Todas las personas somos parte en la construcción de una realidad donde la salud menstrual sea un espacio de igualdad, autonomía y bienestar; se deben derribar las narrativas de que el ciclo menstrual es "tema de mujeres" o minoritario, ya que 51% de la población menstruará en algún momento de su vida, de acuerdo a la Primera Guía Nacional en Salud Menstrual, realizada en conjunto por tres instancias gubernamentales Chilenas: Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, Ministerio de Salud y Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género, además de la Escuela La Tribu, referente internacional en salud sexual y reproductiva.[1]
Las normas socioculturales, el estigma, los prejuicios y los tabúes sobre la menstruación son las principales causas de exclusión y discriminación para las mujeres de todas las edades. De acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), todo esto en conjunto sitúa a la menstruación como parte del fenómeno de reducción de sus oportunidades y a su vez coloca la salud menstrual de niñas, adolescentes y mujeres en una posición desfavorable en todo el mundo.[2]

Patricia Mieres
"Este material es inédito, lo cual es muy importante, porque es la primera guía nacional que sale en conjunto de un estado y la sociedad civil experta en la temática", compartió la maestra en comunicación y educación, Patricia Mieres, directora ejecutiva de la Escuela La Tribu y primera autora de esta guía.
El objetivo del documento es guiar la comprensión de esta temática desde una matriz multidisciplinaria y reconocer que la salud menstrual es un fenómeno complejo que trasciende lo biológico y se expresa en dimensiones individuales y colectivas a niveles personal, familiar, social, comunitario y político.
Fue elaborada de acuerdo a las recomendaciones de la Organización de las Naciones unidas (ONU), la UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en este tema, con la evidencia científica más actualizada sobre salud menstrual y un enfoque biopsicosocial, con perspectiva de género y derechos humanos, para acercar la información a los profesionales en todas las áreas, incluyendo de forma importante, más no única a los profesionales de salud que trabajan con niñas, adolescentes y mujeres, promoviendo así la eliminación de los tabúes socioculturales para avanzar en el ejercicio pleno de derechos de mujeres de todas las edades.

Dr. Juan Villagra
El Dr. Juan Villagra, médico cirujano especialista en derechos humanos en salud, también autor de este trabajo, manifestó: "Uno de los mayores desafíos enfrentados en la elaboración de esta guía fue la ausencia de evidencia científica respecto de la salud menstrual. Encontramos una debilidad de evidencia, en español casi ausente y en inglés muy flojo. Llegar a recomendaciones prácticas como las que busca la guía desde evidencia que está disgregada, a la cual es difícil acceder, fue uno de los retos significativos".
"Definitivamente fue un desafío constante ver cómo los sesgos de género que tiene la investigación científica se plasman en áreas de manera tan concreta, como el hecho de que no haya en absoluto investigación con lo que ocurre en el ciclo menstrual de una población específica, por ejemplo: niñas con discapacidad", coincidió Mieres.
La guía se compone de cuatro capítulos comenzando por la definición de salud menstrual y la importancia de su abordaje con perspectiva de género y derechos humanos.
El capítulo dos está dedicado al ciclo menstrual como indicador de salud y resulta de gran importancia para el personal médico, que de manera general desconoce el tema, a pesar de que desde el año 2006 la American Academy ofPediatrics (AAP), en conjunto con el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), planteó que el ciclo menstrual debe ser considerado el quinto signo vital.[3]
El Dr. Villagra enfatizó: "Trabajamos con la convicción de que todos los médicos deben estar formados en salud menstrual. Hay evidencia significativa de la construcción del ciclo menstrual como el quinto signo vital, pero incluso eso es una reducción operativa del fenómeno para que los médicos, que acostumbramos a utilizar los signos vitales en el día a día, podamos incorporarlo, pero va mucho más allá, tenemos información que indica que el ciclo menstrual nos puede mostrar, por ejemplo, la nutrición poblacional de un país".
"También nos puede decir qué tan bien o mal nutridas están las niñas a propósito de cómo se comporta; a ese nivel de indicador de salud podemos llegar si comprendemos el fenómeno, si sabemos medirlo, si sabemos operar con ello y para eso un camino bien importante es poder conocer la teoría, la semiología, para hacer una indagación dirigida, los estudios complementarios asociados a las necesidades del ciclo menstrual y la terapéutica, así como manejar una red de derivación importante", continuó.
"Es fundamental como una estrategia de salud pública que el personal médico tenga los suficientes conocimientos para hacer una indagación dirigida, evaluar el ciclo menstrual y desde ahí establecer terapéutica y derivaciones", puntualizó Mieres.
El tercer capítulo contempla la gestión de la salud menstrual, la cual incluye los elementos a tomar en cuenta sobre todo para la gestión de la menstruación dependiendo del contexto y necesidades de cada mujer.
El último capítulo sistematiza las recomendaciones y consideraciones para los equipos profesionales en materia de salud menstrual amparadas en la evidencia científica multidisciplinaria actual y en las recomendaciones de los organismos internacionales.
El Dr. Villagra y Mieres destacaron que la declaración que la OMS realizó a mediados del año pasado reforzó que la guía, que ya estaba en proceso, iba bien encaminada; sin embargo, su publicación no se hizo en respuesta a esta.
Mieres comentó lo que sigue para su equipo de trabajo a partir de la publicación de la guía: "Lo primero es difundirla, que llegue a todos los profesionales de habla hispana y ojalá que eventualmente también a los de habla inglesa; lamentablemente, si estos instrumentos no son conocidos por los equipos profesionales, quedan en letra escrita. Posteriormente apuntamos a transformar las realidades, que la guía se replique en otros países".
El Dr. Villagra añadió que continúan trabajando con los ministerios. "Tenemos un convenio de trabajo que no acaba con la guía, tenemos agendadas capacitaciones para los equipos técnicos de los diversos ámbitos del gobierno que trabajan con niñas, adolescentes y mujeres y nos reunimos con los organismos relativos a naciones unidas para mostrarles la guía, el material y enseñarles a usarlos y a levantar sus propias necesidades".

Dra. Loreto Vargas
La Dra. Loreto Vargas, ginecóloga miembro de la asociación Ginecólogas Chile, que trabaja por la promoción del enfoque de género en el estudio y el ejercicio de la obstetricia y ginecología y no fue parte de la elaboración de esta guía, declaró que el aporte principal es que democratiza la educación en salud menstrual. "Permite que todos sepan y entiendan el tema; la encontré bastante completa, me gusta el hecho de que habla del enfoque biopsicosocial; ojalá que toda la gente la lea y se quiten los tabúes de la menstruación".
Sobre la importancia para el sector médico, destacó: "Es importante porque invita a tomar conciencia de que es parte de lo que llamamos signos vitales, que no es un tabú. Hay que llamarlo por su nombre y hacerse cargo de las deficiencias tanto en la educación como en el acceso a la salud menstrual".
La guía expone que en la formación, a los ginecólogos se les habla del ciclo menstrual solo desde un punto de vista meramente técnico. "No te hablan de la salud menstrual, sino del ciclo menstrual", concluyó la especialista.
Mieres, el Dr. Villagra y la Dra. Vargas han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime/Medscape Illustration
Figura 1 y 2: Dr. Juan Villagra
Figura 3: Dra. Loreto Vargas
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Citar este artículo: Primera Guía Chilena en Salud Menstrual: el ciclo menstrual debe ser considerado el quinto signo vital - Medscape - 19 de enero de 2023.
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