riesgo de 1 año de cualquier cáncer nuevo después de un ictus isquémico o una hemorragia intracerebral fue 1,2 veces mayor en comparación con la población general.

"Por lo general, pensamos que el cáncer oculto es una causa de ictus en una población de mayor edad, dado que la incidencia de cáncer aumenta con el tiempo, [pero] lo que muestra este estudio es que probablemente debamos considerar el cáncer oculto como una causa subyacente incluso en una población más joven", dijo la Dra. Laura Gioia, neuróloga de ictus de la University of Montreal, Canadá, que no participó en la investigación.

La Dra. Verhoeven y sus colaboradores concluyeron que su hallazgo respalda la hipótesis de un vínculo causal entre el cáncer y el ictus. Considerando el momento entre el ictus y el diagnóstico de cáncer, es posible que el cáncer haya estado presente cuando ocurrió el ictus y posiblemente desempeñara un papel en su causa, señalaron los autores. Sin embargo, no se pueden sacar conclusiones sobre los mecanismos causales a partir del estudio actual.

La pregunta de si los pacientes jóvenes con ictus deben someterse a pruebas de detección de cáncer es difícil, anotó la Dra. Gioia. "El cáncer representa un pequeño porcentaje de las causas de ictus. Eso significa que habría que examinar a muchas personas con un beneficio que aún es incierto por el momento", declaró la Dra. Gioia a Medscape Noticias Médicas.

"Creo que debemos tener en cuenta el cáncer como una causa de ictus en nuestros pacientes jóvenes, y eso probablemente debería guiar nuestro registro de antecedentes con el paciente y considerar la toma de imágenes cuando sea apropiado y cuando pensemos que podría haber un cáncer oculto subyacente", sugirió la Dra. Gioia.

El estudio fue financiado en parte a través de fondos no restringidos de Stryker, Medtronic y Cerenovus. Las doctoras Verhoeven y Gioia han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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