ENTREVISTA

La reina Isabel II: vida y muerte en la Casa de Windsor

Marc Fröhling; Sebastian Schmidt

Conflictos de interés

22 de noviembre de 2022

Dr. Ronald. D. Gerste

Hablamos con el médico e historiador Dr. Ronald D. Gerste sobre la muerte de Isabel II, su longevidad, la atención médica real y los miembros de la Casa de Windsor menos afortunados con su salud.

Medscape: La reina Isabel II fue enterrada en Londres el pasado 19 de septiembre. Con todo el luto, recordamos la vida de una reina que estuvo en el trono más tiempo que ningún otro regente en la historia del Imperio británico. ¿Existe alguna anécdota notable de enfermedad en sus 96 años de vida?

Figura 1. Reina Isabel II. Fuente: Joel Rouse-Ministry of Defence

Ronald D. Gerste: Prácticamente no. En 2013, por ejemplo, estuvo hospitalizada unos días por una gastroenteritis. En 2018, se sometió a una operación de cataratas en el hospital Rey Eduardo VII (que este procedimiento, para el que los pacientes suelen tener más de 70 años, a veces menos, se haya realizado a la reina a los 92 años dice ciertamente algo sobre su constitución). Es la única intervención quirúrgica que conozco a lo largo de su trayectoria.

Hay muchas especulaciones sobre la causa de la muerte. Lo más reciente ha sido hablar de la presunta existencia de un síndrome del corazón roto. ¿Qué tanto cree usted que esto fuera la causa de muerte?

La interpretación patognomónica en una paciente de 97 años tiene, en principio, sus propias limitaciones. Dicho de otra manera: su tiempo se había cumplido. Una característica del síndrome del corazón roto es el dolor torácico repentino, que recuerda mucho a un infarto al miocardio. Nada de esto se ha dado a conocer. Más bien, el proceso de envejecimiento era claramente visible en las fotos de la reina en los últimos años. Es cierto que la muerte de su consorte, el príncipe Felipe, tras casi 74 años de matrimonio, pudo haber contribuido a una disminución de su fuerza, pero esto no tendría por qué manifestarse en una enfermedad aguda cardiaca como el síndrome del corazón roto.

Figura 2. La reina Isabel II y su esposo, el príncipe Felipe, durante la ceremonia de coronación en 1953. Fuente: Library and Archives Canada

Además de la propia reina, otros miembros de la realeza británica también han vivido más que la media, por ejemplo, su marido el príncipe Felipe (99), su madre la reina Isabel, la Reina Madre (101) y también su tatarabuela la reina Victoria (81). Un estudio afirma incluso que, desde la reina Victoria, los monarcas han vivido una media de 30 años más que sus súbditos. ¿Cuáles son las razones de la larga vida de muchos miembros de la realeza?

Las mismas que con casi todos los pacientes con los que tienen que tratar los médicos y que llegan a una edad madura en buena forma física y mental, y con los que muchos médicos se preguntan con envidia si ellos también podrían conseguirlo: la combinación de "buenos genes" y un estilo de vida saludable. En el caso de Isabel II y su marido Felipe, esto significaba, sobre todo, no tener factores de riesgo como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, una dieta sana y mucho ejercicio al aire libre. Ambos tenían un peso normal, fueron físicamente activos en sus años de juventud (especialmente al montar a caballo) y, reconozcámoslo: ser monarca significa llevar una vida privilegiada. Los factores de estrés que hacen enfermar a la "gente normal", como las preocupaciones por el dinero, no existen por ser una reina, muchos problemas cotidianos son atendidos por el personal del servicio y la atención médica es óptima.

En cuanto a la atención médica en la casa real británica, ¿cómo se debe imaginar el personal médico de esta y cómo ha evolucionado en los últimos dos siglos?

En la Casa Real hay un Medical Household, es decir, un equipo de médicos que están preparados para atender a la familia real, por supuesto no las 24 horas del día presencialmente, pero si se necesitara de la valoración por un médico, estarán disponibles rápidamente. La reina Victoria ya contaba con una plantilla de este tipo, pues le ayudaron a venir al mundo dos médicos, el Dr. Davis y el Dr. Wilson y la comadrona alemana Fräulein Siebold en mayo de 1819. Durante su reinado, se unieron a este equipo de médicos menos conocidos luminarias como el Dr. Joseph Lister (que dio instrucciones para una adecuada antisepsia durante la apendicectomía de su hijo Eduardo VII). Para aspectos y cuestiones específicas, se recurre a especialistas líderes en su respectivo campo, en el caso de la reina Victoria, el más famoso fue el Dr. John Snow, pionero tanto de la anestesia como de la epidemiología, que le proporcionó la anestesia en sus dos últimos partos.

Figura 3. Dr. John Snow. Fuente: Wikimedia commons

La unidad médica de la reina Isabel II estuvo dirigida desde 2014 por el sir Dr. Huw Thomas, gastroenterólogo en el St. Mary’s Hospital y profesor de genética gastrointestinal en el Imperial College, ambos en Londres, Reino Unido. Se puede confiar en que cualquier lumbrera de cualquier disciplina en el Reino Unido interrumpirá su trabajo diario cuando reciba un llamado del equipo médico de la casa real y se requiera su experiencia en el palacio de Buckingham o el castillo de Windsor.

Sin embargo, en la familia inmediata de la reina también hay ejemplos de historiales médicos más largos: por ejemplo, su padre, el rey Jorge VI, y su hermana, la princesa Margarita. ¿Qué padecían ambos y cómo es comparable su historial médico?

Tanto Jorge VI como la princesa Margarita estuvieron expuestos al mismo factor de riesgo: cigarrillos. El padre de Isabel tuvo que ser operado por primera vez de arteriosclerosis en las piernas. Luego, en septiembre de 1951, se sometió a una neumonectomía total del pulmón izquierdo (la causa se denominó entonces, con sutileza, "anomalías estructurales"). No obstante, sucumbió al cáncer de pulmón apenas 6 meses después. A Margaret también le extirparon parte del pulmón a una edad avanzada y en los últimos años de su vida sufrió varios ictus.

Si miramos hacia una generación más atrás, llegamos a su abuelo, el rey Jorge V, que murió en 1936 tras un largo periodo de sufrimiento. Cincuenta años después, se publicaron las anotaciones del diario de su médico personal, lord Dr. Dawson. En ellos hablaba de una eutanasia activa, ¿cuál es la historia detrás de eso?

Sí, desde la perspectiva actual es increíble que el Dr. Dawson decidiera ahorrarle al cada vez más debilitado rey lo que el médico llamara dolor. En el caso de Jorge V, se habla de affeciones cardiacas y bronquiales. Este fumador empedernido probablemente también tenía cáncer de pulmón. El médico le inyectó al monarca, de 70 años, morfina y cocaína; 40 minutos después, se escuchó una vez más: "El rey ha muerto. ¡Viva el rey!".

Volviendo al presente, ¿cuál es el estado de salud del nuevo rey Carlos III? El hijo mayor de la difunta reina tiene ya 73 años, ¿podrá todavía celebrar sus bodas de plata en el trono?

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Este contenido fue originalmente publicado en Coliquio, parte de la Red Profesional de Medscape.

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