MADRID, ESP. Para paliar el alarmante aumento de autolesiones y conductas suicidas en niños y adolescentes españoles es indispensable tener un Plan Nacional de Prevención del Suicidio, reforzar los recursos de atención primaria, hospitalaria y de salud mental de la población pediátrica y formar adecuadamente a médicos, enfermeras, personal docente y de seguridad.[1]
A lo largo de los últimos años y en especial desde que inició la pandemia de COVID-19, se hace evidente un deterioro en la salud mental de niños y adolescentes. Esta situación resulta alarmante y se ha convertido en una importante cuestión de salud pública que debe abordarse con premura.
El Dr. Pedro Javier Rodríguez Hernández, uno de los autores del estudio y psiquiatra infantil y de la adolescencia del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria de Tenerife, comentó a Medscape en español el nexo entre la pandemia y el aumento importante de problemas de salud mental en niños y adolescentes. Durante el confinamiento se interrumpieron todas las actividades relacionadas con la socialización, una variable fundamental en el desarrollo de la psicología y especialmente de la afectividad.

Dr. Pedro Javier Rodríguez Hernández
"Los cerebros de los niños se caracterizan por su plasticidad y los factores externos y de interacción matizan su funcionalidad. Además el tiempo neuronal no es igual en niños que en adultos, así como las estrategias de adaptación. Si bien la resiliencia puede ser elevada en niños, en muchos casos el cese de las rutinas y tareas sociales abocan a un enlentecimiento del neurodesarrollo. Hemos visto muchos casos de retraso en el lenguaje y otras áreas cognitivas. De la misma manera, el desarrollo de la afectividad se ha visto alterada", señaló el especialista. La incertidumbre y la desesperanza han influido de manera relevante en cerebros en evolución y constante cambio.
Patológica vuelta a la normalidad
Lo peor llegó después, la supuesta vuelta a la normalidad no ha sido tal. La existencia de limitaciones considerables y durante muchos años en la normal socialización ha incrementado notablemente la sintomatología psicológica. "Se han triplicado o cuadruplicado las consultas en salud mental infanto-juvenil. Se han disparado los casos de depresión, ansiedad, trastornos del sueño o del comportamiento alimentario. Y las conductas suicidas y autolesiones son dos aspectos más del entramado afectivo de un cerebro complejo y en desarrollo", añadió el Dr. Rodríguez.
La Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP) analizó la evolución de los diagnósticos relacionados con alteraciones de la salud mental en 16 Servicios de Urgencias Pediátricos antes y durante la pandemia. Comparó los periodos de marzo de 2019 a marzo de 2020 y de este hasta marzo de 2021 y objetivó un incremento de 122% de intoxicaciones no accidentales por fármacos y de 56% en el diagnóstico suicidio/intento de suicidio/ideación autolítica.
Ingesta voluntaria de tóxicos disparada
Dentro de la citada sociedad científica, en enero de 2021 el Grupo de Trabajo de Intoxicaciones inició un estudio prospectivo sobre los pacientes pediátricos que acudían a urgencias tras la ingesta voluntaria de tóxicos, con participación de 23 Servicios de Urgencias Pediátricas de diez comunidades autónomas diferentes. Durante los primeros nueve meses de estudio se registraron 281 tentativas, con un claro predominio del sexo femenino (90,1%) y una edad media de 14,8 años.
Como datos más destacables del estudio publicado en Anales de Pediatría, cabe resaltar que más de un tercio (34,9%) de los pacientes no contaba con un diagnóstico psiquiátrico previo, lo cual no significa que no lo padecieran. Otro dato relevante es que más de la mitad (57,7%) había realizado tentativas anteriormente. Además de las sobreingestas, la mayoría (82,6%) refirió infligirse también autolesiones no suicidas.
Sin contacto previo con salud mental
El Dr. Rodríguez destacó las cifras más llamativas que ha arrojado el estudio sobre el enorme aumento de las intoxicaciones no accidentales por fármacos y la mucho mayor frecuencia (90%) de tentativas en niñas o mujeres adolescentes. "No hay nada que decir. La ingesta de fármacos ha sido un método muy frecuente de expresión de las conductas suicidas y las mujeres siempre superan a los varones en las estadísticas sobre las tentativas".
Añadió: "Quizá lo más llamativo ha sido el elevado porcentaje de personas (casi 35%) que no habían tenido contacto con la salud mental. Probablemente indica la falta de programas de prevención o de recursos tan necesarios en la atención a la salud mental en la primera etapa de la vida".
El estudio refleja el hecho crucial de que los profesionales sanitarios sepan distinguir entre las autolesiones no suicidas y las conductas suicidas, por lo que deben recibir la formación adecuada, siendo fundamentales el diálogo y recoger en la anamnesis si han tenido esas ideas.
Una amplia reflexión que hace este trabajo es la referente a que nuestra sociedad occidental está inmersa en el llamado estado de bienestar, con una abundancia de lo material que conlleva una serie de carencias afectivas y emocionales. La falta de tiempo de calidad con los hijos, las exigencias laborales, centrar el exceso de actividades en el rendimiento y la eficiencia o la falta de comunicación y contactos sociales verdaderos nos aíslan. En esta situación existe el riesgo de desarrollar una educación centrada exclusivamente en aspectos cognitivos, obviando aspectos socioemocionales. El aprendizaje de estrategias de la tolerancia y la frustración, la gestión del conflicto, saber pedir ayuda y darla a los demás promueven el bienestar psicológico y la resiliencia.
Mucho por hacer para revertir la tendencia

Dra. Paula Vázquez/Fuente: AEP
La Dra. Paula Vázquez, presidenta de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP), autora del estudio, manifestó a Medscape en español: "Actualmente España no dispone de un Plan Nacional para la Prevención del Suicidio y existe una enorme heterogeneidad entre los planes de atención al riesgo suicida en las diferentes comunidades autónomas".
En el año 2021 el Ministerio de Sanidad aprobó el Plan de Acción de Salud Mental 2022-2026, que se desarrollará en los siguientes meses.[2]
"Una línea estratégica de este plan está dirigida a la salud mental en la infancia y en la adolescencia, cuyos objetivos son promoción, prevención y detección precoz de los problemas de salud mental y conductas adictivas y suicidas a estas edades, abordaje en contextos de mayor vulnerabilidad y lucha contra la discriminación y la estigmatización social de niños, niñas y adolescentes con trastornos", enfatizó la especialista.
"Pero para ello es necesaria una inversión real en recursos humanos y estructurales y conseguir la participación y coordinación de todos los estamentos para llegar a invertir la tendencia actual, por lo que la creación de un Plan Nacional para la Prevención del Suicidio es fundamental", agregó.
Especialidad y programas específicos
El Dr. Rodríguez destacó: "Entre las estrategias concretas a poner en marcha para paliar esta preocupante situación, en primer lugar es necesario terminar de desarrollar la especialidad, recientemente creada, de psiquiatría de la infancia y la adolescencia. Son importantes el desarrollo de servicios específicos y la dotación adecuada de recursos y personal. A partir de ahí deben ser prioritarias la organización y planificación de programas específicos de prevención, especialmente en los temas más graves y urgentes, como el suicidio".
"La disminución de estigma social, la mejora de la formación de los médicos de urgencias y de atención primaria y la coordinación entre estamentos (ámbito sanitario, escolar, social, etcétera) son puntos a desarrollar en el futuro", continuó.
Otro pilar básico para mejorar la situación es potenciar la formación de los pediatras y también en centros escolares. La Dra. Vázquez reconoció carencias formativas en los pediatras españoles: "No están suficientemente formados. La sociedad ha cambiado mucho en los últimos años y la formación de nuestros residentes de pediatría debería ir en la línea de la salud mental, especialmente de atención primaria; por su cercanía y continuidad con las familias es crucial para la prevención, pero también los pediatras de urgencias necesitan formación, ya que atienden muchos niños con alteraciones de la salud mental y con intentos autolíticos".
Rotación obligada y competencias
La Asociación Española de Pediatría (AEP) defiende que todos los residentes de la especialidad, al igual que hacen los médicos de atención primaria, deberían realizar de forma obligatoria rotaciones formativas en psiquiatría infantil y adolescente y que tengan competencias en salud mental para adquirir conocimientos básicos que les permitan detectar casos y realizar prevención primaria y secundaria.
"Es importante aprender a realizar una entrevista clínica con la empatía y habilidades necesarias, saber detectar niños en riesgo, conocer la farmacología que se usa y no estigmatizar a estos pacientes", afirmó la Dra. Vázquez.
Los factores implicados en la conducta suicida son múltiples y de diferente índole y los profesionales en contacto con la infancia y la adolescencia deben conocer todos los que se pueden prevenir.
Los centros escolares son claves para la prevención y detección de conductas suicidas y se deben implantar programas formativos para los profesionales de la educación.
La Dra. Vázquez añadió: "También es crucial formar a la enfermería, ya que tiene un papel muy importante en la atención inicial de estos niños y en la prevención del suicidio".
Falta educación socioemocional
Finalmente, la especialista destacó que son muchos los factores que intervienen, uno de ellos el estado de bienestar actual, con los valores centrados en lo material, que conlleva una serie de carencias afectivas y emocionales. "La falta de tiempo de calidad con los hijos, las exigencias laborales y académicas, la falta de comunicación y contactos sociales de verdad están aislando sobre todo a los más jóvenes".
"Este factor es muy complicado de cambiar, pero realmente es necesaria una educación socioemocional para lograrlo", concluyó.
La Dra. Vázquez y el Dr. Rodríguez han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime
Figura 1: Dr. Pedro Javier Rodríguez
Figura 2: AEP
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Citar este artículo: Detener el aumento de conductas suicidas infanto-juveniles precisa de un plan nacional, más recursos y formación - Medscape - 8 de feb de 2023.
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