El sexismo puede tomar diferentes formas, algunas de las cuales se disfrazan de protección y adulación. No obstante, en cualquiera de sus formas, tiene un efecto negativo sobre cómo las mujeres son percibidas y tratadas por los demás y por ellas mismas. La teoría y la investigación sobre el sexismo ambivalente, que abarca actitudes que son abiertamente negativas (sexismo hostil) y aquellas que parecen subjetivamente positivas pero que en realidad son dañinas (sexismo benévolo), han hecho contribuciones sustanciales para comprender cómo opera y las consecuencias que tiene para las mujeres. Una revisión publicada recientemente en Nature Reviews Psychology resumió los predictores del sexismo ambivalente y su impacto en la salud de las mujeres.[1]
Diversas formas
El sexismo es un tipo de prejuicio que clasifica específicamente a las mujeres por debajo de los hombres. Aunque puede tomar formas abiertamente negativas, y en algunos casos incluso violentas, las actitudes sexistas hacia las mujeres pueden no ser abiertamente negativas. De hecho, las mujeres a menudo son descritas de una manera más positiva que los hombres. Sin embargo, esas descripciones positivas tienden a limitarse a rasgos vinculados a la empatía (las mujeres son sociables y amables), mientras que los hombres se describen más positivamente en áreas como capacidad y competencia, que determinan el estatus y el poder en la sociedad (los hombres son brillantes y capaces).
La teoría del sexismo ambivalente reconoce estas circunstancias específicas y postula que el sexismo combina la antipatía (sexismo hostil) con la benevolencia subjetiva (sexismo benévolo) en su actitud hacia las mujeres para mantener el dominio que los hombres ejercen sobre estas.
Sexismo y salud
Si bien tanto mujeres como hombres pueden experimentar sexismo, las mujeres son el blanco más frecuente de este tipo de prejuicio, a pesar del progreso percibido en sus derechos durante la última década. Debido a su omnipresencia, el sexismo hacia las mujeres se ha conceptualizado como un "problema" diario que puede tener consecuencias negativas para su salud física y mental.[2]
A pesar de la falta de consenso sobre si incorporar o incluso investigar las diferencias de sexo y género en los paradigmas de tratamiento, la investigación sobre los determinantes sociales de la salud ha descubierto evidencia de que a menudo los síntomas de las mujeres apenas se reconocen o incluso son descartados por los profesionales médicos (sexismo médico). Esto ha inspirado investigaciones e intervenciones destinadas a reducir los sesgos mostrados por los profesionales de la salud, con el objetivo de reducir las disparidades de sexo en la atención médica.
Sexismo y enfermedad
A pesar de ser la principal causa de muerte en mujeres en todo el mundo cada año, la enfermedad cardiovascular en las mujeres sigue sin ser reconocida, diagnosticada ni tratada. Por ejemplo, al comparar datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de Estados Unidos (NHANES) III (1988-94) y NHANES IV (1999-2002), más mujeres posmenopáusicas tenían hipertensión, en comparación con los hombres de la misma edad. Además, menos mujeres posmenopáusicas que hombres lograron llevar su presión arterial a la meta.
Se ha planteado la hipótesis de que, según los datos de las encuestas nacionales, es probable que las mujeres no estén siendo tratadas tan agresivamente por su enfermedad cardiovascular o que existan otros mecanismos que no son frecuentes en los hombres y que puedan estar contribuyendo a su enfermedad cardiovascular.[2] La asociación indiscutible entre las experiencias de sexismo y el trastorno de estrés postraumático, la angustia psicológica y la frecuencia del consumo de tabaco y alcohol entre las mujeres debería incitar a los investigadores a examinarlo con más profundidad como un factor de riesgo cardiovascular adicional para las mujeres.
Además, las señales de advertencia cardiovasculares pueden detectarse en mujeres afectadas por sexismo benévolo y hostil, con reactividad cardiovascular aumentada a experiencias de sexismo hostil, pero también después de experiencias de sexismo benévolo, con recuperación cardiovascular deteriorada en el regreso a las funciones de referencia.[3]
El sexismo también puede ser un factor notable de estrés físico, y las experiencias de sexismo benévolo y hostil se asocian con un aumento de la ansiedad y la ira autonotificadas, con asociaciones relativamente más fuertes para el sexismo hostil que para el sexismo benévolo.[4] Incluso hoy en día todavía nos resulta difícil saber cómo distinguir entre las secuelas emocionales y psicológicas específicas de la exposición a diversas formas de sexismo ambivalente, y ese será uno de los objetivos de futuras investigaciones en este campo.
Este contenido fue originalmente publicado en Univadis, parte de la Red Profesional de Medscape.
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CRÉDITO
Imagen principal: Kaspars Grinvalds/Dreamstime
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Citar este artículo: ¿Qué es el sexismo ambivalente y cuáles son sus efectos sobre la salud? - Medscape - 21 de marzo de 2023.
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