TENDENCIA CLÍNICA

Prescripción de ejercicio

Ryan Syrek

Conflictos de interés

16 de diciembre de 2022

Semanalmente identificamos un término de búsqueda frecuente, analizamos qué causó su popularidad y presentamos una infografía relacionada. Si tiene una sugerencia sobre cuál es la Tendencia clínica destacada y por qué compártala con nosotros en Twitter o Facebook. 

Que el ejercicio es bueno para la salud no es noticia. Sin embargo, la investigación sobre qué formas son mejores, durante cuánto tiempo y para qué afecciones en particular ha suscitado mucho interés últimamente. Dada la renuencia de muchos pacientes a seguir prescripciones de ejercicio que requieren mucho tiempo o son complicadas, quizá la noticia reciente más notable sea el poco tiempo diario que puede necesitarse (ver infografía).

Investigadores del Reino Unido analizaron los datos de los rastreadores de actividad física que portaban más de 71.000 personas. Los resultados indican que el ejercicio breve y vigoroso puede ser más beneficioso que el ejercicio prolongado y moderado. Los datos mostraron que, aunque un mayor tiempo de ejercicio conducía en general a una mejora de la salud, los efectos protectores se estabilizaban con el tiempo. Los expertos señalan que un ejercicio breve pero intenso puede reducir las placas que obstruyen las arterias, mejorar la presión arterial y mejorar la aptitud física general.

Este tiempo de ejercicio más corto de lo esperado puede ayudar a los pacientes a cumplir las prescripciones de ejercicio. Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos recomienda actualmente al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada o 75 minutos de ejercicio vigoroso a la semana. Sin embargo, solo 54% de los estadounidenses realizan los 150 minutos semanales de actividad aeróbica. "La falta de tiempo es uno de los principales motivos por los que la gente no hace ejercicio", afirmó Matthew Ahmadi, Ph. D., autor del estudio. Así pues, la esperanza es que necesitar solo 8 minutos al día en lugar de 30 pueda convencer a los pacientes ocupados de hacer el ejercicio que necesitan.

Más allá de las prescripciones de ejercicio para mejorar la salud general y prevenir las enfermedades cardiovasculares, varios estudios nuevos identificaron beneficios específicos en afecciones concretas. Se descubrió que el ejercicio aeróbico breve aumentaba los beneficios de la terapia de exposición en pacientes con trastorno de estrés postraumático (TEPT). Los investigadores aleatorizaron a 130 adultos con trastorno de estrés postraumático (promedio de edad: 39 años; 61% mujeres; 76% blancos) a recibir nueve sesiones de 90 minutos de terapia de exposición con ejercicio aeróbico o estiramientos pasivos (n = 65 en cada grupo). Las sesiones de terapia de exposición fueron similares. Después de estas sesiones, los participantes realizaban 20 minutos de sus respectivos ejercicios. Se observaron mayores reducciones de la gravedad del trastorno de estrés postraumático en el grupo asignado a ejercicio aeróbico frente al grupo asignado a estiramientos a los 6 meses de seguimiento (diferencia media: 12,1; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 2,4a a 21,8; p = 0,023), lo que apunta a una "magnitud de efecto moderada" (d = 0,6 [0,1 a 1,1]). También se observaron beneficios superiores en la gravedad de la depresión a los 6 meses (un criterio secundario de valoración), con una diferencia media en la puntuación del Inventario de Depresión de Beck-2 de 5,7 (IC 95%: 0,5 a 10,9; p = 0,022), lo que arrojó una "magnitud de efecto moderada" (0,5; IC 95%: 0,1 a 1,0).

La migraña es otra afección para la que el ejercicio puede ser especialmente beneficioso. Investigaciones recientes han demostrado que el ejercicio de fuerza reduce las migrañas mejor que los medicamentos de primera línea topiramato y amitriptilina. La revisión sistémica con metanálisis en red incluyó 21 ensayos clínicos que constaban de un grupo con un programa de ejercicio y un grupo de control como comparación. El tamaño total de la muestra combinada fue de 1.195 pacientes con migraña (promedio de edad: 35,5 años; proporción mujeres-hombres: 6,7:1). Todas las intervenciones de ejercicio fueron más eficaces que el placebo para reducir la frecuencia de la migraña. En términos de clasificación, el ejercicio de fuerza fue el mejor, con una diferencia media en los días de migraña mensuales de -3,55 (IC 95%: -6,15 a -0,95) en comparación con el placebo. Las siguientes intervenciones más eficaces fueron el ejercicio aeróbico de alta intensidad (-3,13; IC 95%: -5,28 a -0,97) y el ejercicio aeróbico de intensidad moderada (-2,18; IC 95%: -3,25 a -1,11), seguidas de topiramato, placebo y amitriptilina.

El ejercicio puede mejorar significativamente la función cognitiva de los pacientes que han sufrido un ictus. Los resultados de un nuevo ensayo de prueba de concepto mostraron que los pacientes con deterioro cognitivo leve a moderado recuperaban una cognición casi normal con la intervención. En el nuevo estudio, realizado en un solo centro y con enmascaramiento simple, participaron 120 pacientes (promedio de edad: 70 años; 62% hombres) que habían sufrido un ictus isquémico o hemorrágico. Se les aleatorizó a un programa de ejercicios más vigorosos, a un programa de entrenamiento cognitivo y actividades sociales, o a un programa de ejercicios de equilibrio y tonificación.

Al final de la intervención, los participantes del grupo asignado a ejercicio tenían puntuaciones cognitivas significativamente mejores que el grupo asignado a equilibrio y tonificación (diferencia de medias estimada: -0,24; IC 95%: -0,43 a 0,04; p = 0,02). Sin embargo, esta diferencia no persistió al final del seguimiento (diferencia de medias estimada: -0,08; IC 95%, -0,29 a 0,12). "Es intuitivo y biológicamente sólido afirmar que si no se siguen haciendo los ejercicios, los beneficios desaparecerán con el tiempo; es la noción de úsalo o piérdelo", dijo la investigadora del estudio Teresa Liu-Ambrose, Ph. D. La conclusión es que "cualquier ejercicio básico puede ser beneficioso para las personas en la fase crónica del ictus y que la mejora de algunas de las funciones motoras más básicas, como el equilibrio, podría traducirse en la capacidad y la disposición de las personas para realizar más actividad física".

Desde descubrimientos sobre afecciones específicas en las que la prescripción de ejercicio puede aportar beneficios sustanciales, hasta investigaciones recientes sobre consejos generales para transmitir a los pacientes, la aptitud física ha sido uno de los principales focos de interés últimamente y fue la Tendencia clínica de esta semana.

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