Pacientes con COVID-19 persistente: 63% son mujeres

Carolyn Crist

Conflictos de interés

14 de octubre de 2022

Encuentre las últimas noticias y orientación acerca de la COVID-19 en el Centro de información sobre el coronavirus (SARS-CoV-2).

Casi dos tercios de las personas que tuvieron síntomas persistentes de COVID-19 durante los dos primeros años de la pandemia eran mujeres, según un nuevo estudio publicado en Journal of the American Medical Association.[1]

El estudio global también mostró que alrededor de 6% de las personas con infecciones sintomáticas tuvieron COVID-19 persistente en 2020 y 2021. El riesgo parecía ser mayor para los que requerían hospitalización, especialmente los que necesitaban cuidados intensivos.

"Cuantificar el número de individuos con COVID-19 persistente puede ayudar a los responsables políticos a garantizar un acceso adecuado a los servicios para guiar a las personas hacia la recuperación, el regreso al trabajo o a la escuela y el restablecimiento de su salud mental y su vida social", escribieron los investigadores.

El equipo del estudio, que incluyó a docenas de investigadores de casi todos los continentes, analizó los datos de 54 estudios y dos bases de datos de más de un millón de pacientes de 22 países que tuvieron infecciones sintomáticas por el SARS-CoV-2 en 2020 y 2021. Observaron tres tipos de síntomas de COVID-19 persistente: fatiga constante con dolor corporal o cambios anímicos, problemas respiratorios continuos y problemas cognitivos. El estudio incluyó a personas de entre 4 y 66 años.

En general, 6,2% de las personas refirieron uno de los tipos de síntomas de la COVID-19 persistente, incluidos 3,7% con problemas respiratorios continuos, 3,2% con fatiga constante y dolor corporal o cambios anímicos, y 2,2% con problemas cognitivos. De las personas con COVID-19 persistente, 38% refirieron más de un grupo de síntomas.

A los tres meses de la infección, los síntomas persistentes de COVID-19 eran casi dos veces más frecuentes en las mujeres de al menos 20 años (10,6%), en comparación con los hombres de al menos 20 años (5,4%).

Los niños y los adolescentes parecían tener un menor riesgo de COVID-19 persistente. Alrededor de 2,8% de los pacientes menores de 20 años con infección sintomática tuvieron problemas a largo plazo.

La duración media estimada de los síntomas persistentes de COVID-19 fue de nueve meses entre los pacientes hospitalizados y de cuatro meses entre los que no fueron hospitalizados. Alrededor de 15% de las personas con síntomas persistentes de COVID-19 tres meses después de la infección inicial siguieron teniendo síntomas a los 12 meses.

El estudio se basó en gran medida en los datos detallados de los estudios sobre COVID-19 que se están realizando en Estados Unidos, Austria, Islas Feroe, Alemania, Irán, Italia, Países Bajos, Rusia, Suecia y Suiza, según United Press International.[2] Se complementó con datos publicados e investigaciones realizadas en el marco del Estudio sobre la Carga Mundial de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo. A la multitud de investigadores se les denomina "Global Burden of Disease Long COVID Collaborators".

Los investigadores señalaron que el estudio tiene limitaciones, como la suposición de que la COVID-19 persistente sigue una evolución similar en todos los países. Según afirmaron, otros estudios podrían mostrar cómo pueden variar los síntomas y la gravedad de la COVID-19 persistente en distintos países y continentes.

En última instancia, los estudios que se están llevando a cabo con un gran número de personas con COVID-19 persistente podrían ayudar a los científicos y funcionarios de salud pública a entender los factores de riesgo y las formas de tratar la enfermedad debilitante, escribieron los autores del estudio, señalando que se ha notificado antes el "síndrome de fatiga posinfección", a saber: durante la pandemia de gripe de 1918, después del brote de SARS en 2003 y después de la epidemia de ébola en África Occidental en 2014.

"Se han notificado síntomas similares tras otras infecciones víricas, como la producida por el virus de Epstein-Barr, la mononucleosis y el dengue, así como después de infecciones no víricas como la fiebre Q, la enfermedad de Lyme y la giardiasis", indicaron.

Para más contenido suscríbase a nuestros boletines y siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Comentario

3090D553-9492-4563-8681-AD288FA52ACE
Los comentarios están sujetos a moderación. Por favor, consulte los Términos de Uso del foro

procesando....