BUENOS AIRES, ARG. La polipíldora, la combinación de 3 o 4 fármacos en una sola píldora de bajo costo para la prevención cardiovascular primaria o secundaria, no debería ser considerada un fármaco, sino una estrategia o un concepto que desafía los modelos clásicos de prescripción, que se articula con otros hábitos saludables y que podría tener un impacto dramático en la salud pública si se adoptara de manera masiva, aseguraron especialistas en el 48° Congreso Argentino de Cardiología (SAC) 2022, celebrado del 20 al 22 de octubre de 2022.[1]

Dr. Salim Yusuf/Fuente: Alejandro Almendros
"No veo a la polipíldora como un fármaco, sino como parte de una estrategia de implementación que podría evitar 150 millones de fallecimientos prematuros antes de 2050", señaló uno de sus principales ideólogos e impulsores, el Dr. Salim Yusuf, profesor de medicina y director del Population Health Research Institute de la McMaster University, en Hamilton, Canadá.
El Dr. Yusuf participó de un simposio patrocinado por Lepetic, una compañía farmacéutica argentina de más de 150 años que acaba de lanzar en el país una polipíldora enfocada a la prevención primara y que contiene candesartán (16 mg), hidroclorotiazida (12,5 mg) y rosuvastatina (10 mg), la misma combinación probada en el estudio HOPE-3, que se presentó en 2016.
El especialista agregó que las estrategias que solo ponen énfasis en la prevención secundaria no abordan el problema de la mayoría de la población. Aunque las personas con antecedentes cardiovasculares tienen cuatro veces más riesgo de padecer un evento cardiovascular grave o fatal que las personas sin ellos, 80% de todos los eventos ocurre en el último grupo.
Pero en Argentina, España y otros países también se comercializa otra polipíldora que contiene ácido acetilsalicílico (100 mg), ramipril (2,5, 5 y 10 mg) y atorvastatina (20 o 40 mg), la combinación que mostró tener beneficios en prevención secundaria en los estudios NEPTUNO y SECURE.
"Probablemente haya cincuenta polipíldoras que se comercializan en el mundo", señaló el Dr. Yusuf en su exposición. Pero la composición, la dosificación y las indicaciones son variadas, habiendo incluso evidencias de que la incorporación de ácido acetilsalicílico podría mejorar la efectividad en prevención primaria, pese a que la utilidad y seguridad de esa fármaco para esa población había sido fuertemente cuestionada en estudios recientes.
¿De qué polipíldora se habla? "Bajo un mismo nombre se engloban moléculas de categorías farmacológicas diferentes y en distintas dosis. Algunas tienen ácido acetilsalicílico, otras no. Algunas tienen diuréticos, otras no". Medscape en español preguntó al Dr. Yusuf si los efectos son similares, a lo este respondió: "Quizá hay pequeños matices, pero a nivel general, son similares".
"Disruptiva y contracultural"
En diálogo con Medscape en español, dos cardiólogos argentinos que participaron del simposio con el Dr. Yusuf aportaron su perspectiva.
"La realidad es que la polipíldora representa un cambio notable en el modelo de prescripción. Es disruptiva y contracultural. En general el médico enfrenta la incertidumbre y se aproxima al paciente a través de un problema: tiene hipertensión arterial, dislipidemia o diabetes y adopta una estrategia puntual para atacar esos factores. Pero aquí la estrategia es distinta, en el sentido de que uno encara al paciente por su riesgo global y la prescripción va más allá de un factor individual", comentó el Dr. Álvaro Sosa Liprandi, jefe de Cardiología del Sanatorio Güemes, en Buenos Aires, y actual presidente de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC).
El Dr. Sosa desestimó que la promesa de un mejor cumplimiento (adherencia) con la polipíldora, por el hecho de reunir varios fármacos en una sola toma cambie per se la forma de prescripción de los médicos: "Es un tema abstracto, pero considero que puede haber muchas polipíldoras adaptadas a distintas poblaciones —por ejemplo, para prevención primaria o secundaria, con o sin ácido acetilsalicílico, con dosis baja o alta de antihipertensivo o estatina—. La información es tan contundente sobre sus beneficios que habrá que aceptarla".
El Dr. Fernando Botto, maestro en metodología de investigación en salud, jefe de Investigaciones Clínicas del Instituto Cardiovascular Buenos Aires (ICBA), destacó que el modelo clásico de apuntar a corregir factores de riesgo aislados no está funcionando: "Por ejemplo, 30% de los pacientes en Argentina y en Sudamérica no recibe ningún fármaco después de un ictus o un infarto agudo de miocardio y 30% recibe solo uno de ellos —antihipertensivo, ácido acetilsalicílico o estatina—".
Se ha calculado que solo 15% de los pacientes con hipertensión consigue el control de la presión arterial y que 5% de aquellos con niveles elevados de colesterol de lipoproteínas de baja densidad toma estatinas.[2]
El enfoque poblacional, masivo, de la polipíldora, podría subsanar ese déficit. "El médico se ha acostumbrado a estratificar o medir el riesgo del paciente de una forma muy personalizada, sumando cuánto tiene de factores de riesgo en términos de hipertensión arterial, dislipidemia, diabetes… pero quizás habría que simplificar y decir: ‘todas las personas mayores de 50 o 55 años y tal vez con algún factor de riesgo deberían recibir una polipíldora’. En todo caso, por ejemplo, si tenemos un valor de presión arterial sistólica menor a 130 o 135 mm Hg, se puede indicar una polipíldora sin antihipertensivo o con dosis baja. Por otro lado, los efectos adversos de la polipíldora son muy pocos. El descenso de la presión arterial en pacientes medicados no se traduce en sincope, insuficiencia renal o en eventos cardiovascular mayores", sostuvo el Dr. Botto.
"Lo importante de la polipíldora es el concepto más que la composición. Seguramente habrá diez polipíldoras y uno pueda elegir para que el paciente tome una de ellas", puntualizó.
El Dr. Yusuf comentó a Medscape en español quiénes podrían beneficiarse con la polipíldora (o alguna de ellas): "Individuos que ya han tenido un evento cardiovascular previo, personas con presión alta y mayores de 55 años, tanto hombres como mujeres. En prevención primaria la hipertensión, la diabetes y la edad por sí misma se convierten en factores de riesgo. Si se quiere empezar tempranamente puede tomarse cinco años antes, es decir, a partir de los 50".
"Cada región tendrá que adoptar el método de distribución que le resulte más conveniente de acuerdo con su logística para que llegue a un mayor número de personas", concluyó.
Los doctores Yusuf, Botto y Sosa participaron del simposio patrocinado por el laboratorio Lepetic.
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime
Figura 1: Alejandro Almendros
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Citar este artículo: ¿A qué nos referimos cuando se habla de la polipíldora? - Medscape - 7 de nov de 2022.
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