TENDENCIA CLÍNICA

Detección de cannabis

Ryan Syrek

Conflictos de interés

27 de enero de 2023

Semanalmente identificamos un término de búsqueda frecuente, analizamos qué causó su popularidad y presentamos una infografía relacionada. Si tiene una sugerencia sobre cuál es la Tendencia Clínica destacada y por qué compártala con nosotros en Twitter o Facebook. 

El consumo de cannabis ha aumentado constantemente en todo el mundo, y se calcula que consumen esta droga casi 150 millones de personas cada año. Este aumento del consumo ha dado lugar a diversas consecuencias y consideraciones relacionadas con la salud. Cabe destacar que la American Society of Regional Anesthesia and Pain Medicine (ASRA) emitió una guía sobre la detección de cannabis en pacientes sometidos a procedimientos que requieren anestesia regional o general (ver infografía). Esto, en combinación con otros hallazgos recientes clave, dio por resultado la Tendencia Clínica de la semana.

Las recomendaciones de la ASRA representan la primera guía de Estados Unidos que aborda el consumo de cannabis en relación con la cirugía. Las recomendaciones fueron elaboradas por 13 expertos, entre ellos especialistas en dolor crónico, anestesiólogos y un defensor del paciente. Uno de los estudios que las respaldan demostró que el consumo de cannabis a largo plazo estaba vinculado a un aumento de 20% en la frecuencia de náuseas y vómitos postoperatorios. Además de las 4 recomendaciones de grado A, otras sugerencias son diferir la operación electiva al menos dos horas después de que el paciente haya fumado cannabis, debido a un mayor riesgo de infarto de miocardio, y considerar el ajuste de los parámetros de ventilación durante la intervención quirúrgica para los pacientes que habitualmente fuman cannabis. Sin embargo, la guía establece que los médicos no deben realizar exámenes toxicológicos a todos los pacientes, dada la falta de evidencia que respalde esta práctica.

Parte del impulso de la guía fue el aumento del consumo de cannabis. En un estudio reciente se desglosa dicho aumento dentro de Estados Unidos. Durante la pandemia, tanto los estados en los que todo consumo de cannabis es ilegal como los estados en los que la marihuana medicinal es legal experimentaron aumentos en el consumo. Sin embargo, en los estados que permiten el consumo recreativo de cannabis no se observaron cambios significativos. En los estados en los que el consumo de cannabis está prohibido, el consumo en adultos aumentó de 14,5% antes de la pandemia de COVID-19 a 18,1%. En los estados donde solo es legal la marihuana medicinal, el consumo aumentó de 16,3% a 18,9%. En los estados que permiten el consumo recreativo de cannabis, alrededor de 28% de los adultos declararon haber consumido marihuana tanto antes de la pandemia como durante ella. Los datos incluían a 178.824 adultos con un promedio de edad de 51 años.

Parte de los cambios en el consumo se deben a que algunos pacientes con dolor crónico han sustituido los opiáceos con cannabis. Casi un tercio de los pacientes con dolor crónico declara consumir ahora cannabis medicinal, y más de la mitad disminuye posteriormente el consumo de otros analgésicos, incluidos los opiáceos. En la encuesta participaron 1.724 adultos estadounidenses mayores de 18 años con dolor crónico no oncológico. Un poco más de 96% de los encuestados contestaron el cuestionario (57% mujeres; edad promedio: 52,3 años). De los participantes en el estudio, 31% (intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 28,2% a 34,1%) declaró haber consumido cannabis para el dolor, 25,9% (IC 95%: 23,2% a 28,8%) declaró haberlo consumido en los últimos 12 meses y 23,2% (IC 95%: 20,6% a 26%) declaró haberlo consumido en los últimos 30 días. En cuanto a los tratamientos no farmacológicos, 38,7% informó que el consumo de cannabis conllevaba una disminución de la fisioterapia, 19,1% una disminución del uso de la meditación y 26% una disminución de la terapia cognitivo-conductual. Sin embargo, 5,9%, 23,7% y 17,1% declararon haber aumentado el uso de fisioterapia, meditación y terapia cognitivo-conductual, respectivamente.

El aumento del consumo de cannabis también ha tenido graves consecuencias no deseadas. Los centros de toxicología de Estados Unidos reciben en la actualidad más llamadas sobre adolescentes que consumen cannabis que sobre cualquier otra sustancia. En 2000, el alcohol era la sustancia más comúnmente implicada (1.318, o 9,8% de todas las llamadas). Hasta 2013, los casos de abuso de alcohol superaron anualmente a los de cannabis. Sin embargo, en 2014, el cannabis superó al alcohol. Durante el periodo de estudio de 20 años, las llamadas sobre exposición al cannabis aumentaron 245%, de 510 en 2000 a 1.761 en 2020.

Los comestibles jugaron un papel clave. El número de niños de 5 años o menos expuestos al cannabis comestible en Estados Unidos se disparó 1.375% de 2017 a 2021, pasando de 207 notificaciones a 3.054. En un estudio reciente se encontró que alrededor de 97% de las exposiciones ocurrieron en residencias, representando 90% las que tuvieron lugar en el hogar del niño. Alrededor de la mitad de todos los casos correspondieron a pequeños de 2 y 3 años. Durante el periodo de 5 años, los niños menores de 6 años tuvieron 7.043 exposiciones a cannabis comestible. En 2,2% de los casos, la exposición puso en peligro la vida del niño o causó una discapacidad residual. En 21,9% de los casos, el efecto fue moderado. Alrededor de 8% de los niños ingresaron en unidades de cuidados críticos; 14,6% ingresaron en unidades de cuidados intermedios. De los 4.827 casos sobre los que se disponía de información con respecto a los efectos clínicos de la exposición, en 70% se trataba de depresión del sistema nervioso central. Los pacientes también experimentaron ataxia (7,4%), agitación (7,1%), confusión (6,1%), temblores (2%) y convulsiones (1,6%). Otros síntomas frecuentes fueron taquicardia (11,4%), vómitos (9,5%), midriasis (5,9%) y depresión respiratoria (3,1%).

Asimismo, se ha informado que el fumar cannabis conlleva mayor riesgo de daño pulmonar. En un estudio que evaluó qué efecto tiene el consumo de la cannabis en los pulmones, investigadores canadienses examinaron retrospectivamente las tomografías computarizadas torácicas de 56 fumadores de marihuana y las compararon con las tomografías de 57 no fumadores y 33 consumidores de tabaco solo. El enfisema era significativamente más común en fumadores de marihuana (75%) que en no fumadores (5%). Los investigadores se percataron de que los fumadores de marihuana también mostraban tasas más altas de inflamación de las vías respiratorias, incluido el engrosamiento bronquial, las bronquiectasias y la retención mucoide, con y sin coincidencia de sexo y edad.

A medida que se siguen investigando los riesgos y posibles beneficios del consumo de cannabis, los hallazgos relacionados con los problemas de salud ayudan a informar a médicos y pacientes. Esta semana, las recomendaciones para la detección que reflejan el aumento del consumo han suscitado un gran interés y dieron lugar a la Tendencia Clínica.

Para más información sobre trastornos relacionados con cannabis, lea aquí.

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