Las emergencias ocurren en cualquier lugar, en cualquier momento y, a veces, los médicos se encuentran en situaciones en las que son los únicos que pueden ayudar.
"¿Hay un médico en casa?" es una serie de Medscape que cuenta estas historias.
En el centro norte del estado de Washington, Estados Unidos, hay mucho más que campos. Cada año, la Federal Aviation Administration cierra el espacio aéreo en una parte remota de la zona para realizar una competencia de modelos de cohetes, la exhibición Fire in the Sky en el Sportsmen's Club organizada por el Washington Aerospace Club. Es un evento de 2 días y es bastante importante, acude gente de todo el país.

Dr. Stephen Anderson
Cuando eras niño, probablemente viste esos cohetes que medían casi 1 m de alto. Los lanzaban al aire, tenían un pequeño paracaídas que se abría y volvían a bajar al suelo. Bueno, imaginen eso pero a un nivel masivo. Hay cohetes desde casi 1 m hasta más de 6 m de largo en este evento. La gente aparece con remolques para caballos llenos de cohetes y sus componentes. Quiero decir, es una obsesión.
Algunos de estos cohetes son supersofisticados. Tienen diferentes etapas donde en la primera se quema y la segunda toma el relevo. Suben miles de metros hasta el borde de la estratosfera. La mayoría de ellos tienen cámaras GoPro, por lo que puedes ver cuándo el cohete alcanza la parte superior de su trayectoria y el último motor se quema. A medida que comienza a descender, se abre un paracaídas y puede caer en cualquier lugar, desde muy cerca de donde se lanzó hasta a poco más de 1 km de distancia. Luego se usa un pequeño GPS para encontrarlo.
Tengo un sobrino que trabajaba para Boeing, él y su hijo participaron con un modelo de casi 2 m en esta competencia. Me invitó a salir y verlo explotar. ¿Por qué no? Conduje hasta allí, estacioné mi Jeep y estaba caminando hacia la competencia cuando noté algo raro, una conmoción más grande de lo que debería haber habido.
Esto es lo que sucedió 2 minutos antes de que yo llegara:
Un cohete, de más de metro y medio de largo y más de 6 cm de diámetro, había alcanzado la parte superior de su trayectoria de varios metros y estaba listo para regresar a tierra. Pero su paracaídas no se abrió. Se giró hacia abajo y literalmente descendió disparado como un cohete.
Había subido bastante recto y había bajado de igual manera, justo hacia un círculo de personas sentadas en sillas de jardín. Golpeó a un hombre de mediana edad, pero no se imaginan cómo.
En primer lugar, quién sabe qué tan rápido iba. La punta rozó su frente y... cómo describir el resto. El cohete le atravesó el abdomen y se clavó directamente en el suelo; la punta entró por la parte superior de su vientre, justo debajo del nivel del pecho y salió por la parte inferior de su vientre. El cohete lo inmovilizó contra el suelo a través de su vientre.
Bueno, así no era como planeaba pasar mi día, pero mi tiempo de espectador había terminado. Había mucha gente corriendo en círculos donde estaba inmovilizado, sin saber realmente qué hacer.
Cuando dije que era un médico de urgencias, al instante 15 cabezas me miraron en busca de instrucciones, como diciendo "Oh, Dios mío, por favor, ¡toma el control!". Mucha gente preguntaba: "¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer?". Respondí: "Bueno, no necesitamos hacer reanimación cardiopulmonar, lo que en realidad necesitamos es sacar este cohete del suelo. Necesitamos mantenerlo quieto mientras excavamos el cohete y lo ponemos plano".
La gente cavó suavemente alrededor de la punta del cohete. Estaba enterrado unos 15 o 20 cm, lo suficiente como para que no quisiéramos tirar de él (todavía me maravillo de lo rápido que debe haber viajado para empalar al hombre de la forma en que lo hizo y también para atascarse en el suelo de esa manera). Queríamos aflojarlo y sacarlo del suelo.
Conseguimos sacar la punta y poner al hombre de espaldas. No hace falta decir que no estaba particularmente cómodo. Se veía bastante pálido, como si estuviera en bastante peligro.
El festival tenía un kit de emergencias con algunas vendas, pero nada más. Existe un viejo dicho en la medicina de urgencias: "¿Qué se puede hacer con cinta adhesiva, una navaja suiza y un clip?" Es como, ¿qué tienen a la mano que pueda funcionar aquí?
Lo que realmente teníamos que hacer era evitar que tanto el cohete como el hombre se movieran. Le cortamos la camisa y le bajamos los pantalones para ver mejor por dónde entraba y salía. Luego usamos un par de camisetas limpias para estabilizar el cohete, para que no se moviera mientras estaba acostado. No sangró tanto. Y su vientre no se estaba expandiendo excesivamente, como si estuviera sangrando internamente. Quiero decir, se veía horrible. ¡Pero yo también me vería así!
Estábamos a una hora del servicio de urgencias más cercano y solo un par de personas tenían señal en sus teléfonos, pero logramos comunicarnos con el servicio de urgencias. Además, era uno de esos días de 33 grados, sin sombra a 80 km en cualquier dirección.
Había allí un bombero voluntario para manejar la plataforma de bomberos. Ayudó a llevar al hombre a un remolque con aire acondicionado sin moverlo mucho.
Básicamente, lo estabilizamos manteniéndolo muy quieto y lo más cómodo posible hasta que llegó el servicio de urgencias médicas. Lo acompañé alrededor de una hora y media hasta el hospital de traumatología más cercano, en el centro de Washington. Estaba consciente, lo cual era pésimo para él, pero tranquilizador para mí. "Todavía me estás hablando", le dije. "Creo que vas a estar bien".
Uno de los puntos clave desde el punto de vista médico es que nunca se debe intentar sacar algo que esté dentro del cuerpo en un contexto extrahospitalario. Si está presionando contra algo vital, podría causar mucho daño, y si está contra un vaso sanguíneo, sangrará sin control.
Llegamos al hospital de traumatología y lo llevaron al quirófano. Por la gracia de las amistades, alguien llevó a su esposa al hospital. Estaba más tranquila de lo que creo que yo habría estado si mi cónyuge hubiera sido golpeado por un cohete.
La historia completa del diagnóstico: el cohete que lo golpeó en la frente le provocó una pequeña fractura de cráneo y una leve conmoción cerebral. Eso no fue gran cosa. Ahora imaginen el resto: el cohete solo atravesó la grasa de su vientre. ¡No golpeó ninguno de sus órganos abdominales! Sigo pensando que esto es absolutamente asombroso. Si hubiera estado inclinado hacia adelante en su silla de jardín, incluso unos pocos centímetros, el cohete le habría atravesado la cabeza y esa habría sido toda la historia.
Se quedó en el hospital un par de días. Nunca lo volví a ver, pero recibí seguimiento del cirujano. Y leí el periódico al día siguiente. Déjenme decirles que, en el centro de Washington, esta fue una gran noticia.
No era la forma en que había planeado mi mañana. Pero no puedes predecir ese tipo de cosas. No sé, tal vez espiritualmente o en términos de karma, estaba destinado a aparecer unos 90 segundos después de que esto ocurriera. El único médico de urgencias de todo el evento, por pura casualidad. Mi trabajo me bendice con un cierto conjunto de habilidades. Sé cuándo preocuparme realmente, cómo hacer para mantener a alguien a salvo hasta que puedas llevarlo a la sala de urgencias. Es algo por lo que agradezco a las estrellas todos los días.
Como le dije al hombre de camino al hospital: "Bueno, no es tu día de suerte, pero seguro que podría haber sido mucho más desafortunado".
El Dr. Stephen Anderson es médico de urgencias en Auburn, Estados Unidos, y está afiliado al MultiCare Auburn Medical Center.
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime/Medscape Illustration
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Citar este artículo: Un extraño empalamiento por un modelo de cohete pone en apuros a este doctor - Medscape - 20 de feb de 2023.
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