TENDENCIA CLÍNICA

Nuevos objetivos de presión arterial

Ryan Syrek

Conflictos de interés

17 de febrero de 2023

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Entre 1990 y 2019, la incidencia mundial de la hipertensión aumentó al doble. Dados los conocidos y graves problemas de salud asociados a la hipertensión arterial, varias organizaciones han adoptado recientemente objetivos más agresivos. Esas guías actualizadas, junto con los recientes hallazgos clave relacionados con el cumplimiento del tratamiento por los pacientes que viven con hipertensión, dio lugar a la Tendencia clínica de esta semana.

Recientemente, la American Academy of Family Physicians (AAFP) y la American Diabetes Association (ADA) actualizaron sus objetivos de presión arterial para determinados pacientes (ver infografía).

Las nuevas guías de práctica clínica de la American Academy of Family Physicians se basaron en una revisión de ensayos aleatorizados controlados que demostraron que un objetivo de < 140/90 mm Hg tenía beneficios en lo que respecta a la mortalidad por causas cardiovasculares y por todas las causas. Se observó un pequeño beneficio adicional en la reducción del infarto de miocardio con objetivos de < 135/85 mm Hg. Las nuevas guías también incluyen la recomendación de estandarizar las mediciones utilizando un manguito del tamaño adecuado en un brazo descubierto a la altura del corazón, con los pies del paciente en el suelo. La organización señala que la variabilidad de las lecturas puede reducirse aún más tomando las mediciones tras al menos 5 minutos de reposo y 30 minutos sin haber ingerido cafeína.

También la International Society of Hypertension recomienda un objetivo de presión arterial "esencial" de < 140/90 mm Hg para la mayoría de las personas, con una presión arterial "óptima" de < 130/80 mm Hg. Esta organización también recomienda una presión arterial de < 130/80 mm Hg para los pacientes con enfermedad cardiovascular ateroesclerótica confirmada. La guía de 2021 de la American Heart Association (AHA) y la American Stroke Association (ASA) recomienda un objetivo de presión arterial de < 130/80 mm Hg para la prevención del ictus recurrente.

Asimismo, la American Diabetes Association (ADA) adoptó recientemente objetivos de presión arterial más agresivos. El nuevo objetivo es < 130/80 mm Hg, junto con un objetivo de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) de < 70 mg/dl o ≤ 55 mg/dl, dependiendo del riesgo cardiovascular del paciente. El Dr. José Gotés Palazuelos, endocrinólogo y miembro del comité editorial de Medscape en español también recalca otros cambios, como un enfoque sobre la pérdida de peso para los pacientes que viven con diabetes de tipo 2, orientación para la detección y la evaluación de la arteriopatía periférica, uso de finerenona en aquellos con diabetes y nefropatía crónica, utilización de dispositivos de resultado inmediato de hemoglobina glucosilada y orientación sobre la detección de la inseguridad alimentaria.

Estos nuevos objetivos, más bajos, exigen que el paciente cumpla el tratamiento, lo que es una gran preocupación. Un método que se está investigando actualmente para ayudar a los pacientes con hipertensión es la denervación renal o el ARN pequeño de interferencia (siRNA), que tiene una semivida larga. Un nuevo siRNA terapéutico, zilebesiran, es actualmente objeto de un ensayo clínico de fase 2. Los estudios de fase 1 con zilebesiran en pacientes con hipertensión demostraron un efecto a largo plazo, con una reducción de > 90% del angiotensinógeno circulante en el curso de 6 meses tras una única dosis subcutánea (800 mg). El pico de reducción del angiotensinógeno circulante se presenta al cabo de aproximadamente tres semanas. También se han observado reducciones duraderas de la presión arterial, con una monitorización ambulatoria de la presión arterial durante 24 horas que muestra una reducción de la presión arterial sistólica de > 15 mm Hg ocho semanas después de la administración de una dosis única (800 mg). En los ensayos de fase 2 se está estudiando zilebesiran en pacientes con hipertensión leve a moderada que no toman antihipertensivos (KARDIA-1) y en pacientes cuya presión arterial no está controlada (KARDIA-2).

De la infinidad de factores que respaldan la necesidad de controlar la presión arterial, las preocupaciones relacionadas con la COVID-19 ocupan un lugar destacado. La asociación entre hipertensión y COVID-19 grave está bien reconocida, pero un estudio reciente puede haber identificado el nivel en el que una presión arterial elevada puede predecir una infección potencialmente mortal. El mayor riesgo se registró en personas cuya presión arterial sistólica era de > 150 mm Hg. Los hallazgos se basaron en datos de 16.134 personas del Reino Unido con resultados positivos en las pruebas de COVID-19. De ellas, 40% tenían la presión arterial alta y 22% presentaban COVID-19 grave. Los resultados amplían los de un estudio previo, que demostró que la presión arterial elevada aumenta a más del doble el riesgo de contraer COVID-19 grave, incluso en personas vacunadas y que han recibido refuerzo.

Dado lo común que es la hipertensión, especialmente en determinadas poblaciones de pacientes, los nuevos objetivos proporcionados por organizaciones clave han despertado un gran interés. Estos cambios, junto con la nueva información sobre el tratamiento con siARN y las preocupaciones relacionadas con la COVID-19, han dado lugar a la Tendencia clínica de esta semana.

Para más información medicamentos para el control de la presión arterial, lea aquí.

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