COMENTARIO

Alergia alimentaria en población infantil mexicana

Dr. Jesús Hernández Tiscareño

Conflictos de interés

27 de enero de 2023

Las reacciones adversas a los alimentos representan una queja común en la infancia y en la región.[1] Sin embargo, solo una pequeña proporción de niños ha demostrado alergia alimentaria clínicamente relevante. Una alergia alimentaria es una reacción exagerada del sistema inmunológico a uno o más alimentos específicos. En los niños los alimentos que con mayor frecuencia desencadenan reacciones alérgicas son huevo, leche de vaca, cacahuate, frutos secos, soya y trigo.[2,3]

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce 8 alimentos responsables de 90% de todas las reacciones alérgicas alimentarias: cereales, crustáceos, pescado, leche, frutos secos, soya, cacahuate y huevo. La mayoría de las alergias alimentarias infantiles se adquiere en el primero o segundo años de vida y luego disminuyen progresivamente hasta la niñez tardía, después de lo cual la prevalencia se mantiene estable en aproximadamente 3% a 4%. La prevalencia de alergia alimentaria en niños de 0 a 17 años ha aumentado lentamente en Estados Unidos, actualmente con reportes de 8%.[4]

Alergias en México

En países latinoamericanos hay estudios relativamente escasos sobre alergia alimentaria en niños. Con base en este tema, el Dr. Martin Bedolla Barajas y sus colaboradores en World Journal of Pediatrics publican en diciembre de 2022 sobre la prevalencia y factores de riesgo de la alergia alimentaria entre infantes y preescolares mexicanos, un estudio observacional, transversal, de pacientes menores de 6 años (lactantes de 1 a 2 años y preescolares de 3 a 5 años) que asistieron a un centro preescolar o guardería en Guadalajara, México.[1]

La recolección de datos se realizó durante el periodo del 1 de octubre al 15 de noviembre de 2021. Después de explicar el objetivo del estudio a profesores/cuidadores y luego a padres de los niños, que accedieron a tener su autorización para participar en la investigación, se procedió a contestar un cuestionario estandarizado que incluía preguntas sobre edad, sexo, escuela pública o privada, antecedentes familiares de atopia y presencia de cualquier alergia alimentaria actual.

En este informe se incluyó un total de 810 niños (54% [437] de sexo masculino). Un total de 373 pacientes (46%) lo integraban lactantes que asistían a guarderías y 437 (54%) eran niños de edad preescolar; las tasas de participación fueron de 85,1% y 99,8%, respectivamente. La asistencia a la escuela pública fue de 53,6%.

Los resultados de este estudio informan una prevalencia estimada de hipersensibilidad alimentaria fue de 12,5% y para alergia alimentaria entre niños menores de 6 años fue de 3,2%; las niñas tenían una mayor prevalencia de alergia alimentaria (3,8%) que sus homólogos masculinos (2,7%; p = 0,418).

La prevalencia de alergia alimentaria fue 2,7 veces mayor en niños que asistían a escuelas privadas frente a los de escuelas públicas (4,8% frente a 1,8%; p = 0,018). Los principales síntomas de la alergia alimentaria fueron inflamación de la boca (65,4%), erupción cutánea (42,3%), urticaria (42,3%) y picor de cara (38,5%) y piel (26,9%).

Los alimentos con mayor frecuencia informados por los padres como causantes de alergia alimentaria fueron:

  • Leche (1,0%).

  • Frutas y vegetales (1,0%).

  • Pescados y mariscos (1,0%).

  • Carnes (0,5%).

  • Cereales (0,5%).

  • Nueces (0,5%).

  • Legumbres (0,2%).

  • Semillas oleaginosas (0,1%).

En el análisis multivariable la asistencia a escuela privada se asoció con alergia alimentaria en infantes y niños en edad preescolar (OR: 3,10: p = 0,011). En el estudio también se observó una asociación significativa entre antecedentes maternos de rinitis alérgica (OR: 2,99; p = 0,023) y antecedentes personales de dermatitis atópica (OR: 7,08; p < 0,001) con alergia alimentaria.

Las limitaciones del estudio incluyen el diseño transversal, los informes de los padres (que pueden sobreestimar la prevalencia de la alergia alimentaria), que los casos no se confirmaron con pruebas clínicas, la determinación indirecta del estatus socioconómico según la asistencia a la escuela (pública o privada).

Los autores informan que este es el primer estudio epidemiológico para evaluar la prevalencia de alergia alimentaria en infantes y preescolares mexicanos; la leche de vaca fue uno de los principales alérgenos en esta población. Asimismo, en el estudio se observó una asociación entre alergia alimentaria y dermatitis atópica, antecedentes maternos de rinitis alérgica y asistencia a escuela privada.

Punto clínico

Es importante recordar que el tratamiento puede incluir fármacos para controlar los síntomas, inmunoterapia y cambios en la dieta; con el tiempo algunos niños pueden superar su alergia alimentaria, mientras que otros pueden tenerla de por vida. A la vez, que es importante tener cuidado en la alimentación de los niños durante los primeros años de vida, pues en esta etapa existe el mayor riesgo de desarrollar una alergia alimentaria que puede afectar a niños, adolescentes y adultos, cada uno con alimentos únicos y una historia natural distinta.[3]

Este estudio presenta una imagen de parte de la población infantil en México con alergia alimentaria. Se destaca que la alergia alimentaria es un importante problema de salud pública con una prevalencia creciente en el mundo urbanizado y es importante que la población infantil con alergias alimentarias sea evaluada y tratada por un médico especializado en alergias, ya que afecta sustancialmente la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores.

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