Imágenes cerebrales validan problemas cognitivos después de la enfermedad de Lyme

Batya Swift Yasgur

Conflictos de interés

14 de noviembre de 2022

Los nuevos datos de imágenes muestran cambios cerebrales distintivos que parecen explicar los problemas cognitivos y de memoria que aparecen tras la enfermedad de Lyme.[1]

Utilizando técnicas de resonancia magnética funcional y de imágenes de tensor de difusión (ITD), los investigadores encontraron cambios en la sustancia blanca y otros tejidos cerebrales en pacientes con enfermedad de Lyme posterior al tratamiento, en comparación con personas de control sanas que no tenían antecedentes de la enfermedad.

"Es importante que los médicos sepan que la enfermedad de Lyme posterior al tratamiento ocasiona cambios cerebrales reales y cuantificables y que las quejas de los pacientes sobre problemas cognitivos pueden ser una consecuencia directa de esos cambios, en lugar de un efecto secundario de otros síntomas, como la fatiga, por ejemplo", dijo a Medscape Noticias Médicas la autora principal, Cheri Marvel, Ph. D., profesora asociada de neurología y psiquiatría y ciencias del comportamiento de la Facultad de Medicina de la Johns Hopkins University, en Baltimore, Estados Unidos.

"Creo que si los pacientes escucharan esto, podrían sentirse validados sobre que existe una base biológica para sus síntomas persistentes, incluso si todavía no hay una buena manera de tratar los problemas cognitivos, y esto podría ser análogo a lo que se informa en la infección asociada a enfermedades persistentes, como la COVID-19 persistente", explicó Marvel, quien trabaja con el Laboratorio de Investigación Cognitiva Neuropsiquiátrica de la Johns Hopkins.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 26 de octubre en PLOS ONE.

Mecanismos desconocidos

La enfermedad de Lyme posterior al tratamiento es una "enfermedad crónica que consiste en la presencia de síntomas persistentes o recurrentes" en personas que han sido tratadas por la enfermedad de Lyme, escribieron los autores. La investigación sobre esta condición es "relativamente escasa" y los mecanismos subyacentes de los cambios cerebrales que pueden afectar la cognición son "en gran parte desconocidos".

"Estábamos motivados por las quejas constantes de dificultades cognitivas por parte de pacientes que habían sido tratados por su enfermedad de Lyme, pero con una falta de datos para explicar la razón detrás de esos síntomas", apuntó Marvel.

"Nos parecía lógico que, si había síntomas cognitivos y neurológicos involucrados, entonces ver el cerebro podría revelar algo al respecto. Entonces podríamos comenzar a conectar los puntos entre la experiencia del paciente y los mecanismos subyacentes que los impulsan", agregó.

Estudios anteriores habían apuntado a anomalías cerebrales en pacientes con enfermedad de Lyme posterior al tratamiento, como un aumento en la cantidad de hiperintensidades de la materia blanca, pero estos estudios "tomaron una visión más amplia del cerebro que nuestro enfoque", continuó.

Los investigadores compararon a 12 adultos masculinos y femeninos con enfermedad de Lyme posterior al tratamiento (edad promedio [desviación estándar (DE)]: 45,16 [13,62]) con 18 participantes adultos de control (edad promedio [DE]: 47,01 [13,10]) que se sometieron a una resonancia magnética funcional (fRM). Incluyeron a 12 personas de control (edad promedio [DE]: 45,33 [13,76]) en el análisis de imágenes de tensor de difusión.

Los participantes con enfermedad de Lyme posterior al tratamiento completaron un cuestionario de síntomas pos-Lyme (PLQS) de 36 ítems, y los investigadores correlacionaron las variables clínicas con los hallazgos de la resonancia magnética multimodal. Todos los participantes realizaron una tarea de memoria de trabajo a corto plazo en el escáner de resonancia magnética.

Los investigadores identificaron regiones de interés definidas funcionalmente para el escaneo de cada participante y utilizaron imágenes de tensor de difusión para investigar la relación potencial entre enfermedad de Lyme posterior al tratamiento y la integridad estructural de la materia blanca.

Hallazgos "sorprendentes"

En la tarea de memoria, el grupo de enfermedad de Lyme posterior al tratamiento respondió más lentamente (pero no con menos precisión), en comparación con los participantes de control (F[1,27] = 60,9; p < 0,001; ηp = 0,34). El grupo de enfermedad de Lyme posterior al tratamiento también mostró "desaceleración motriz general", señalaron los autores.

Encontraron que las personas de control tenían activaciones en la resonancia magnética funcional con un aumento de la señal dependiente del nivel de oxígeno en sangre asociada con la memoria de trabajo verbal en el lóbulo frontal, la corteza premotora, el caudado, el tálamo, el lóbulo parietal inferior y el cerebelo superior. El grupo enfermedad de Lyme posterior al tratamiento también mostró un aumento de la señal dependiente del nivel de oxígeno en sangre en el lóbulo frontal, la corteza premotora, el caudado y el precúneo, pero menos actividad en la corteza premotora, el tálamo y el lóbulo parietal inferior.

Los resultados sugirieron que las diferencias de grupo en la tarea de memoria "se debieron a que el grupo de enfermedad de Lyme posterior al tratamiento mostró hipoactivación (o sin activación en absoluto) en las regiones del cerebro normalmente asociadas con la tarea, aun cuando su precisión fue normal", informaron los autores.

Por el contrario, observaron regiones activadas "nuevas" en el grupo de enfermedad de Lyme posterior al tratamiento, pero no en el grupo control. Se observó un aumento de la actividad relacionada con la tarea en los participantes de enfermedad de Lyme posterior al tratamiento, en comparación con las personas de control, principalmente en tres regiones de materia blanca del lóbulo frontal: BA8, BA9 y BA6.

Los análisis de imágenes de tensor de difusión encontraron regiones de activación relacionada con tareas que se superponían con la actividad encontrada en resonancia magnética funcional.

Área de activación relacionada con la tarea (regiones de interés) Superposición con materia blanca
BA8 izquierdo 25,00%
BA9 anterior izquierdo 22,35%
BA9 posterior izquierdo 24,46%
BA6 derecho 13,46%

Los análisis de imágenes de tensor de difusión de todo el cerebro identificaron varias regiones del lóbulo frontal que tenían una mayor difusividad axial en los pacientes con enfermedad de Lyme posterior al tratamiento, que estaban correlacionadas con una mayor duración de la enfermedad. Esta mayor difusividad axial "se correlaciona con menos síntomas cognitivos y neurológicos".

En particular, la difusividad axial en el regiones de interés anterior BA9 "se correlacionó negativamente" con las tres medidas clínicas.

Medida clínica Correlación Valor p
Total r (12) = -0,76 0,004
Neurológico r (12) = -0,78 0,003
Cognitivo r (12) = -0,81 0,001

"Descubrimos que los cerebros de los pacientes con enfermedad de Lyme posterior al tratamiento habían sido alterados por la enfermedad; específicamente, la función de la materia blanca aumentó mientras realizaban una tarea cognitiva, lo cual es inusual que se detecte con los métodos de resonancia magnética que usamos, y no observamos tal actividad en los pacientes sanos del grupo control", compartió Marvel.

"Luego observamos más de cerca la materia blanca en el grupo de enfermedad de Lyme posterior al tratamiento y nos sorprendió mucho descubrir que la difusión de axones, o 'fuga' de la materia blanca, que generalmente se considera patológica, se asoció con mejores desenlaces cognitivos y neurológicos en los pacientes con enfermedad de Lyme posterior al tratamiento", añadió.

"Esto nos llevó a especular que los cambios en la materia blanca son una respuesta saludable a los efectos de la enfermedad de Lyme en el cerebro", agregó.

Metodología de vanguardia

En un comentario para Medscape Noticias Médicas, John Keilp, Ph. D., profesor asociado de psicología clínica (en psiquiatría) del Vagelos College of Physicians and Surgeons, Columbia University, en Nueva York, Estados Unidos, calificó el trabajo como un "estudio importante, cuidadosamente ejecutado, que agrega a los estudios previos de imágenes cerebrales de pacientes con enfermedad de Lyme posterior al tratamiento".

Aunque el tamaño de la muestra era pequeño, "los autores usaron métodos rigurosos para diagnosticar y caracterizar a sus pacientes y usaron métodos de análisis e imágenes cerebrales de última generación", destacó Keilp, quien dirige el laboratorio de neuropsicología dentro de la División de Imágenes Moleculares y Neuropatología del New York State Psychiatric Institute, y no participó en el estudio.

Los autores "nos han mostrado un camino a seguir para examinar a estos pacientes y este trastorno con mayor detalle mientras intentamos resolver las incógnitas que rodean la base fisiológica de los síntomas de estos pacientes", concluyó.

La financiación del estudio fue proporcionada por un donante anónimo. Los autores y Keilp, Ph. D, han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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