Las emergencias ocurren en cualquier momento y lugar, y a veces los médicos se encuentran en situaciones en las que son los únicos que pueden ayudar.
"¿Hay un médico en casa?" es una nueva serie de Medscape que cuenta estas historias.
Estaba en el kilómetro 5 cuando ocurrió el primer incidente.
Me había inscrito al medio maratón de la Bahía de Monterey, en California, Estados Unidos, con mi hija mayor y mi hijo. Iba a ser su primero, mi hija acaba de cumplir 16 años y mi hijo tiene 14. Ambos son corredores de campo traviesa en el instituto local y no se podían pedir mejores condiciones para la carrera: ni demasiado calor ni demasiado frío.
Y entonces, ¡bum!: un corredor se desplomó a unos 9 metros delante de mí. Era indudable que no se trataba solamente de un traspié, un desmayo o un tropezón. Cuando llegué hasta él estaba inconsciente y no respondía. También tenía una herida en la cabeza por haberse golpeado contra el pavimento. Después de una rápida evaluación, resultó evidente que no tenía pulso y no respiraba.

Dr. Steven Lome
Empecé las compresiones torácicas. Muchos corredores pasaron de largo, pero rápidamente otras tres personas se pararon para ayudar. Creo que dos de ellas eran enfermeras o paramédicos. Otro era un neurocirujano que evaluó la cabeza del corredor y estabilizó su cuello. Nos turnamos para hacer la reanimación cardiopulmonar durante 5 o 6 minutos hasta que llegó el desfibrilador. Cuando lo conectamos, pude ver que el ritmo cardiaco era de fibrilación ventricular.
Le dimos una descarga y el ritmo volvió a ser normal. Después continué con la reanimación cardiopulmonar durante un rato. Después de un par de minutos, se despertó. Estaba bastante confundido. Lo subimos a la ambulancia y se fue al Hospital Comunitario de la Península de Monterey.
Me sentía un poco agotado después de eso. ¿Debía continuar la carrera o darla por terminada? Había pasado bastante tiempo ahí y mentalmente también había sido mucho, pero pensé: Está bien, voy a seguir. Mis dos hijos iban adelante y sabía que no podría alcanzarlos, pero tenía que terminar la carrera.
Caminaba intermitentemente, porque estaba al teléfono con el Departamento de Urgencias, el cardiólogo intervencionista y el médico de la Unidad de Cuidados Intensivos. La carrera transcurrió sin problemas, seguí adelante y crucé la línea de meta. Levanté los brazos al aire. ¡Sí! ¡He terminado!
Entonces oí a alguien gritar: "¡Necesitamos ayuda por aquí!". Otro corredor había caído inconsciente. Estaba a unos 3 o 4 metros de la línea de meta, de nuevo con una herida sangrante en la cabeza. Durante un milisegundo pensé: "¿Cómo puede estar pasando esto otra vez?". Pero entonces toda mi atención se centró en evaluar al corredor.
De nuevo, no respiraba y no tenía pulso. Inmediatamente empecé a hacerle compresiones torácicas. Al cabo de un minuto, un corredor voluntario médico trajo un desfibrilador. Lo conectamos rápidamente y el desfibrilador señaló: "Choque aconsejado", lo que significa una arritmia mortal. Le dimos una descarga y continué con las compresiones torácicas.
Menos de un minuto después, levantó la vista y dijo: "¿Qué estoy haciendo aquí abajo?". ¡E inmediatamente miró su reloj y apagó su Strava para registrar que había terminado la carrera!
En ese momento, el director médico de la Big Sur Marathon Foundation, Dr. John Ellison, llegó al lugar de los hechos. Es médico de urgencias del Community Hospital. Evaluamos el cuello del paciente y estaba bien. Lo subimos en una ambulancia y también se fue al hospital. De nuevo, llamé a la sala de urgencias, al cardiólogo intervencionista y al médico de la Unidad de Cuidados Intensivos para informarles de la segunda reanimación.
Me sentía aturdido después de eso, trataba de comprender lo que había ocurrido. Increíble. El Dr. Ellison dijo más tarde que cuando ocurrió el primer caso, pensó: "Vaya, esto es algo que pasa una vez cada década en nuestra carrera". Y entonces ocurrió el segundo.
Busqué las estadísticas. Aproximadamente 1 de cada 200.000 corredores sufre una parada cardiaca durante un medio maratón. Había alrededor de 6.500 personas allí, así que, si haces las cuentas, eso es una posibilidad entre mil de que dos corredores sufran una parada cardiaca en la misma carrera. ¿Pero cuáles son las probabilidades de que yo estuviera detrás de ambos? Esa es la locura. ¿Lo llamarías un milagro? No lo sé. Pero es bastante inusual.
Al día siguiente, visité a ambos pacientes en el hospital. Se recuperaron muy bien, lo que es estupendo, porque en general la tasa de sobrevida tras los paros cardiacos extrahospitalarios es de alrededor de 5%. Fue realmente gracias a los directores de la carrera y a los voluntarios médicos que estaban allí, así como al equipo disponible. Por supuesto, cuando tienes un paro cardiaco, es más fácil conseguir ayuda rápidamente con mucha gente alrededor.
Es fácil tomar una historia como esta y centrarse en que todo el mundo debería aprender a usar un desfibrilador, lo cual es importante. Aprender a hacer la reanimación cardiopulmonar y a utilizar un desfibrilador externo automático es muy sencillo y puede salvar una vida, pero ¿no sería aún mejor evitar que se produzca el paro cardiaco en primera instancia?
Tuve mi propio momento de acierto en 2014. Tengo un antecedente familiar de enfermedades cardiacas. Y con 120 kilos y pico, estaba empezando a tener muchos problemas de salud. Mi presión arterial estaba subiendo. Había desarrollado apnea del sueño, reflujo gastroesofágico y un horrible dolor lumbar. Recuerdo haber subido un tramo de escaleras en mi casa llevando una caja relativamente ligera y tuve que parar para recuperar el aliento.
Tengo seis hijos. Y pensé: Tengo que estar cerca de mis hijos. Fue entonces cuando empecé a cambiar mi dieta hacia una a base de vegetales y bajé casi 45 kilos. Corrí mi primer maratón completo en 2014 y desde entonces, he corrido 10 maratones y al menos 30 o 40 medios maratones.
Mi afición por correr me permitió estar allí, en el lugar adecuado y en el momento oportuno, y estoy encantado de que estos dos pacientes hayan evolucionado tan bien. A cada uno de ellos se le permeabilizó un vaso obstruido mediante un procedimiento de angioplastia con stent en el hospital.
Me gustaría invitarlos a volver a correr el año que viene, si su cardiólogo les da el visto bueno.
El Dr. Steven Lome es un cardiólogo del Montage Medical Group en Monterey, California, Estados Unidos.
¿Es usted un médico con una historia médica dramática fuera de la clínica? A Medscape le encantaría considerar su relato para ¿Hay un médico en casa? Por favor envíenos por correo electrónico su información de contacto y un breve resumen de su historia a access@webmd.net.
Para más contenido suscríbase a nuestros boletines y siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
Contenido relacionado |
CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime/Medscape Illustration
Figura 1: Montage Health
Medscape Noticias Médicas © 2022
Citar este artículo: Crisis cardiaca en un medio maratón. Dos veces - Medscape - 12 de dic de 2022.
Comentario