Las enfermedades psiquiátricas comparten una red cerebral

Batya Swift Yasgur

Conflictos de interés

2 de febrero de 2023

Una red de conexiones neuronales está asociada a 6 trastornos psiquiátricos: esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión, adicción, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y ansiedad, según muestra una nueva investigación.[1]

Los investigadores utilizaron el mapeo de redes de lesiones y coordenadas para evaluar si había una red cerebral común, compartida entre múltiples trastornos psiquiátricos. En un metanálisis de casi 200 estudios que incluían a más de 15.000 personas, encontraron que las coordenadas de atrofia en estas seis afecciones psiquiátricas se asignaban a una red cerebral común.

Además, las lesiones en esta red en pacientes con traumatismo craneoencefálico penetrante se correlacionaron con el número de enfermedades psiquiátricas con las que fueron diagnosticados los pacientes después de un traumatismo.

Los hallazgos tienen "implicaciones potenciales más amplias", dijo a Medscape Noticias Médicas el autor principal, Dr. Joseph Taylor, Ph. D., director médico de estimulación magnética transcraneal en el Center for Brain Circuit Therapeutics del Brigham and Women's Hospital, Boston, Estados Unidos.

"En psiquiatría, hablamos de síntomas y definimos nuestros trastornos en función de listas de verificación de síntomas, que son bastante confiables, pero no tienen fundamentos neurobiológicos", apuntó el Dr. Taylor, quien también es psiquiatra asociado en el Departamento de Psiquiatría del Brigham and Women's Hospital.

Por el contrario, "en neurología preguntamos: '¿Dónde está la lesión?'. El estudio de las redes cerebrales podría ayudarnos, potencialmente, a diagnosticar y tratar a las personas con enfermedades psiquiátricas de manera más efectiva, al igual que tratamos los trastornos neurológicos", agregó.

Los hallazgos se publicaron en versión electrónica el 12 de enero en Nature Human Behavior.[1]

Más allá de las listas de verificación de síntomas

El Dr. Taylor señaló que, en el campo de la psiquiatría, "a menudo estudiamos los trastornos de forma aislada", como el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno depresivo mayor.

"Pero lo que vemos clínicamente es que la mitad de los pacientes cumplen los criterios de más de un trastorno psiquiátrico", señaló. "Puede ser difícil diagnosticar y tratar a estos pacientes, y los resultados del tratamiento son peores".

También hay una "discrepancia" entre cómo se estudian estos trastornos (uno a la vez) y cómo se trata a los pacientes en la clínica, anotó el Dr. Taylor. Y cada vez hay más pruebas de que los trastornos psiquiátricos pueden compartir una neurobiología común, añadió.

Esto "resalta la posibilidad de desarrollar tratamientos transdiagnósticos basados en una neurobiología en común, no solo en listas de verificación de síntomas", observó el Dr. Taylor.

El trabajo anterior "intentó mapear anomalías en regiones cerebrales comunes en lugar de en una red cerebral común", escribieron los investigadores. Además, "los estudios anteriores rara vez han probado la especificidad al comparar los trastornos psiquiátricos con otros trastornos cerebrales".

En el estudio actual, los investigadores utilizaron "conjuntos de datos de lesiones cerebrales morfométricas junto con un diagrama de cableado del cerebro humano para derivar una red cerebral convergente para enfermedades psiquiátricas".

Analizaron cuatro grandes conjuntos de datos publicados. El conjunto de datos 1 se obtuvo de un metanálisis de estimación de probabilidad de activación de estudios basados en voxeles de todo el cerebro que compararon pacientes con trastornos psiquiátricos como esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión, adicción, trastorno obsesivo-compulsivo y ansiedad con controles sanos (n = 193 estudios; 15.892 individuos en total).

El conjunto de datos 2 se extrajo de estudios de neuroimagen publicados de pacientes con enfermedad de Alzheimer y otras afecciones neurodegenerativas (n = 72 estudios). Informaron coordenadas con respecto a qué pacientes con estos trastornos tenían más atrofia en comparación con las personas de control.

El conjunto de datos 3 se obtuvo del estudio Vietnam Head Injury, que siguió a veteranos con y sin lesiones penetrantes en la cabeza (n = 194 veteranos con lesiones). El conjunto de datos 4 se obtuvo de las coordenadas de ablación neuroquirúrgica publicadas para la depresión.

Neurobiología compartida

Al analizar el conjunto de datos 1, los investigadores encontraron una disminución de la materia gris en la ínsula anterior bilateral, la corteza cingulada anterior dorsal, la corteza prefrontal dorsomedial, el tálamo, la amígdala, el hipocampo y el opérculo parietal, hallazgos que son "consistentes con trabajos anteriores".

Sin embargo, menos de 35% de los estudios contribuyeron a un solo grupo y ningún grupo fue específico en relación con las coordenadas psiquiátricas frente a las neurodegenerativas (obtenidas del conjunto de datos 2).

Por otro lado, el mapeo de redes de coordenadas arrojó resultados "más robustos estadísticamente" (p < 0,001), que se encontraron en 85% de los estudios. "Las coordenadas de atrofia psiquiátrica estaban funcionalmente conectadas a la misma red de regiones cerebrales", informan los investigadores.

Esta red estuvo definida por dos tipos de conectividad, como se detalla en la siguiente tabla.

Tipo de conectividad

Región del cerebro

Positiva

Ínsula bilateral

Corteza cingulada anterior

Cíngulo posterior

Polo frontal izquierdo

Negativa

Circunvolución temporal inferior derecha

Corteza parietal posterior

Corteza occipital lateral bilateral (división superior)

Tallo cerebral

Cerebelo

 

"La topografía de esta red transdiagnóstica era independiente del umbral estadístico y específica de los trastornos psiquiátricos (frente a los neurodegenerativos), con el pico más fuerte en la corteza parietal posterior (área 7 de Brodmann) cerca del surco intraparietal", detallaron los investigadores.

Cuando las lesiones del conjunto de datos 3 se superpusieron en el mapa de metanálisis de estimación de probabilidad de activación y la red transdiagnóstica, para evaluar si el daño en cualquiera de los mapas se correlacionaba con el número de diagnósticos psiquiátricos posteriores a la lesión, los resultados no mostraron evidencia de una correlación entre la comorbilidad psiquiátrica y el daño en el mapa de metanálisis de estimación de probabilidad de activación (r de Pearson = 0,02; p = 0,766).

Sin embargo, cuando se aplicó el mismo enfoque a la red transdiagnóstica, se encontró una correlación estadísticamente significativa entre la comorbilidad psiquiátrica y el daño en la lesión (r de Pearson = -0,21; p = 0,01). Un modelo de regresión múltiple mostró que la red transdiagnóstica, pero no el metanálisis de estimación de probabilidad de activación, "predijo de forma independiente la cantidad de diagnósticos psiquiátricos posteriores a la lesión" (p = 0,003 frente a p = 0,1), informaron los investigadores.

Los cuatro objetivos ablativos neuroquirúrgicos para trastornos psiquiátricos encontrados en el análisis del conjunto de datos 4 "se cruzaron" y se alinearon con la red transdiagnóstica.

"El estudio no tiene un impacto inmediato en la práctica clínica, pero sería útil que los médicos supieran que los trastornos psiquiátricos suelen coexistir y podrían compartir una neurobiología común y una red cerebral convergente", dijo el Dr. Taylor.

"El trabajo futuro basado en nuestros hallazgos podría influir potencialmente en los ensayos clínicos y en la práctica clínica, especialmente en el área de la estimulación cerebral", agregó.

"Nuevos objetivos emocionantes"

Al comentar para Medscape Noticias Médicas, Desmond Oathes, Ph. D., director asociado del Center for Neuromodulation and Stress, University of Pennsylvania Perelman School of Medicine, Filadelfia, Estados Unidos, dijo que "el próximo paso en la ciencia es combinar imágenes cerebrales individuales, también conocidas como 'conectomas individualizados', con estos prometedores mapas grupales para determinar algo significativo a nivel de paciente individual".

Oathes, quien también es médico docente en el Center for the Treatment and Study of Anxiety y no participó en el estudio, señaló que una pregunta abierta es si el volumen de las anomalías/atrofia del cerebro "se puede cambiar con el tratamiento y en qué dirección".

Un "importante mensaje para llevarnos a casa de este artículo es que las medidas de volumen cerebral a partir de coordenadas individuales son confusas como medidas de anormalidad psiquiátrica, mientras que los efectos de la red parecen ser especialmente sensibles para capturar estos efectos", dijo Oathes.

Las "redes anormales de estos trastornos no encajan fácilmente en las redes bien conocidas de los participantes sanos. Sin embargo, se relacionan bien con otras bases de datos relevantes para los trastornos psiquiátricos y ofrecen nuevos y emocionantes objetivos potenciales para los estudios de tratamiento prospectivos", agregó.

Los investigadores no recibieron financiación específica para este trabajo. El Dr. Taylor ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. Los conflictos de interés de los otros investigadores se enumeran en el artículo original. Oathes, Ph. D., ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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