En México las urgencias médicas son una de las principales causas de visita a los hospitales, con aproximadamente 19,7 millones de personas que acuden anualmente. Se trata de lugares complicados por la dinámica, el trabajo rápido y la cantidad de pacientes que acude todos los días.
Ante tal situación, la Federación Internacional de Medicina de Emergencia (IFEM) se ha dado a la tarea de promover entre las asociaciones afiliadas distribuidas el restablecimiento de la atención de urgencias en 41 países en todo el mundo.

Dr. Daniel Sánchez Arreola
El Dr. Daniel Sánchez Arreola, presidente de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencias (SMME), nos habla del caso mexicano. Aseguró que en los últimos años los médicos de urgencias han identificado el problema de la sobresaturación. "Lo vemos como un tema muy importante porque lamentablemente en el país hoy se toma con la mayor normalidad, es decir, ver que las salas están sobresaturadas de pacientes parece ya ser muy cotidiano, por lo que las acciones han quedado de lado".
En contraparte, se ha documentado que la saturación de los Servicios de Urgencias puede provocar incluso la pérdida de vidas. Un estudio publicado en 2022 por Emergency Medicine Journal establece que los pacientes que esperaron en urgencias más de 6 a 8 horas desde su llegada tienen 8% más riesgo de morir. Es decir, se produce una muerte adicional por cada 82 pacientes que retrasan su atención.[1]
A pesar de que en la reciente emisión del Modelo de Atención a la Salud para el Bienestar se menciona la creación del Sistema Nacional de Emergencias en Salud, el cual sería coordinado por el futuro centro nacional de emergencias en salud, así como la mención de un Programa Estratégico de Salud para el Bienestar, que en su punto número seis menciona a las emergencias en salud, la realidad es que el día a día para los médicos que cubren estas áreas en los diferentes hospitales sigue siendo un reto mayúsculo.
Medscape: ¿Cómo se atienden las urgencias en el país?
Dr. Daniel Sánchez Arreola: México se divide en subsistemas y la mayoría se encuentra en una situación complicada. Cada institución realiza sus actividades sin considerar los esfuerzos y recursos de las demás, no funcionan en conjunto como un sistema articulado, sino como un conglomerado disperso. Existen varias instituciones y organizaciones que ofrecen Servicios Prehospitalarios, algunas entidades incluso trabajan sin que exista la coordinación, regulación y evaluación de su desempeño.
Esta situación ha propiciado duplicidad en la atención, desperdicio de recursos, pérdidas en la operación, altos costos y falta de cobertura plena.
En México ha sido todo un tema porque por muchos años se ha buscado homologar la atención en los hospitales, pero sobre todo dar prioridad a las urgencias reales y que sin importar la situación laboral se pueda tener una atención pronta en un área de urgencias, para ello también habría que delimitar de una manera adecuada cuáles son las urgencias reales.
Actualmente esto no es la regla, existen casos esporádicos, como las emergencias obstétricas, con pacientes embarazadas donde se busca que la atención se otorgue en cualquier circunstancia, pero tenemos muchas otras enfermedades que matan a los mexicanos anualmente, como el infarto y en este tema la atención sigue siendo complicada, sin protocolos de emergencia extendidos en toda la República.
De acuerdo con un reporte del Observatorio Norteamericano de Sistemas y Políticas de Salud, el sistema de Salud mexicano consta de tres componentes que operan en paralelo:[2]
Esquemas de seguro social basados en el empleo.
Servicios de Asistencia Pública para los no asegurados.
Sector privado compuesto por proveedores de servicios y aseguradores desvinculados del sector público.
Para las emergencias existe un sistema mixto de atención médica prehospitalaria constituida en la Norma Oficial Mexicana, NOM-034-SSA3-2013, regulación de los Servicios de Salud y Atención Médica Prehospitalaria, que establece que los Centros Reguladores de Urgencias Médicas (CRUM) de la Secretaría de Salud son las instancias técnico-médico-administrativas que aplican la secuencia de las actividades específicas prehospitalarias en el sitio del evento crítico, el traslado y la recepción del paciente en el establecimiento designado.
¿Cuáles son los principales faltantes en el sistema de atención de urgencias?
Se trata de un problema multifactorial. La dinámica de los sistemas de salud es complicada; sabemos que en México desde la pandemia y algunos años atrás ya presentábamos problemas; se dejó al descubierto que a veces incluso los espacios no están adaptados para recibir gran cantidad de pacientes, aun así lo podríamos dividir en tres aspectos básicos.
Primero la infraestructura si ya las ciudades tienen carencias, tenemos zonas rurales y de difícil acceso donde la infraestructura hospitalaria no es para nada suficiente. Para que la dinámica con los pacientes sea más rápida, este espacio tendría que funcionar como un aeropuerto, es decir, saber quién va a entrar, quién va a salir y medir los tiempos, lo que sin duda mejoraría mucho.
Otro punto es el personal. A nivel nacional tenemos un déficit de entre 23.000 y 25.000 médicos especialistas en emergencias, por lo que apenas se podrían llegar a cubrir los turnos de los hospitales de segundo nivel.
Por último, hace falta una reingeniería al sistema de salud que nos permitiera hacer políticas públicas para mejorar la atención de los pacientes. De nada sirven tampoco espacios con 200 camas si no existe el personal para atenderlo. Se requiere mucho de la intervención de las autoridades de salud, que se integre un área específica a nivel nacional que sea encargada de la atención de las emergencias, pues hoy no tenemos un espacio que homologue la atención de las emergencias en el país.
¿Qué otros factores juegan en contra particularmente en México?
Aunque se siguen varios lineamientos internacionales técnicos para realizar el triaje o clasificación de los pacientes, el uso indiscriminado de estas áreas ha sido un problema recurrente. Por ejemplo, muchos pacientes que acuden a un centro de salud o unidad de medicina familiar a veces no resuelven su problema y entonces entran a las áreas de urgencias para buscar atención. Las puertas de los Servicios de Urgencias se han convertido en un acceso de entrada indiscriminado.
Otro punto importante durante la pandemia fue la falta de atención de consulta externa, espacios que prácticamente estuvieron sin atención y que convirtieron a las salas de emergencia en un caos. La administración y el flujo de pacientes es un tema que se debe investigar, hacer análisis del sistema y ver qué hospitales realmente requieren nueva infraestructura, personal y reorganización.
¿Cuáles son las causas que llevan a los mexicanos a las salas de urgencia?
En los últimos años se ha dado un incremento muy importante de las enfermedades crónicas. Hoy podemos decir que más de 70% de las atenciones es ocasionado por estas. En México las principales causas de mortalidad son enfermedades del corazón, diabetes, tumores malignos, COVID-19, enfermedades del hígado, enfermedades cerebrovasculares, agresiones, accidentes, influenza y neumonía, así como enfermedades obstructivas crónicas.
Esto toca a todos los subsistemas. Si tomáramos una fotografía de cualquiera de las salas de urgencias de un hospital de segundo nivel seguramente los encontraríamos congestionados y con tiempos de espera prolongados.
Aunado a ello, algunos análisis, como el del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), establecen que el tiempo de espera promedio en una sala de urgencias en el país es de 4, 6 y hasta 8 horas. Se debe agregar el tiempo que tarda en llegar la ambulancia por el paciente y su posterior traslado al hospital. Para cubrir este recorrido se estiman tiempos de 40 minutos hasta más de una hora, como ocurre en zonas urbanas con alta densidad poblacional, como es el caso de la Ciudad de México y el área metropolitana; para el interior de la República es otra historia.
Si esto lo equiparamos con la premura de la atención médica podríamos pensar que lamentablemente estamos perdiendo vidas o complicando algunas enfermedades por tener tiempos de espera tan prolongados.
¿Por dónde podemos empezar las mejoras al sistema?
Al participar en la campaña a nivel internacional llevamos como bandera reiniciar los Servicios de Urgencias, es decir, necesitamos hacer un análisis de lo que está pasando, definir claramente las causas de la sobresaturación, pero por supuesto todo inicia en las políticas públicas en el tema de salud; necesitamos modificar y crear iniciativas que mejoren la atención de los pacientes a nivel nacional.
Es prioritario dar mayor importancia al equipamiento, al personal en las salas de urgencias y fomentar una cultura de respeto a dichas áreas. Un dato importante sobre las llamadas de emergencia que entran al 911 es que 70% lo realizan bromistas y cuando hablamos de las personas que acuden a un hospital a recibir atención médica, también solo 20% pertenece a urgencias reales; hablamos de momentos donde verdaderamente está comprometida la vida, lo demás son cosas que podrían resolverse en un centro de salud o en una clínica, pero todo esto requiere de planeación y compromiso.
El Dr. Sánchez ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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CRÉDITO
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Figura 1: Dr. Daniel Sánchez Arreola
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Citar este artículo: Sobresaturación de las Salas de Urgencias: El caso mexicano - Medscape - 15 de feb de 2023.
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