Angustia mental: el "elefante en la habitación" del cáncer de próstata

Howard Wolinsky

Conflictos de interés

15 de noviembre de 2022

Mark Lichty, de 73 años, compartió que tardó una década en superar la ansiedad, el miedo a la muerte y la incertidumbre sobre el futuro después de que le diagnosticaran cáncer de próstata de bajo grado en 2005.[1]

Lichty, de East Stroudsburg, Estados Unidos, canalizó parte de esa energía ansiosa en el lanzamiento de Active Surveillance Patients International (ASPI), que cofundó en 2017 para ayudar a los hombres con tumores de próstata de bajo riesgo a hacer frente a la preocupación de que su enfermedad evolucionara de benigna a mortal.

Muchos hombres han empezado a llamar a este estado de limbo "vigilancia ansiosa": un nivel de preocupación de base que empeora mientras esperan los resultados de los análisis de sangre periódicos que podrían indicar la necesidad de intervención quirúrgica o radioterapia para extirpar un tumor que se ha vuelto más agresivo.

Irónicamente, comentó Lichty, esas mismas pruebas (que analizan los niveles de antígeno prostático específico) condujeron a una "epidemia de sobrediagnóstico" del cáncer de próstata en la década de 1990. Eso, a su vez, condujo a un tratamiento excesivo que dio lugar a disfunción eréctil, incontinencia y otros problemas para muchos pacientes y ahora, continuó, "la epidemia de vigilancia ansiosa que puede dar lugar a una angustia innecesaria en estos pacientes e incluso a más tratamiento excesivo".

La angustia mental se ha denominado el "elefante en la habitación" para los pacientes con cáncer de próstata que no requieren tratamiento inmediato. Durante años, se han ignorado en gran medida estas preocupaciones, según los defensores y los profesionales de la salud.

Pero últimamente, la comunidad del cáncer de próstata ha empezado a centrarse en la salud mental de este grupo. Uno de los factores ha sido el estrés causado por la COVID-19.

"La crisis de salud mental derivada de la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve este problema en el cáncer de próstata", afirmó Rick Davis, de Tucson, Estados Unidos, a quien se le diagnosticó la enfermedad en 2007.

Davis es el fundador de AnCan Foundation, que dirige grupos de apoyo para personas con cáncer de próstata, el cáncer más diagnosticado en los hombres. Según la American Cancer Society, este año 268.000 hombres en Estados Unidos sabrán que tienen cáncer de próstata, unos 10.000 más que en 2021.[1] Se estima que a 1 de cada 8 hombres se les diagnosticará la enfermedad en su vida, dice aseguró el grupo.

Para Davis, esas cifras apuntan a una abrumadora necesidad de más servicios como los que ofrece su fundación.

"Hemos intentado hacer alguna programación, pero no hemos cogido el toro por los cuernos", dijo. "En realidad vimos que era el elefante en la habitación y que teníamos que identificarlo y hacer algo al respecto".

AnCan y Active Surveillance Patients International iniciaron en 2019 uno de los primeros grupos de apoyo virtual para pacientes con cáncer de próstata de riesgo intermedio bajo y favorable. Una encuesta realizada en 2021 a 168 personas del grupo de apoyo reveló que 30% de ellas declararon tener síntomas de ansiedad.

Esto coincide con un estudio realizado en 2014 por investigadores del Reino Unido que descubrieron que de casi 4.500 pacientes con cáncer de próstata en todo el espectro de tratamiento, 17% de los hombres referían depresión y 27% ansiedad, antes de que se les tratara la enfermedad.

La cifra de ansiedad es aproximadamente el doble que la identificada entre la población general de hombres en Estados Unidos, afirmó el Dr. John Oliffe, fundador y principal investigador del programa de Investigación sobre la salud de los hombres de la University of British Columbia. La ansiedad no tratada puede conducir a otros problemas de salud mental, como la depresión y los pensamientos y comportamientos suicidas, aseguró.

"A menudo se ha pasado por alto la ansiedad. Se desconoce su verdadera amplitud y gravedad para los hombres, lo cual es muy preocupante, ya que la ansiedad no detectada y no tratada predice futuros resultados perjudiciales para la salud mental", señaló el Dr. Oliffe.

En septiembre, la Prostate Cancer Foundation, el mayor financiador privado de la investigación sobre el cáncer de próstata, celebró un programa orientado a los pacientes. El 17 de noviembre, la Prostate Cancer Impact Alliance celebrará un seminario web sobre bienestar emocional.

El Dr. Scott Tagawa, director médico del Programa de Investigación en Oncología Genitourinaria de Weill Cornell Health de Nueva York, Estados Unidos, y portavoz de la American Society of Clinical Oncology, declaró que "el mundo está reconociendo los problemas de salud mental en el cáncer más que antes. Empezaba a ocurrir antes de la pandemia de COVID-19, pero surgió a raíz de algunos problemas con la pandemia".

El Dr. Tagawa aseguró que el número total de hombres con problemas mentales puede estar subestimado. "Los hombres tienden a ser menos comunicativos y verbales", apuntó. "Ocultan las cosas".

El Dr. Jim C. Hu, profesor de urología en Weill Cornell, dijo que los problemas de salud mental están entrando en juego ahora debido a "un mayor énfasis en la totalidad del paciente". Esto va unido a la atención centrada en él. Hay un enfoque en los problemas de salud mental en términos de atención al paciente, sobre todo en lo que respecta a los pacientes con cáncer".

El Dr. Corey Lyon, vicepresidente de asuntos clínicos en el Departamento de Medicina Familiar de la University of Colorado School of Medicine, en Aurora, Estados Unidos, indicó que los médicos de atención primaria están desempeñando un papel más importante en la prestación de atención psiquiátrica y pueden ofrecer apoyo emocional a estos pacientes como parte de un énfasis en la "atención integral de la persona".

"Pero muchas clínicas pueden no hacer necesariamente este cribado porque no saben qué hacer con los resultados", observó el Dr. Lyon, que es presidente del comité de guías de la American Academy of Family Physicians. "No tienen las herramientas ni los recursos necesarios si un paciente tiene un alto nivel de angustia o más síntomas de ansiedad o depresión. Si no saben qué hacer con los resultados, tienden a no hacer el cribado".

Enfoques exitosos

Algunas clínicas importantes, como el Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York, examinan sistemáticamente a los pacientes con cáncer de próstata para detectar problemas de salud mental.

El Dr. Andrew J. Roth, psiquiatra de ese centro que ha dedicado su carrera a los problemas de salud mental y a los pacientes con cáncer de próstata y sus familias, ayudó a desarrollar escalas para medir la angustia en los pacientes con cáncer de próstata, como el Termómetro de Angustia en 1998. El Dr. Roth también ayudó a desarrollar la Escala de Ansiedad del Memorial para el Cáncer de Próstata y está trabajando en una escala para identificar la depresión en pacientes de edad avanzada con cáncer.

"El cribado de la angustia trata de identificar las señales que indican que alguien está teniendo dificultades para afrontar el cáncer y que podrían interferir en la toma de decisiones sobre el tratamiento, en el manejo de este y en la mejora de la calidad de vida, o que un determinado paciente no tiene suficiente apoyo social", detalló el Dr. Roth. "Entonces existe la oportunidad de conseguirles la ayuda que necesitan. Si no preguntamos, es posible que no nos enteremos y no podamos ayudarlos a sobrellevar mejor su cáncer de próstata y sus vidas a tiempo".

Pero no todo el mundo está de acuerdo con la utilidad de estas herramientas. Darryl Mitteldorf, trabajador social clínico autorizado y fundador del grupo de apoyo para el cáncer de próstata Malecare de Nueva York, se encuentra entre los escépticos.

"La escala de ansiedad que ideó el Dr. Roth y que mucha gente utiliza es estupenda para los ensayos clínicos. Pero en un sentido práctico del día a día, es algo irrelevante para ayudar a las personas con cáncer de próstata a seguir con sus vidas y ser tan felices y esperanzados como puedan".

A través de la Prostate Cancer Impact Alliance, grupo de defensa dentro de la American Urological Association, Davis empezó a promover en septiembre un esfuerzo para detectar el malestar mental. Compartió que la visión es que las especialidades médicas que participan en el cuidado de los pacientes con cáncer de próstata (urólogos, oncorradioterapeutas, oncólogos genitourinarios, médicos de atención primaria, e incluso psiquiatras) desarrollen guías como un grupo.

"Es necesario que todos se unan, y la idea es dar seguimiento, identificar y guiar a las personas para que reciban tratamiento a fin de tratar estos problemas de salud mental e incluso las crisis", explicó Davis. "Ahora mismo, ni siquiera estamos identificando a estas personas".

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