La primera declaración obvia es que no es prudente ni apropiado especular sobre los detalles del evento cardiaco de Damar Hamlin durante un partido de fútbol el lunes por la noche (incluida la posibilidad de commotio cordis) o su atención continua. La naturaleza pública de su colapso induce una intensa curiosidad, pero las personas enfermas merecen privacidad. La privacidad en el cuidado de la salud es escasa. Estoy totalmente en desacuerdo con aquellos que dicen que sus médicos deberían estar dando actualizaciones públicas. Eso depende de la familia.
Pero hay conceptos generales importantes a considerar acerca de este incidente. Éstos incluyen:
1. Cualquiera puede presentar un paro cardiaco.
Las personas con enfermedades cardiacas estructurales u otras enfermedades crónicas tienen un mayor riesgo de arritmia, pero la noción de que los atletas son inmunes a los paros cardiacos es errónea. Esta oración casi parece demasiado obvia para escribirla, pero hasta el día de hoy, escucho a los médicos expresar su sorpresa de que una persona atlética tenga una enfermedad cardiaca.
2. La sobrevida depende de una intervención rápida y eficaz.
En los viejos tiempos de la electrofisiología, solíamos probar los desfibriladores automáticos implantables durante un procedimiento de implante induciendo fibrilación ventricular
y observando cómo el dispositivo la convertía. Afortunadamente, los ensayos han demostrado que esto ya no es necesario para la mayoría de los implantes.
Cuando se induce una fibrilación ventricular en el laboratorio de electrofisiología cardiaca aprende rápidamente que a) provoca la pérdida del conocimiento en cuestión de segundos, b) la desfibrilación rápida restablece el conocimiento, a menudo sin que el paciente sepa o recuerde que se desmayó, y c) el fracaso de el choque para terminar con la fibrilación ventricular da como resultado un deterioro en cuestión de 1 a 2 minutos. Incluso un minuto en fibrilación ventricular se siente eterno.
3. Necesidad es una palabra apropiada en el tratamiento de la fibrilación ventricular.
Los médicos a menudo usan el verbo necesitar. Como en, este paciente necesita esta pastilla o este procedimiento. Rara vez es apropiado.
Pero en el caso del tratamiento de la fibrilación ventricular, los pacientes realmente necesitan una desfibrilación rápida. La sobrevida ante un paro cardiaco fuera del hospital es baja porque simplemente no hay suficientes desfibriladores externos automáticos (DEA) o personas capacitadas para usarlos. Un estudio de pacientes que sufrieron un paro cardiaco fuera del hospital en Dinamarca encontró que la sobreviva a los 30 días casi se duplicó (28,8% frente a 16,4%), cuando se podía acceder al desfibrilador externo automático más cercano.
4. Se requiere la actuación de los testigos que presencian la pérdida súbita de la conciencia de alguien.
Los mensajes públicos son simples: si una persona pierde el conocimiento frente a usted y no respira normalmente, suponga que se trata de un paro cardiaco, llame al 911 (o su número de emergencias nacional) para obtener ayuda profesional y comience a realizar compresiones torácicas solo con las manos. No pierda tiempo comprobando el pulso o tratando de despertar a la persona. Si esto no es un paro cardiaco, pronto le dirán que deje de comprimir el pecho. Los segundos importan.
Las compresiones torácicas son importantes, pero lo que realmente se necesita es la desfibrilación. Un paso crucial en la reanimación cardiopulmonar es enviar a alguien a buscar un desfibrilador automático externo y colocar las almohadillas. Si se trata de un ritmo desfibrilable, administre la descarga. El colapso de Hamlin enfatiza la importancia del desfibrilador automático externo; sin este, su llegada con vida al hospital habría sido poco probable
5. La detección generalizada previa a la participación de atletas jóvenes sigue siendo una mala idea.
Siempre que ocurre un paro cardiaco en un atleta, de manera tan pública, la gente piensa en la prevención. Seguramente es mejor prevenir tal evento que reaccionar ante uno, se piensa. El argumento en contra de esta idea tiene cuatro puntas:
La incidencia de enfermedades cardiacas en un atleta joven es extremadamente baja, lo que crea una situación en la que la mayoría de las pruebas "positivas" son falsos positivos. Un electrocardiograma o un ecocardiograma de detección falso positivo puede causar daño de múltiples maneras. Uno es el riesgo de los procedimientos posteriores, pero peor es la descalificación inapropiada del atleta en su deporte. En cuanto a la salud, pocos daños podrían ser mayores que crear miedo a largo plazo al ejercicio en alguien.
También existe el problema de las pruebas de detección den falsos negativos. Un electrocardiograma puede ser normal en el contexto de una miocardiopatía hipertrófica. Y un ecocardiograma normal no excluye una miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho u otras causas genéticas de paro cardiaco. En un estudio de 2018 de un importante centro de cardiología deportiva en Londres, 6 de las 8 muertes cardiacas súbitas en su serie ocurrieron en atletas que no tenían anomalías detectables en las pruebas de detección.
Incluso cuando se encuentra la enfermedad, no está claro que prohibir la participación en deportes prevenga la muerte súbita. Muchas recomendaciones anteriores de clase III en contra de la participación en el deporte ahora llevan designaciones de clase II.
Finalmente, la detección de cualquier enfermedad pierde valor a medida que mejoran los tratamientos. La educación pública sobre la intervención rápida con reanimación cardiopulmonar y el uso de desfibriladores automáticos externos son la mejor opción de tratamiento. Un gran ejemplo es el caso de Christian Erikson, un futbolista danés que sufrió un paro cardiaco durante un partido en la Eurocopa de 2021 y fue desfibrilado rápidamente en el campo. La terapia fue tan efectiva que estuvo consciente y pudo saludar a los fanáticos cuando salía del estadio. Ahora ha vuelto a la competición de élite.
Los defensores de la detección podrían oponerse a mi opinión diciendo que los jugadores de la National Football League (NFL) son evaluados intensamente. Pero esto es diferente de la detección generalizada de atletas de secundaria y universitarios. Puede sonar duro decirlo, pero los equipos profesionales tienen intereses duales en la salud de sus atletas dados los contratos millonarios.
Además, los equipos profesionales pueden permitirse contratar cardiólogos expertos para realizar las pruebas. Esto probablemente reduciría la tasa de resultados falsos positivos en comparación con la detección en el entorno comunitario. A menudo me remiten a jóvenes debido a bradicardia asintomática detectada durante una evaluación atlética, un hallazgo obviamente normal.
Reflexión final
Mientras haya deportes, habrá deportistas que sufran un paro cardiaco.
Podemos esperar la recuperación total de Hamlin y aprender lecciones para ayudar a reducir la tasa de muerte por paro cardíaco fuera del hospital. Esto implica principalmente educación sobre cómo ayudar a otros seres humanos y un compromiso de salud pública para acceder a los desfibriladores externos automáticos.
El Dr. John Mandrola practica electrofisiología cardiaca en Louisville, Estados Unidos, y es escritor y presentador de pódcasts para Medscape. Propugna un enfoque conservador de la práctica médica. Participa en investigaciones clínicas y escribe a menudo sobre el estado de la evidencia médica. Sígalo en Twitter @drjohnm.
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CRÉDITO
Imagen principal: Kevin Sabitus/Getty Images
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Citar este artículo: 5 puntos de reflexión tras el colapso del jugador de fútbol americano: Damar Hamlin - Medscape - 6 de enero de 2023.
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