En los últimos años he estado involucrado en más de 100 casos relacionados con consultas, quejas, demandas o denuncias realizadas por médicos en formación. Estas han sido en contra de algún trabajador de la salud, autoridades o funcionarios de las instituciones educativas o de salud que avalan sus cursos (internado, servicio social o residencia).
Las consultas provienen de diversas regiones de México y los temas que me preguntan son muy variados.
Hemos tenido estudiantes y trabajadores que se han enfrentado a problemas muy graves como violaciones, violencia física, lesiones, robos con violencia e intentos de suicidio. Pero, por lo general, lo más frecuente son las consultas por cuestiones laborales en la residencia: ya sea por desconocimiento de sus derechos u obligaciones o para aclarar alguna situación que se presentó en su sede. Estas, en su mayoría, no requiere un procedimiento jurídico; muchos problemas nacen del desconocimiento tanto del médico residente como de las autoridades del hospital sobre la legislación que rige el sistema de residencias.
No todos los asuntos que nos llegan son graves; pero, por desgracia, hemos visto a muchos estudiantes perder su oportunidad de ser médicos y de residentes perder la posibilidad de ser especialistas por cuestiones triviales. En la formación médica, en muchas ocasiones, las sanciones son arbitrarias y no guardan proporción con la falta cometida. No siempre podemos ayudar a los médicos en formación, por desgracia, hemos presenciado muchas injusticias perpetuadas ante la indiferencia de las autoridades.
De todos estos casos que hemos conocido podemos llegar a algunas conclusiones. Aclaro que estas son opiniones y puntos de vista, para nada son un análisis científico de los casos.
1. Las primeras en no cumplir con la ley son las autoridades.
En estos momentos estamos concluyendo un artículo en donde hacemos evidente que en el Sistema Nacional de Residencias Médicas, las autoridades no cumplen con la Norma Oficial correspondiente. Esto sucede tanto en instituciones públicas como privadas. De los casos que hemos llevado, concluimos que lo mismo sucede en los ciclos básico y clínico, internado y servicio social. Las normas jurídicas en la formación médica son casi ornamentales; muchos programas se rigen por usos y costumbres locales, y no existe autoridad que se interese en hacer cumplir las leyes. Aunque existe una enorme variabilidad en cuanto al cumplimiento de las normas, nos hemos encontrado con casos en donde los problemas surgen de que las instituciones no cumplen con los derechos y obligaciones derivados de las normas oficiales correspondientes y quienes pagan son los estudiantes.
Ante la indiferencia de la autoridad federal por hacer cumplir las normas hemos pensado en crear una página en donde los médicos residentes nos ayuden a evaluar que tanto cumple su hospital con los derechos y obligaciones derivados de la Norma Oficial, esto con la intención de que las futuras generaciones deresidentes puedan consultar la base de datos y tomar una decisión informado sobre qué hospital van a elegir.
2. Las instituciones de educación superior privilegian su relación con las instituciones de salud antes que el bienestar de sus residentes.
Esto sucede principalmente en los casos de internado de pregrado y servicio social. Estos estudiantes —desde mi punto de vista— son los más vulnerables.
Cuando nos enfrentamos con problemas en estos cursos generalmente tenemos que librar una doble batalla, ya que en muchos casos las instituciones de educación y salud hacen causa común para sancionar al estudiante. Este punto a mí me resulta sorprendente, ya que antes de comenzar a llevar este tipo de asuntos a mí me parecía que las universidades iban a tomar el lado de su alumno. Por alguna razón, a las universidades les conviene más quedar bien con las instituciones de salud que defender a sus alumnos. Yo creo que tiene algo que ver con el hecho de que si se peleancon alguna institución de salud les quitan o condicionan plazas o campos clínicos No lo sé, esta es sólo mi opinión con relación a los casos que he conocido. Por supuesto que hemos encontrado universidades que defienden a sus alumnos.
A mí me sorprende que en muchas ocasiones las instituciones de educación de inmediato se ponen de lado de la institución de salud y el caso se convierte en una lucha con una asimetría inmensa en donde un interno o pasante tiene que luchar contra dos gigantes (universidad e institución de salud).
3. Falta de procedimientos eficaces para combatir acosos, abusos y violencia en los hospitales.
Cada vez existen más procedimientos e instituciones que supuestamente protegen a diferentes sectores de la sociedad de la violencia y los abusos. La realidad es que todavía no existen procedimientos eficaces para hacer frente a estos problemas. Recordemos que el internado de pregrado y el servicio social duran (en la mayoría de los planes de estudio) un año. Por lo que un procedimiento que dure varios años es ineficaz, ya que al momento de obtener una resolución seguramente el estudiante ya sea haya dado de baja, haya terminado el año tolerando el abuso o la violencia o esta haya aumentado a tal grado que ya nos encontremos ante una vía legal más fuerte.
Reconocemos que se han hechos esfuerzos en muchas universidades y otras instituciones, pero todavía no encontramos procedimientos adecuados, de fácil acceso para los estudiantes. Agradecemos a las autoridades que nos han apoyado y han defendido a los médicos en formación. Todavía necesitamos seguir trabajando en los procedimientos. Lo ideal sería que fueran tan sencillos que no se requiriera de un despacho jurídico para tramitarlos, ya que en el caso de los internos y pasantes es difícil que cuenten con los recursos para conseguir una representación legal adecuada.
4. El embarazo y la lactancia siguen siendo castigados.
Todos hemos escuchado que existe un impulso global por aumentar la presencia de mujeres en áreas de ciencia y tecnología. La medicina es un área que ha presenciado un aumento formidable en el número de mujeres que la estudian y la practican. A pesar de que se han logrado avances muy importantes en esta área, todavía nos toca ver casos en donde a las mujeres se les imponen penas y castigos por embarazase, tener hijos o lactar.
Se han presentado avances en estos temas; pero, por ejemplo, el año pasado, tuvimos casos muy serios en donde se prohibía a las residentes utilizar el cuarto de lactancia y otros en donde se les quitaba tiempo de quirófano o se les condicionaba el acceso a una subespecialidad dependiente de si se embarazaban o planeaban hacerlo. La discriminación por embarazo o lactancia deben ser erradicadas. En otra columna se mencionó porque el embarazo y la residencia médica son compatibles.
5. No existen instancias para conciliar en caso de que se presenten problemas leves.
La mayoría de los casos que recibimos no son graves. Con esto quiero decir que no está en riesgo la vida o la salud de los médicos en formación. La forma más común de estos casos son conflictos entre residentes. Me parece que muchos de estos casos se pueden resolver con una instancia conciliadora. Es una lástima que algunas autoridades no tengan interés en solucionar las controversias de esta manera y prefieran ignorar los problemas hasta que el más débil de los involucrados renuncie o se enferme. Es urgente que exista una instancia conciliadora que conozca de estos casos. Sabemos que en algunos casos (violencia sexual y de género) no se puede conciliar, pero en muchos otros nos podemos ahorrar tiempo y que los problemas sigan creciendo.
Del caso del que más orgulloso me siento es cuando acompañamos a un grupo de residentes que tenía ciertos problemas académicos con su institución. Cuando estos estaban listos para escalar el conflicto, las autoridades se sentaron a platicar y en menos de un día el problema estaba resuelto y los residentes en sus servicios. Las cosas no cambiaron, pero se llegó a acuerdos y cada parte entendido el punto de vista de la otra. Es triste ver a las autoridades comenzar la negociación con amenazas y no con diálogo. Promovamos la conciliación y el diálogo.
6. La tesis como medida coercitiva.
En otra columna hablamos sobre la tesis. Desde mi perspectiva es un requisito que no debería de existir en la residencia médica. Lo más alarmante no es que se hacen malas tesis y se plagia, sino que este requisito en muchos casos se convierte en un medio de presión. Las autoridades utilizan los procedimientos de tesis para intimidar y amedrentar a los residentes. Necesitamos reflexionar sobre la pertinencia de la tesis y en caso de que esta continúe, colocar candados y procedimientos para evitar que las mismas se usen para controlar y ejercer violencia en contra de los residentes.
7. El problema no sólo son las autoridades, las violencia y los abusos se perpetúan entre los mismos residentes.
En ocasiones queremos entender el problema de la violencia en la formación médica como si existiera un ente malvado que nos obligara a pelear unos con otros o que obtiene un beneficio de nuestro sufrimiento. En mi experiencia, la realidad es que en ocasiones la cultura laboral dentro de las instituciones es variable. Tenemos, en un mismo hospital, años que son increíblemente pacíficos y al siguiente año nos reportan problemas graves. Algo sucede en la cultura hospitalaria. No debemos crear hombres de paja y decir que una o algunas personas son los culpables de todo. La realidad es mucho más compleja y, en ocasiones, los conflictos más graves se dan entre residentes o residentes e internos. Necesitamos hablar de estos temas, reconocer que existen y que la mayoría nos comprometamos a un cambio.
Por último, recientemente, hemos recibido otro tipo de consultas: adscritos y jefes de servicio a los que se les acusa de abuso o acoso y no son culpables; es decir, su utiliza el pretexto de la violencia para el golpeteo político dentro de los hospitales. Nos preocupa que aumentar las penas puede llevar a que estas no se utilicen para evitar que exista violencia, sino como armas dentro de las luchas políticas por el poder dentro de los hospitales. Yo no creo que el problema de la violencia se resuelva con mayores penas. Debemos de tener reglas claras y cumplirlas, pero también tenemos que cambiar la manera en que nos relacionamos dentro de los hospitales. Es imprescindible comenzar a hablar del tema y discutirlo en los diferentes foros. La solución está dentro del gremio médico.
El Dr. Mauricio Sarmiento Chavero, médico, abogado y escritor. Actualmente tiene un despacho de responsabilidad profesional médica y su última obra publicada es: El estatus jurídico del médico residente en México.
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Citar este artículo: ¿Qué hemos aprendido defiendo médicos en formación? - Medscape - 28 de feb de 2023.
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