El autoritarismo tiene muchas caras dentro de en una sociedad. Una de ellas es cuando las leyes sólo sirven para justificar a la autoridad, pero no le impone deberes; por lo que, la autoridad no sólo provee mandatos, sino que para ella el cumplimiento de la ley es opcional y selectiva.
Con relación a los derechos de los médicos internos de pregrado la NOM-EM-033-SSA3-2022 en el punto 5.9 establece que los estudiantes e internos deben realizar las actividades contenidas en los programas académico y operativo, sin sustituir en sus funciones a personal de la institución salud. Por lo que según la norma, los médicos internos no deberían tomar las muestras de laboratorio ya que existe personal para ello.
El día 18 de octubre de 2022 las autoridades detuvieron a un interno por supuestamente robar material. El caso es un ejemplo de libro de prácticas autoritarias. En dicho hospital, los médicos internos toman muestras de sangre y orina en contra de lo establecido en la norma oficial mexicana, por lo que en la base de todo el problema encontramos una violación a la norma y a los derechos de los médicos internos por parte de la autoridad.
Esta práctica se tolera hace mucho tiempo, porque así la autoridad no tiene que contratar personal adicional y surtir el material necesario. Es más fácil abusar de los internos y chantajearlos con los mentiras típicas de que "les falta vocación" y "no están dispuesto a sacrificarse por sus pacientes"; ellos no pueden alegar falta de insumos, si no tienen el material y no hacen su trabajo se les regaña, humilla o sanciona y, entonces, la falta de insumos ya no es problema de la institución sino de los internos, quienes deben de conseguirlos como sea.
Como medida para hacer frente a la escasez los internos guardan jeringas y tubos en sus bolsas, para evitar ser castigados y amedrentados, esto lo han hecho muchas generaciones de médicos, no sé porque a las autoridades ahora les causa tanto asombro.
De repente, la autoridad decide que va a perseguir a su personal y detienen al azar a un interno y lo acusan de robo, por lo que un problema que inició por la falta de cumplimiento de las normas por parte de la autoridad, se convierte en un problema del personal.
El interno es detenido, esposado y llevado a la agencia del Ministerio Público. El resto de los internos se inconforman y es ahí cuando la autoridad del hospital comienza a cumplir la ley. Esa ley que no cumplía cuando tenía que garantizar los derechos de los médicos internos ahora si es importante. La autoridad amenaza a los internos; si faltan tres días los van a dar de baja del internado; la autoridad sólo utiliza la ley para amedrentar al personal y justificarse, pero no garantiza o reconoce derechos. Trágicamente, las autoridades educativas, tanto de universidades públicas como privadas les dan la espalada a sus estudiantes y se unen a las amenazas de las instituciones de salud; si faltan tres veces los corren, no hay más. Las universidades no piden que se respeten los derechos de sus estudiantes, ellos no quieren hacer enojar a las autoridades de salud y que les quiten los campos clínicos. Para las universidades sus estudiantes son desechables, lo importante es conservar los campos clínicos, aunque en ellos se violen derechos.
Al final, liberan al interno para continuar su proceso en libertad. Las autoridades publican una tarjeta informativa que incluye una foto del material que tenía el interno para cumplir con sus tareas y este sólo suma unos cuantos pesos. Indigna que exhiban el "botín" como si fuera un gran logo. En un país en donde faltan casi todos los insumos y fármacos, y la gente se muere esperando una cirugía o una radioterapia, indigna que la autoridad quiera publicitar esto como un logro.
El resto de los internos sucumbe ante las amenazas y regresa al hospital. No se solucionó nada, todo fue una simulación en donde la institución lo único que pretendía es mostrarse fuerte y poner a todos en su lugar; tanto a los estudiantes, como al resto del personal y a las autoridades universitarias. Es, a todas luces, un amago autoritario cuya finalidad es sólo mostrar poder.
Esto no es la primera vez que sucede, en julio de este año los pasantes de servicio social salieron a las calles a protestar en diferentes estados de la república debido a que la inseguridad en algunas plazas es alarmante. El Dr. Eric, médico pasante, falleció mientras realizaba su servicio social y a nadie le importó. Si no fuera por sus compañeros que a pesar de las amenazas no quisieron callar, las autoridades hubieran pasado la página y ni siquiera se hubieran preguntado si realmente existía un problema. Hasta el día de hoy, seis meses después, no se ha tomado ninguna decisión contundente para disminuir la violencia en contra de los pasantes. Al parecer el problema ya se barrió debajo de la alfombra. Sólo estamos en espera de que suceda otra tragedia para volver a hablar del tema.
En las semanas siguientes, un grupo de residentes de otro hospital se manifestaron porque la seguridad estaba realizando revisiones agresivas en contra del personal y se llevaron detenida a una residenta. De nueva cuenta se manifestaron y se llegaron a algunos acuerdos, pero no se solucionó ningún problema de base.
En unos cuantos meses hemos visto movimientos de pasantes, residentes e internos. Las malas condiciones nos afectan a todos. Lo que a mí más me llama la atención es la poca unión dentro del gremio; cada quien se queja por su lado, no existe mucha solidaridad. Yo asistí a una marcha por la seguridad de los pasantes y no vi a sus profesores, directivos de universidades, estudiantes de primeros semestres o residentes apoyarlos. Lo que pedía era seguridad, nada más. ¿Por qué les damos la espalda?
Para concluir diré que no todas las autoridades son malas, no todos los directivos son autoritarios, el problema es que en estos momentos los malos pesan más que los buenos, necesitamos unirnos para darle fuerza a las personas que quieren hacer las cosas de manera diferente. Aquellos que quieren hablar de estos problemas y reconocer que llevan muchos años y se requieren enormes esfuerzos y tiempo para solucionarlos; pero, si queremos erradicarlos, necesitamos comenzar por hablar de ellos. Yo le pediría a las autoridades diálogo. El autoritarismo también es violencia y, nuestro país, es lo último que necesita.
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Citar este artículo: Radiografía de un sistema autoritario: la detención de un médico pasante - Medscape - 25 de oct de 2022.
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