Un programa de yoga en línea parece ser eficaz, factible y seguro para los pacientes con síndrome del intestino irritable, según un nuevo informe.[1]
Los participantes informaron una disminución de los síntomas relacionados con el síndrome del intestino irritable, así como mejoras en la calidad de vida, la fatiga y el estrés percibido.
"El síndrome del intestino irritable afecta a más de 15% o 20% de la población norteamericana y, a pesar de nuestros avances en este campo, las opciones que podemos ofrecer a nuestros pacientes son muy escasas", dijo a Medscape Noticias Médicas la Dra. Maitreyi Raman, profesora asociada de medicina de la University of Calgary, en Calgary Canadá.

Dra. Maitreyi Raman
"A menudo nos centramos en tratar los síntomas, pero no abordamos la causa subyacente", afirmó la Dra. Raman, directora de la Colaboración de Excelencia para la Nutrición en Enfermedades Digestivas de Alberta. "Con los avances en torno al microbioma intestinal y la evolución de la ciencia sobre el eje cerebro-intestino, las intervenciones psicosomáticas podrían ofrecer una opción terapéutica que los pacientes pueden utilizar para mejorar el curso general de su enfermedad".
El estudio fue publicado en versión electrónica en la American Journal of Gastroenterology.[1]
Programa de yoga en línea frente a asesoramiento exclusivo sobre el síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable suele implicar alteraciones del eje intestino-cerebro y puede verse afectado por el estrés psicológico o fisiológico, afirmaron los autores del estudio. Anteriormente se había descubierto que los programas presenciales de yoga podían controlar los síntomas del síndrome del intestino irritable y mejorar la salud fisiológica, psicológica y emocional.
Durante la pandemia de COVID-19, los programas de yoga tuvieron que cambiar a un formato virtual, un método de implementación que podía seguir teniendo relevancia debido a los limitados recursos de asistencia a la salud. Sin embargo, se desconocía la eficacia, la viabilidad y la seguridad del yoga virtual para personas con síndrome del intestino irritable.
La Dra. Raman y sus colegas llevaron a cabo un ensayo clínico aleatorizado, controlado y de dos grupos en la University of Calgary entre marzo de 2021 y diciembre de 2022. Los 79 participantes fueron asignados con enmascaramiento a uno de dos grupos del estudio: un programa de yoga en línea o un grupo de control de solo asesoramiento.
Los participantes elegibles tenían un diagnóstico de síndrome del intestino irritable, tenían una puntuación de al menos 75 de 500 puntos en la escala de gravedad de los síntomas del síndrome del intestino irritable (IBS-SSS) para la manifestación leve de la enfermedad y tomaban dosis estables de medicamentos para esta. Se les indicó que continuaran con sus tratamientos actuales durante el estudio, pero que no iniciaran nuevos medicamentos ni hicieran cambios importantes en su dieta o pautas físicas.
El programa de yoga se basó en el Upa Yoga, un subtipo de Hatha Yoga desarrollado por la Fundación Isha de Ciencias de lo Interior. El programa fue impartido por un facilitador certificado de la Fundación Isha y consistió en movimientos direccionales, rotaciones del cuello, prácticas de respiración, observación de la respiración y meditación con mantras y cantos del Om (Aum).
Las clases en línea, de tres a siete participantes, se impartieron en sesiones de 60 minutos durante ocho semanas. También se pidió a los participantes que practicaran en casa a diario con el apoyo de videos.
El grupo de control que solo recibió asesoramiento vio un video de diez minutos con información general sobre el síndrome del intestino irritable, la conexión mente-intestino en esta enfermedad y el rol de las terapias psicosomáticas. Los participantes recibieron una lista de recursos relacionados con el síndrome del intestino irritable de la Fundación Canadiense de Salud Digestiva, un enlace a un grupo de apoyo para pacientes e información sobre guías de actividad física de la Organización Mundial de la Salud.
El equipo de investigación tuvo como objetivo principal de valoración la reducción de al menos 50 puntos en la escala de gravedad de los síntomas del síndrome del intestino irritable, que se considera clínicamente significativa.
También midieron criterios secundarios de valoración, como calidad de vida, ansiedad, depresión, estrés percibido, estrés relacionado con la COVID-19, fatiga, síntomas somáticos, autocompasión e intención de practicar yoga.
De los 79 participantes, 38 fueron aleatorizados al programa de yoga y 41 al grupo de control de solo asesoramiento. La edad promedio era de 45 años. La mayoría (92%) eran mujeres y 81% eran de raza blanca. La duración media del síndrome del intestino irritable a partir del diagnóstico era de 11,5 años.
El promedio general de la puntuación en la escala de gravedad de los síntomas del síndrome del intestino irritable era moderado, de 245,3, al inicio del programa, y descendió a 207,9 en la semana ocho. La puntuación disminuyó de 255,2 a 200,5 en el grupo asignado a yoga y de 236,1 a 213,5 en el grupo de control. La diferencia entre los grupos fue de 32 puntos, lo que no fue estadísticamente significativo, aunque la mejoría de los síntomas comenzó después de cuatro semanas en el grupo asignado a yoga.
En el grupo asignado a yoga, 14 participantes (37%) alcanzaron el objetivo de disminución de 50 puntos o más, en comparación con ocho participantes (20%) del grupo de control. Estos 22 "respondedores" informaron mejoras en los síntomas del síndrome del intestino irritable, la calidad de vida, el estrés percibido y el estrés relacionado con la COVID-19.
En concreto, en los 14 participantes del grupo asignado a yoga se produjeron mejoras significativas en los síntomas, la calidad de vida, la fatiga, los síntomas somáticos, la autocompasión y el estrés relacionado con la COVID-19. En el grupo de control se produjeron mejoras significativas en los síntomas y el estrés relacionado con la COVID-19.
Mediante un análisis por intención de tratar, el equipo de investigación descubrió que el grupo de yoga había mejorado la calidad de vida, la fatiga y el estrés percibido. En el grupo de control, solo se observaron mejoras en el estrés relacionado con la COVID-19.
No se encontraron mejoras significativas en la ansiedad o la depresión entre los grupos, aunque los cambios en las puntuaciones de depresión fueron a favor del grupo asignado a yoga. La intención de practicar yoga disminuyó en ambos grupos durante el periodo de estudio, pero no se asoció con los minutos reales de práctica ni con el cambio en las puntuaciones de la escala de gravedad de los síntomas del síndrome del intestino irritable.
"Vimos una mejora sorprendente en la calidad de vida", comentó la Dra. Raman. "Aunque hablamos de la calidad de vida como un criterio de valoración importante, puede ser difícil demostrarlo en los estudios, por lo que fue un hallazgo agradable de demostrar en este estudio".
Según los investigadores, la intervención de yoga fue factible en términos de cumplimiento (79%), tasa de deserción (20%) y alta satisfacción con el programa. La inocuidad quedó demostrada por la ausencia de eventos adversos.
Consideraciones sobre futuros programas
La Dra. Raman y sus colegas están interesados en comprender los mecanismos que subyacen a la eficacia de las intervenciones psicosomáticas. También tienen previsto evaluar el programa de yoga virtual en una aplicación móvil llamada LyfeMD, cuyo objetivo es ayudar a los pacientes con enfermedades digestivas mediante programas dietéticos basados en evidencia e intervenciones mentales y corporales, como meditación guiada, ejercicios de respiración y terapia cognitivo-conductual.
"Sabemos que los pacientes buscan todos los recursos posibles. Nuestro próximo objetivo es comprender mejor cómo una intervención basada en una aplicación puede ser eficaz, incluso sin un instructor en directo", informó la Dra. Raman.
En estudios futuros también se debería tener en cuenta las perspectivas de los médicos, señaló. En estudios anteriores, la Dra. Raman y sus colegas han observado que los médicos están dispuestos a recomendar el yoga como opción terapéutica para los pacientes, pero algunos no están seguros de cómo prescribir una dosis, la frecuencia o un tipo de yoga recomendados.

Elyse Thakur, Ph. D.
"Cuando tratamos a pacientes con síndrome del intestino irritable, es importante pensar de forma amplia y creativa en todas las opciones de tratamiento", afirmó Elyse Thakur, Ph. D., psicóloga clínica de Atrium Health Gastroenterology and Hepatology, en Charlotte, Estados Unidos.
Thakur, quien no participó en el estudio, está especializada en psicología de la salud digestiva. Ella y sus colaboradores utilizan numerosas opciones de medicina complementaria y alternativa con los pacientes. "Debemos recordar que las personas pueden responder de forma diferente a las opciones de tratamiento disponibles. Es imprescindible comprender la evidencia para poder mantener conversaciones productivas con nuestros pacientes sobre los pros, los contras y los posibles beneficios y limitaciones".
El estudio no recibió ninguna beca específica de ningún organismo de financiación. Los autores y Thakur, Ph. D., han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Para más contenido suscríbase a nuestros boletines y siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
CRÉDITO
Imagen principal: iStock/Getty Images
Figura 1: University of Calgary
Figura 2: Atrium Health
Medscape Noticias Médicas © 2022
Citar este artículo: Un programa de yoga virtual parece mejorar los síntomas del síndrome de intestino irritable, la fatiga y el estrés - Medscape - 20 de dic de 2022.
Comentario