Ahogamiento en la playa y rescate en accidente de tráfico. Uno tras otro

¿Hay un médico en casa?

Dr. Richard Miller; Sarah Yahr Tucker

Conflictos de interés

26 de enero de 2023

Las emergencias ocurren en cualquier lugar, en cualquier momento y, a veces, los médicos se encuentran en situaciones en las que son los únicos que pueden ayudar.

"¿Hay un médico en casa?" es una nueva serie de Medscape que cuenta estas historias.

En 2015 me ocurrieron dos situaciones inverosímiles con solo unas semanas de diferencia.

Mi familia estaba en el Noroeste de Florida, cerca de Fort Walton, en Santa Rosa Beach, Estados Unidos. Estábamos allí para celebrar que mi madre (y su gemela idéntica) cumplían 80 años y también para nuestro trigésimo aniversario de boda. Somos una familia dedicada a la medicina: mi mujer, Karen, es enfermera cardiaca y de cuidados intensivos desde hace 30 años. Una de nuestras hijas, Stephanie, es enfermera de cuidados intensivos pediátricos, y nuestra otra hija, Alyssa, es directora de un programa de residencia.

Dr. Richard Miller

El tiempo estuvo extremadamente ventoso y peligroso durante los 3 o 4 primeros días, con corrientes de retorno (fuerte corriente superficial de agua, que retrocede desde la costa hacia el mar) insólitas. Finalmente, se calmó un poco, así que todos fuimos a la playa.

Nuestra casa de alquiler estaba en una zona de playa privada sin socorristas. Alyssa y yo estábamos nadando más allá de donde rompían las olas, mientras Karen y Stephanie tomaban el sol a la orilla del océano. Vimos a una señora en la orilla agitando las manos frenéticamente y Alyssa dijo: "¿Papá? Está pasando algo".

Me di la vuelta y vi un cuerpo flotando en el agua justo en el borde, boca abajo. Empecé a nadar frenéticamente. Al mismo tiempo, Karen y Stephanie vieron el cuerpo y sacaron a este hombre inerte del agua. Mi mujer le bombeó el vientre y le sacó varios litros de agua de mar. En cuanto llegué al lugar, Karen acababa de iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP) y Stephanie llamó al 911.

Hicimos reanimación cardiopulmonar durante más de 7 minutos, lo que parece poco, pero es absolutamente agotador hacerlo durante tanto tiempo. Pensé que el hombre había muerto, se encontraba cianótico, sin pulso y con las pupilas fijas y dilatadas.

Finalmente, los paramédicos llegaron en una camioneta, ya que una ambulancia no podía circular por la arena. Los socorristas de otra playa vinieron con su cuadriciclo e intubamos al paciente. En un momento dado, levantamos la cabeza y había un centenar de personas a nuestro alrededor que decían: "Dios mío, ¿qué acaba de pasar?".

Mientras mi mujer y yo hacíamos la reanimación cardiopulmonar, la esposa del paciente, su hijo y sus dos hijas estaban cerca. Estaban rezando. Mis hijas me contaron después que el hijo había salido del agua y la esposa había preguntado: "¿Dónde está tu padre?". Él miró hacia atrás y respondió: "No lo sé". Entonces vio la conmoción y empezaron a correr hacia allá. Era su padre.

Por fin, el servicio de urgencias cargó al hombre para llevarlo al hospital. Todos pensábamos que había muerto y fue muy descorazonador después de aquel desgaste físico y emocional. Esa noche cenamos en familia y rezamos por él. El viernes no supimos nada. El sábado volvimos a casa, a Nashville.

Yo había hecho respiración boca a boca a la víctima del ahogamiento y mi enfermera practicante me aconsejó: "Tienes que averiguar quién era. No sabes si tiene algún tipo de enfermedad contagiosa o lo que sea". Lo cual es de sentido común. Así que llamé al jefe de los servicios de urgencias médicas del condado de Fort Walton y me identifiqué.

Me dijo: "Dr. Miller, usted y su mujer son unos héroes. Está vivo y se encuentra bien. Está en el centro de traumatología de Pensacola con síndrome medular central". Afortunadamente, esa es una lesión de la médula espinal de la que se puede tener cierta recuperación.

Pudimos hablar con él por teléfono el Día del Padre mientras se recuperaba en el Shepherd Spinal Cord Center de Atlanta. "Este es el Día del Padre más feliz de toda mi vida". Nos dio las gracias a mi mujer y a mí por salvarle la vida y salvar a su familia.

Tiempo después, participé en una carrera de triatlón en Nueva Orleans, donde vivía esa familia. Quedamos para comer y nos contaron su historia. Fue muy emotivo. Este hombre era entrenador y profesor de instituto, estaba practicando boogie-boarding con su hijo cuando una ola lo derribó. Se estrelló contra uno de los grandes bancos de arena que no se ven, se torció el cuello e inmediatamente quedó paralizado. Respiró hondo y se hundió. Flotó bajo el agua con la marea y salió a flote... ¡justo delante de un cirujano traumatólogo y una enfermera de cuidados cardiacos/críticos! A veces ocurren cosas en la vida que no podemos explicar.

Eso sería suficiente para cualquiera, pero hay más.

Soy un gran fan de Auburn. Unas semanas después del incidente de la playa, un expaciente nos había conseguido a mi mujer y a mí entradas para un partido de fútbol americano de Auburn. Salí de la oficina temprano ese viernes, sin hacer nada, me encaminé a mi casa para hacer las maletas. Literalmente, a tres manzanas de Vanderbilt, estaba en un alto y un coche pasó volando por el cruce y se estrelló contra un poste de teléfono justo frente a mí. Y pensé, ¡No puede ser! ¡No otra vez!

Increíblemente, mi jefe de residentes de cirugía iba en el coche de atrás, camino a una rotación en un hospital cercano. Fuimos los primeros en llegar al lugar. La conductora era una mujer mayor, estaba inconsciente. La sacamos del coche y no tenía pulso, ni respiración, nada. Hora de empezar la reanimación cardiopulmonar. Pasaron 15 minutos antes de que llegaran los paramédicos. Había una gran multitud a nuestro alrededor. Para entonces, la mujer había recuperado el pulso y empezaba a despertarse.

Déjenme decirles algo: Es muy raro cuando recibes una alerta de traumatismo en tu bíper y eres tú quien está atendiendo al paciente en el lugar.

Tuvo un infarto agudo de miocardio y algunas fracturas costales por la reanimación cardiopulmonar. Inmediatamente fue al laboratorio de cateterismo y le pusieron varios stents. Y se recuperó completamente. Entonces todo el mundo me mandó mensajes y me incitó a hablar del "Capitán Serenidad" y del "Hombre RCP", porque esto me persigue por todas partes. Es increíble.

Diré que una cosa me alegró de todo esto: en ambos casos, mi reacción fue inmediata, subconsciente… y eso es bueno. No obstante, en estas dos situaciones no tenía herramientas. Soy traumatólogo desde hace más de 30 años. Puedo abrir el tórax de alguien en urgencias y tener acceso inmediato a un quirófano. Dispongo de cientos de unidades de sangre y hemoderivados, y cuento con un equipo de enfermeras, técnicos, residentes y becarios experimentados. A menudo me siento como el director de una orquesta que funciona a la perfección. Estoy tranquilo y relajado en mi entorno.

En el mundo exterior, no tienes nada de eso y las situaciones son mucho más intensas. Te das cuenta de que lo que hace nuestro personal prehospitalario es absolutamente extraordinario. Tenemos que aprender a apreciarlos y a valorar el entorno en el que se encuentran y el estrés al que están sometidos.

Lo que aprendí de todo esto es que la reanimación cardiopulmonar salva vidas. De verdad. Dos de dos sin pulso, sin respiración, cianóticos. Y ambos están viviendo vidas relativamente normales ahora. Es una verdadera locura.

El Dr. Richard Miller es presidente del Departamento de Cirugía del Acclaim Multi-Specialty Group y jefe de cirugía de JPS Health Network en Fort Worth, Texas, Estados Unidos.

¿Es usted médico y tiene una historia dramática fuera de la clínica? A Medscape le encantaría tener en cuenta su historia para la serie "¿Hay un médico en casa?". Envíe sus datos de contacto y un breve resumen de su historia a access@webmd.net

Para más contenido suscríbase a nuestros boletines y siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contenido relacionado

Comentario

3090D553-9492-4563-8681-AD288FA52ACE
Los comentarios están sujetos a moderación. Por favor, consulte los Términos de Uso del foro

procesando....