Con el apoyo de varias series de casos, un gran análisis de cohortes ha asociado la exposición a los probióticos en la unidad de cuidados intensivos con un aumento considerable de bacteriemia y su mortalidad debida a los microorganismos de estos preparados, según los nuevos hallazgos presentados en el Congreso del American College of Chest Physicians (CHEST) de 2022.[1]
Según los datos presentados por el Dr. Scott Mayer, jefe de residentes de HealthONE Denver, en Colorado, Estados Unidos, parte de la cadena de hospitales HCA Healthcare, el riesgo aumenta con cualquier exposición a probióticos. Sin embargo, es especialmente grave en el caso de las fórmulas en polvo, presumiblemente porque el polvo se disemina más fácilmente para contaminar los catéteres venosos centrales.
"Creemos que los probióticos deberían eliminarse por completo de la unidad de cuidados intensivos. Si no es así, animamos a eliminar las formulaciones en polvo", comentó el Dr. Mayer, quien dirigió el estudio.
Los datos que relacionan los probióticos con la bacteriemia en la unidad de cuidados intensivos se extrajeron de 23.533 ingresos durante un periodo de 5 años en la base de datos hospitalaria de HCA. La bacteriemia relacionada con los probióticos fue poco frecuente (0,37%), pero las consecuencias fueron graves.
Para aquellos con bacteriemia relacionada con probióticos, la tasa de mortalidad fue de 25,6% o esencialmente 2 veces mayor que la tasa de mortalidad de 13,5% en aquellos sin bacteriemia por probióticos. Un odds ratio (OR) derivado de un análisis de regresión confirmó una diferencia estadísticamente significativa (OR: 2,23; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 1,30 a 3,71; p < 0,01).
"El riesgo absoluto de mortalidad es moderado pero no insignificante", destacó el Dr. Mayer. Esto indica una muerte relacionada con probióticos por cada 200 pacientes a los que se les administra un probiótico en la unidad de cuidados intensivos.
Estas muertes se producen sin ningún beneficio compensatorio claro por tomar probióticos. Hay una larga lista de posibles beneficios de los probióticos que podrían ser relevantes para los pacientes de la unidad de cuidados intensivos, en particular la profilaxis de la infección por Clostridium difficile, pero también incluye una variedad de trastornos gastrointestinales, como el síndrome de intestino irritable; sin embargo, ninguno está firmemente establecido en general y en particular para los pacientes de la unidad de cuidados intensivos.
"Actualmente el American College of Gastroenterology desaconseja los probióticos para la prevención de C. difficile", indicó el Dr. Mayer. Aunque la American Gastroenterological Association ha emitido una "recomendación condicional" para la prevención de la infección por C. difficile con probióticos, el especialista señaló que está calificada por una "baja calidad de la evidencia" y no es específica para el entorno de la unidad de cuidados intensivos.
"La evidencia del beneficio es débil o inexistente, pero los riesgos son reales", añadió.
Para confirmar que en efecto las bacteriemias asociadas a los probióticos en la base de datos del hospital HCA estaban relacionadas con los probióticos que tomaban los pacientes en el momento del ingreso, el Dr. Mayer evaluó el registro de cada uno de los 86 pacientes con mortalidad asociada a la bacteriemia por probiótico.
"Identifiqué el organismo que se desarrolló en los hemocultivos para confirmar que estaba contenido en el probiótico que tomaba el paciente", explicó, añadiendo que esta información estaba disponible en las historias clínicas electrónicas.
El riesgo de bacteriemia asociada a los probióticos en pacientes de la unidad de cuidados intensivos coincidía con una serie de casos que motivaron el estudio. El Dr. Mayer destacó que empezó a interesarse cuando en sus rondas en la unidad de cuidados intensivos se encontró con pacientes que tomaban probióticos. Sabía muy poco sobre estos agentes y exploró la literatura médica para ver qué pruebas había.
"Encontré varios informes de casos de pacientes de la unidad de cuidados intensivos con infecciones asociadas a los probióticos, algunos de los cuales se sospechaba que estaban relacionados con la contaminación de los catéteres centrales". En un caso el paciente no tomaba un probiótico, pero otro en una cama adyacente recibía un probiótico en polvo que estaba implicado. Esto hizo sospechar que la causa era la contaminación del catéter central.
Esto se evaluó en la base de datos de la unidad de cuidados intensivos del HCA y también se encontró que era un riesgo significativo. En los 67 pacientes en los que se utilizó una cápsula o un comprimido, la tasa de bacteriemia asociada a probióticos fue de 0,33%. Para aquellos en los que el probiótico era una formulación en polvo la tasa fue de 0,76%, una diferencia significativa (p < 0,01).
El Dr. Mayer reconoció que estos datos no descartan todos los posibles beneficios de los probióticos en la unidad de cuidados intensivos. Cree que un obstáculo para demostrar los beneficios ha sido la heterogeneidad de los productos disponibles, que probablemente sean relevantes para alguna función terapéutica, incluida la prevención de la infección por C. difficile.
"Ahora hay un gran número de productos disponibles y contienen una gran variedad de cepas de microorganismos, por lo que ha sido un área difícil de estudiar", dijo. Sin embargo, sostiene que en este momento es prudente evitar los probióticos en la unidad de cuidados intensivos porque los riesgos no se limitan al paciente que hace esta elección.
"Mi preocupación no es solo la falta de pruebas del beneficio en relación con el riesgo para el paciente, sino la posibilidad de que los probióticos en la unidad de cuidados intensivos pongan en riesgo a otros pacientes", agregó el especialista.
También se han señalado los posibles beneficios de los probióticos en la unidad de cuidados intensivos, pero la promesa sigue siendo esquiva. En un artículo de revisión de 2018 publicado en Journal of Emergency and Critical Care Medicine, los autores evaluaron una serie de aplicaciones potenciales de los probióticos en pacientes críticos.[2] Estas incluyeron el tratamiento de la neumonía asociada al ventilador, las infecciones urinarias asociadas al catéter y las infecciones de la herida quirúrgica. Para cada una de ellas los datos fueron negativos o no concluyentes.
Durante los 4 años que han pasado desde que se publicó la revisión, en varios ensayos se han explorado más los posibles beneficios de los probióticos en la unidad de cuidados intensivos, pero no han cambiado esta conclusión básica. Por ejemplo, en un ensayo multinacional de 2021 publicado en The Lancet se aleatorizó a más de 2.600 pacientes a probióticos o a placebo y no se demostró ningún efecto sobre la incidencia de la neumonía asociada al respirador (21,9% frente a 21,3%).[3]
La autora principal de la revisión de 2018, Heather A. Vitko, Ph. D., profesora adjunta del Department of Acute and Tertiary Care, de la University of Pittsburgh School of Nursing, en Pensilvania, Estados Unidos, hizo hincapié en que el potencial de beneficio no puede considerarse sin el potencial de riesgo; al igual que el Dr. Mayer, citó los estudios de casos que implican a los probióticos en las infecciones sistémicas.
A menudo las cápsulas o los sobres de probióticos "deben abrirse para administrarlos a través de una sonda de alimentación". El riesgo de contaminación proviene tanto del aire como de las manos contaminadas y esto último puede "causar una translocación a un catéter central donde los microbios tienen entrada directa en la circulación sistémica", señaló.
No pidió la prohibición de los probióticos en la unidad de cuidados intensivos, pero recomendó "un enfoque de precaución", animando a los profesionales clínicos a "distinguir entre la realidad de lo que se ha demostrado y lo que se presenta en la comercialización de los antibióticos".
El Dr. Mayer y Vitko, Ph. D., han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Para más contenido suscríbase a nuestros boletines y siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime
Medscape Noticias Médicas © 2022
Citar este artículo: Un estudio apoya la prohibición de los probióticos en la unidad de cuidados intensivos - Medscape - 1 de dic de 2022.
Comentario