PARÍS, FRA. Los pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias crónicas modifican periódicamente su dieta y los alimentos que consumen.[2] Por ejemplo, 1 de cada 4 pacientes con artritis reumatoide adopta un plan de dieta de eliminación.[2]
La Dra. Claire Daien, reumatóloga del Centre Hospitalier Universitaire Montpellier, en Montpellier, Francia, y catedrática universitaria, ofreció una visión general de la ciencia de la dieta y la nutrición y de las creencias individuales al respecto en la Jornada Anual de Conferencias del Institut Benjamin Delessert.
La Dra. Daien también formó parte del grupo de trabajo multidisciplinario que estableció el primer conjunto de recomendaciones dietéticas de la Société Française de Rhumatologie para pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias crónicas en 2022.[2]
¿Dietas milagrosas?
Aproximadamente 600.000 personas en Francia padecen alguna de las principales enfermedades reumáticas inflamatorias crónicas, a saber: artritis reumatoide, espondiloartritis y artritis psoriásica. La artritis reumatoide es la más frecuente y afecta a 0,5% de la población, sobre todo a las mujeres, y su incidencia máxima se produce en la perimenopausia. La espondiloartritis, que se presenta en 0,3% de la población general, afecta sobre todo a personas menores de 35 años. A diferencia de la artritis reumatoide, esta enfermedad es más frecuente en los hombres. La menos frecuente de las tres (0,1% de la población general) es la artritis psoriásica. Afecta por igual a hombres y mujeres. Suele aparecer entre los 30 y los 55 años. Las recomendaciones dietéticas de la Sociedad Francesa de Reumatología se refieren principalmente a estas tres enfermedades reumáticas inflamatorias crónicas.
"Ahora disponemos de más de 15 fármacos modificadores de la enfermedad para tratar estas afecciones", afirmó la Dra. Daien. "Aun así, algunos síntomas ─dolor y rigidez articular, fatiga─ pueden persistir a pesar de los esfuerzos por probar distintos tratamientos. Y a veces estos tratamientos también producen efectos secundarios".
"Además, al tratarse de enfermedades crónicas, los pacientes suelen querer abordar sus síntomas por sí mismos y de forma ‘natural’, mirando más allá de los medicamentos. Por eso, es bastante habitual que se centren en la comida", agregó la investigadora.
"De hecho, 25% afirma que lo que comen afecta sus síntomas: algunos alimentos los mejoran, otros los empeoran. En consecuencia, estas personas buscan formas de controlarlos. Normalmente, esto implica probar dietas de eliminación o evitar determinados alimentos. En algunos casos, existe el peligro de que dejen de tomar la medicación. En esta carrera por una dieta milagrosa, los que promueven las dietas de eliminación o los suplementos dietéticos no se quedan atrás, difundiendo falsas esperanzas, incluso agravando algunas comorbilidades, como la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares, que, como es el caso, ya son más comunes en los pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias crónicas".
Alimentación e inmunidad
Como explicó la Dra. Daien: "En el intestino se encuentra 70% de las células inmunitarias. Por eso es tan importante la calidad de los alimentos que se ingieren. Los alimentos pueden desempeñar un papel, ya sea directo ─basado en el hecho de que los receptores de ciertos nutrientes y oligoelementos están presentes en algunas células inmunitarias─ o indirecto ─mediante la modulación de la microflora intestinal (permeabilidad intestinal, exposición a antígenos, metabolitos bacterianos, etcétera)─, así como del metabolismo energético".
La disbiosis microbiana intestinal está asociada con la aparición de enfermedades autoinmunitarias, pero no están bien caracterizados los mecanismos por los que afecta la transición de la autoinmunidad asintomática a la enfermedad inflamatoria.
En un artículo publicado en 2020, los investigadores identificaron la integridad de la barrera intestinal como un importante punto de control en la traslación de la autoinmunidad a la inflamación.[3] El péptido zonulina de la familia de la zonulina, un potente regulador de las uniones estrechas intestinales, está muy expresado en ratones y humanos con respuestas autoinmunitarias y puede utilizarse para predecir la transición de la autoinmunidad a la artritis inflamatoria.
El aumento de los niveles séricos de zonulina va acompañado de una barrera intestinal permeable, disbiosis e inflamación. La restauración de la barrera intestinal en la fase previa a la artritis mediante butirato o un agonista del receptor cannabinoide de tipo 1 inhibe el desarrollo de la artritis. Además, el tratamiento con el antagonista de la zonulina, acetato de larazotida, que aumenta específicamente la integridad de la barrera intestinal, reduce eficazmente la aparición de artritis.
Los datos presentados en el artículo identifican un enfoque preventivo para la aparición de la enfermedad autoinmunitaria al dirigirse específicamente a la función deteriorada de la barrera intestinal.
Dieta tras el diagnóstico
Los investigadores encuestaron a 300 pacientes adultos que padecían una enfermedad inflamatoria inmunomediada, como artritis reumatoide, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa o psoriasis. ¿Los resultados? Tras el diagnóstico, 44% cambió sus hábitos alimentarios. De estos pacientes, 69% hizo el cambio por iniciativa propia (27% adoptó una dieta sin lactosa; 18%, una dieta sin gluten; 17%, una dieta equilibrada; 13%, una dieta baja en azúcar) y 13% lo hizo por recomendación de un profesional de la salud.
De los pacientes que no modificaron sus hábitos alimentarios, 69% declaró no haber recibido asesoramiento nutricional de su profesional de la salud. Dos tercios de los pacientes (66%) que habían modificado su dieta experimentaron un cambio. En algunos casos, las consecuencias fueron positivas (reducción de peso: 27% y mejor condición física: 27%) y, en otros, negativas (aumento de la fatiga: 21% y trastornos del sueño: 15%).
En otro estudio, los investigadores examinaron una muestra de 217 pacientes con artritis reumatoide de un registro sobre la enfermedad y descubrieron que casi una cuarta parte de las personas que viven con esta afección desde hace bastante tiempo informaron que los alimentos afectaban sus síntomas.[4] Los pacientes que declararon comer los alimentos específicos enumerados en la encuesta señalaron que algunos empeoraban los síntomas de la artritis reumatoide (por ejemplo, carnes rojas, refrescos con azúcar, postres) y otros los mejoraban (por ejemplo, pescado, espinacas, fresas). Además, 24,3% de todos los participantes afirmó evitar alimentos (16,2% a veces, 8,1% a menudo) porque empeoraban su artritis reumatoide.
Este contenido fue originalmente publicado en la edición de Medscape en francés.
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime
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Citar este artículo: El papel de la dieta en el control de las enfermedades reumáticas - Medscape - 29 de marzo de 2023.
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