Los alimentos ultraprocesados se asocian con un mayor riesgo de cáncer colorrectal y muerte por enfermedad cardiaca

Megan Brooks

Conflictos de interés

9 de septiembre de 2022

Dos grandes estudios observacionales publicados en The BMJ destacan los peligros de una dieta rica en alimentos ultraprocesados.[1,2]

El primero relaciona la dieta con un mayor riesgo de cáncer colorrectal; el segundo muestra un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiaca o por cualquier causa durante un periodo de 14 años.

Los alimentos ultraprocesados están altamente manipulados y repletos de ingredientes agregados, como azúcar, grasa y sal, y son bajos en proteínas y fibra. Entre estos se encuentran: refrescos, papas fritas, chocolate, dulces, helados, cereales de desayuno endulzados, sopas envasadas, nuggets de pollo, hot dogs, papas fritas y muchos más.

Durante los últimos 30 años, ha habido un aumento constante en el consumo de alimentos ultraprocesados en todo el mundo, junto con una creciente evidencia de que las dietas ricas en estos aumentan el riesgo de varias enfermedades crónicas, incluidas las enfermedades cardiacas y el cáncer. Sin embargo, pocos estudios se han centrado específicamente en el riesgo de cáncer colorrectal.

Datos novedosos

Para indagar en el asunto, los investigadores analizaron datos de 206.248 adultos estadounidenses (46.341 hombres, 159.907 mujeres) del Nurses' Health Study, Nurses' Health Study II y Health Professionals Follow-up Study.[1] La ingesta dietética se evaluó cada cuatro años mediante cuestionarios detallados de frecuencia de alimentos.

Hasta los 28 años de seguimiento, 1.294 hombres y 1.922 mujeres habían desarrollado cáncer colorrectal.

En los modelos de riesgos proporcionales de Cox ajustados por factores de confusión, los hombres con el consumo más alto de alimentos ultraprocesados tenían un riesgo 29% mayor de cáncer colorrectal que los hombres con el consumo más bajo. Esta asociación se limitó al cáncer de colon distal, con un aumento del riesgo de 72%.

Entre los subgrupos de alimentos ultraprocesados, una mayor ingesta de productos listos para comer a base de carne, aves o mariscos y bebidas azucaradas se asoció con un mayor riesgo de cáncer colorrectal entre los hombres.

"Estos productos incluyen algunas carnes procesadas como salchichas, tocino, jamón y pescado procesado. Esto es consistente con nuestra hipótesis", declaró en un comunicado de prensa la autora principal, Lu Wang, Ph. D., de la Tufts University en Boston, Estados Unidos.

No hubo asociación entre la ingesta general de alimentos ultraprocesados y el riesgo de cáncer colorrectal en mujeres y las razones de esto no están claras, indicaron los investigadores.

Sin embargo, entre los subgrupos de alimentos ultraprocesados, hubo una asociación positiva entre los platos mixtos listos para comer/calentar y el riesgo de cáncer colorrectal, y una asociación inversa entre el yogur y los postres lácteos y el riesgo de cáncer colorrectal entre las mujeres.

Es posible que alimentos como el yogur ayuden a contrarrestar los impactos nocivos de otros tipos de alimentos ultraprocesados en las mujeres, comentaron los investigadores.

"Se necesitará más investigación para determinar si existe una verdadera diferencia de sexo en las asociaciones o si los hallazgos nulos en las mujeres de este estudio se debieron simplemente al azar o a algunos factores de confusión no controlados en las mujeres que mitigaron la asociación", dijo en el comunicado de prensa el coautor principal, Dr. Mingyang Song, de la Harvard T. H. Chan School of Public Health, en Boston, Estados Unidos.

Afecta el corazón también

El estudio relacionado en The BMJ  muestra una asociación conjunta entre una dieta de baja calidad y un alto consumo de alimentos ultraprocesados y un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiaca o por cualquier causa.[2]

En este estudio de 22.895 adultos italianos (edad promedio: 55 años; 48% hombres), aquellos con las dietas menos saludables tenían 19% más de riesgo de morir por cualquier causa y 32% más de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, durante 14 años, en comparación con sus pares con dietas más saludables.

Los adultos con la proporción más alta de consumo de alimentos ultraprocesados tenían riesgos igualmente elevados de mortalidad por todas las causas y enfermedades cardiacas (19% y 27% más riesgo, respectivamente).

Cuando las dos dimensiones de los alimentos (nutrientes y procesamiento de los alimentos) se analizaron conjuntamente, la asociación de la mala calidad de la dieta con la mortalidad se atenuó significativamente, pero la ingesta de alimentos ultraprocesados permaneció altamente asociada con la mortalidad, incluso después de tener en cuenta la mala calidad nutricional de la dieta.

"Estos hallazgos sugieren que los alimentos altamente procesados están asociados con malos resultados para la salud, independientemente de su baja composición nutricional", señalaron en su artículo Marialaura Bonaccio, Ph. D., del IRCCS NEUROMED, en Pozzilli, Italia, y sus colaboradores.

Los nuevos estudios que relacionan los alimentos ultraprocesados con el cáncer colorrectal y las enfermedades cardiacas se unen a un estudio reciente que encontró que una ingesta elevada de alimentos ultraprocesados es dañina para el cerebro que envejece, según lo informado por Medscape Noticias Médicas.

Un llamado a tomar acciones

Hablando sin rodeos, "todo el mundo necesita alimentos, pero nadie necesita alimentos ultraprocesados", escribieron el Dr. Carlos Monteiro, Ph. D., y Geoffrey Cannon, de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, en un editorial en The BMJ.[3]

Apuntaron que la mayoría de los alimentos ultraprocesados son fabricados, vendidos y promovidos por corporaciones que los hacen convenientes, asequibles y muy sabrosos y, por lo tanto, pueden desplazar a otros alimentos y también ser consumidos en exceso.

"La solución racional son las políticas públicas oficiales, incluidas las directrices y la publicidad que aconsejan evitar, y las acciones, incluidas las leyes, destinadas a reducir la producción y el consumo de alimentos ultraprocesados y a restringir o, preferentemente, prohibir su promoción", sugirieron los Dres. Monteiro y Cannon.

Lo que también se necesita, dijeron, son suministros "disponibles, atractivos y asequibles" de alimentos frescos y mínimamente procesados, así como iniciativas nacionales para promover y apoyar las comidas recién preparadas con alimentos frescos y mínimamente procesados, usando cantidades pequeñas de ingredientes y alimentos procesados.

"Esto promoverá la salud pública. También nutrirá a las familias, la sociedad, las economías y el medio ambiente", concluyeron los editorialistas.

El estudio estadounidense fue apoyado por National Institutes of Health y Friedman School of Nutrition Science and Policy en la Tufts University. El estudio italiano fue apoyado por Pfizer Foundation, el Ministerio de Educación, Universidades e Investigación, Laboratorio de Instrumentación, Milán, y el Ministerio de Salud italiano. Wang, Song, Bonaccio, el Dr. Monteiro y Cannon han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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