Los centros de control de envenenamiento en Estados Unidos ahora reciben más llamadas sobre adolescentes que abusan de la cannabis que del alcohol o cualquier otra sustancia, según un nuevo estudio.[1]
Muchas llamadas a la línea de ayuda sobre la cannabis involucran productos comestibles, agregaron los investigadores.
Los medicamentos de venta libre, especialmente los medicamentos para la tos y el resfriado que contienen dextrometorfano y los antihistamínicos orales, son otras sustancias de las que se abusa comúnmente.
Pero la cannabis recientemente comenzó a encabezar la lista.
"Desde 2018, la sustancia de uso indebido o abuso más denunciada involucró la exposición a la marihuana", según el estudio que se publicó en versión electrónica el 5 de diciembre en Clinical Toxicology.
La Dra. Adrienne Hughes, profesora asistente de medicina de urgencias en la Oregon Health & Science University, en Portland, Estados Unidos, y sus colaboradores analizaron las llamadas a los centros de control de envenenamiento de Estados Unidos entre 2000 y 2020. Se centraron en 338.000 llamadas sobre el uso indebido o el abuso de sustancias intencional, incluso con el fin de drogarse, de personas de 6 a 18 años.
Las llamadas se realizaron a 55 líneas de ayuda certificadas para profesionales de la salud, agencias de salud pública y miembros del público que buscaban orientación sobre la exposición a diversas sustancias.
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Cannabis frente a alcohol
En 2000, el alcohol fue la sustancia implicada en el mayor número de casos (1.318 o 9,8% de todas las llamadas). Entre 2000 y 2013, los casos de abuso de alcohol superaron el número de casos de cannabis cada año.
Pero eso cambió en 2014, cuando la cannabis superó al alcohol.
Durante el periodo de estudio de 20 años, las llamadas sobre la exposición a la cannabis aumentaron 245%, de 510 en 2000 a 1.761 en 2020. Los comestibles jugaron un papel clave. "Las preparaciones comestibles de marihuana representaron el aumento más alto en las tasas de llamadas, en comparación con todas las demás formas de marihuana", informaron los investigadores.
Los productos comestibles "a menudo se comercializan de manera atractiva para los jóvenes, y se consideran más discretos y convenientes", explicó la Dra. Hughes. Pero pueden tener efectos "impredecibles". Por ejemplo, investigaciones anteriores han demostrado que el consumo de cannabis comestible puede provocar más síntomas psiquiátricos agudos y eventos cardiovasculares que la cannabis inhalada.[2]
"En comparación con fumar cannabis, que por lo general resulta en un efecto inmediato, la intoxicación por formas comestibles generalmente toma varias horas, lo que puede llevar a algunas personas a consumir mayores cantidades y experimentar efectos inesperados e impredecibles".
Las tendencias en el consumo de alcohol pueden haberse mantenido relativamente estables, a pesar de algunas disminuciones menores en los datos del centro de envenenamiento, acotó la Dra. Hughes. "Anecdóticamente, no ha habido una reducción notable obvia en los casos de alcohol en el departamento de urgencias. Sin embargo, no esperaría un gran cambio dado que nuestros datos solo encontraron una disminución leve y lenta en los casos de alcohol durante el periodo de estudio".
El aumento de las llamadas relacionadas con la cannabis coincide con más estados que legalizan o despenalizan la droga con fines médicos o recreativos. Actualmente, 21 estados de Estados Unidos han aprobado la cannabis recreativa para adultos mayores de 21 años.[3]
¿Cuáles son los riesgos?
Los padres suelen llamar a un centro de envenenamiento por la exposición a cannabis después de ver o sospechar que su hijo ha ingerido hojas sueltas de cannabis o comestibles que contienen la sustancia, comentó la Dra. Hughes. "El centro de envenenamiento brinda orientación a los padres sobre si su hijo puede ser vigilado en casa o si requiere ser derivado a un centro de atención médica", continuó.
"Si bien la marihuana conlleva un bajo riesgo de toxicidad grave, puede ser embriagadora hasta el punto de falta de juicio, riesgo de caídas u otras lesiones y, ocasionalmente, una reacción de pánico en el usuario novato y en los niños que accidentalmente ingieren estos productos".
El mal uso o abuso intencional tiende a ocurrir entre niños mayores y adolescentes.
Los fármacos sin receta tienen un alto potencial de abuso porque son legales y pueden percibirse como seguros, observó la Dra. Hughes. Si un niño tiene un historial de uso indebido o abuso de sustancias, o si a un padre le preocupa que su hijo corra un alto riesgo de tener este comportamiento, debería considerar guardar los fármacos en una caja de seguridad, aconsejó. Eso también se aplica a la cannabis: "Recomendaría que los padres también consideren guardar bajo llave sus productos de cannabis".
El Sistema Nacional de Datos sobre Intoxicaciones de Estados Unidos se basa en informes voluntarios y no se espera que los datos representen la cantidad real de exposiciones al mal uso y abuso intencionales, anotaron los investigadores.
Los investigadores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime
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Citar este artículo: Centros de envenenamiento reciben más llamadas sobre el consumo de cannabis en adolescentes - Medscape - 16 de dic de 2022.
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