La declaración de la American Heart Association describe los síntomas de las enfermedades cardiacas más comunes

Megan Brooks

Conflictos de interés

26 de agosto de 2022

Los síntomas de seis enfermedades cardiovasculares comunes (síndrome coronario agudo, insuficiencia cardiaca, trastornos valvulares, ictus, trastornos del ritmo y enfermedad vascular periférica) a menudo se superponen y pueden variar con el tiempo y según el sexo, señaló la American Heart Association (AHA) en una nueva declaración científica.[1]

"Los síntomas de estas enfermedades cardiovasculares pueden afectar profundamente la calidad de vida, una comprensión clara de ellos es fundamental para un diagnóstico efectivo y para tomar decisiones de tratamiento", dijo Corrine Y. Jurgens, Ph. D., presidenta del comité de redacción, en un comunicado de prensa.

Esta declaración científica es un "compendio que detalla los síntomas asociados con la enfermedades cardiovasculares, las similitudes o diferencias en los síntomas entre las afecciones y las diferencias entre sexos en la presentación y el reporte de los síntomas", expresó Jurgens, profesora asociada del Connell School of Nursing, Boston College, en Boston, Estados Unidos.

La declaración científica se publicó en versión electrónica el 18 de agosto en Circulation.

El grupo de redacción señaló que medir los síntomas de enfermedades cardiovasculares puede ser un desafío debido a su naturaleza subjetiva. Los síntomas pueden pasar desapercibidos o no ser informados si las personas no creen que sean importantes o que no estén relacionados con una condición de salud existente.

"Es posible que algunas personas no consideren síntomas como la fatiga, los trastornos del sueño, el aumento de peso y la depresión como importantes o relacionados con la enfermedad cardiovascular. Sin embargo, las investigaciones indican que síntomas sutiles como estos pueden predecir eventos agudos y la necesidad de hospitalización", apuntó Jurgens.

Síndrome coronario agudo: dolor torácico y síntomas asociados

El grupo de redacción observó que el dolor en el pecho es el síntoma más frecuente del síndrome coronario agudo y, a menudo, se ha descrito como presión o malestar retroesternal que puede irradiarse a la mandíbula, el hombro, el brazo o la parte superior de la espalda.

Los síntomas concurrentes más frecuentes son disnea, diaforesis, fatiga inusual, náuseas y mareos. Las mujeres son más propensas que los hombres a reportar síntomas adicionales además del dolor de pecho.

Como resultado, a menudo se les ha etiquetado como "atípicos". Sin embargo, un comunicado reciente de la American Heart Association señaló que esta etiqueta puede deberse a la falta de inclusión de las mujeres en los ensayos clínicos de los que se derivaron las listas de síntomas.[2]

El grupo de redacción indicó que existe la necesidad de "armonizar" la medición de los síntomas del síndrome coronario agudo en la investigación. La actual falta de armonización de la medición de los síntomas del síndrome coronario agudo en la investigación obstaculiza el crecimiento de la evidencia acumulada, detallaron.

"Por lo tanto, se puede hacer poco para sintetizar los hallazgos más destacados sobre los síntomas en los estudios de cardiopatía isquémica/síndrome coronario agudo e incorporar información basada en evidencia sobre los síntomas en las pautas de tratamiento y los materiales educativos para el paciente", advirtieron.

Insuficiencia cardiaca

Volviendo a la insuficiencia cardiaca, el grupo de redacción explicó que la disnea es el síntoma clásico y una razón frecuente por la que los adultos buscan atención médica.

Sin embargo, se deben reconocer los síntomas tempranos y más sutiles. Estos incluyen síntomas gastrointestinales como malestar estomacal, náuseas, vómitos y pérdida del apetito; fatiga; intolerancia al ejercicio; insomnio; dolor (pecho y otros); alteraciones del estado de ánimo (principalmente depresión y ansiedad), y disfunción cognitiva (niebla mental, problemas de memoria).

Las mujeres con insuficiencia cardiaca reportan una variedad más amplia de síntomas, son más propensas a tener depresión y ansiedad, y reportan una menor calidad de vida en comparación con los hombres con insuficiencia cardiaca.

"Es importante tener en cuenta la heterogeneidad de la disnea tanto en la práctica clínica como en la investigación mediante el uso de medidas matizadas y preguntas de sondeo para capturar este síntoma común y multifacético", dijo el grupo de redacción.

"Monitorear los síntomas como un espectro, en lugar de si están presentes o no, con medidas fiables y válidas, puede mejorar la atención clínica al identificar más rápidamente a aquellos que pueden estar en riesgo de peores desenlaces, como una menor calidad de vida, hospitalización o muerte", agregó Jurgens.

"En última instancia, tenemos trabajo por hacer en términos de determinar quién necesita un control o una intervención más frecuentes para evitar malos desenlaces en la insuficiencia cardiaca".

Enfermedad cardiaca valvular

La cardiopatía valvular es una causa frecuente de insuficiencia cardiaca, con síntomas generalmente indistinguibles de otras causas de insuficiencia cardiaca. La cardiopatía reumática todavía prevalece en los países de ingresos bajos y medios, pero ha desaparecido en gran medida en los países de ingresos altos, con el envejecimiento de la población y las miocardiopatías ahora como impulsores clave de la enfermedad valvular.

En ausencia de una disfunción valvular grave aguda, los pacientes generalmente tienen un periodo asintomático prolongado, seguido de un periodo de síntomas progresivos, como resultado de la lesión valvular en sí o de la remodelación y disfunción miocárdicas secundarias, compartió el grupo de redacción.

Los síntomas de la enfermedad de la válvula aórtica a menudo difieren entre hombres y mujeres. La estenosis aórtica suele ser silenciosa durante años. A medida que avanza la estenosis, las mujeres informan disnea e intolerancia al ejercicio con más frecuencia que los hombres. Las mujeres son también más propensas a ser físicamente frágiles y a tener una clasificación más alta en la New York Heart Association (III/IV) que los hombres. Los hombres son más propensos a tener dolor en el pecho.

"Dada la importancia de la evaluación de los síntomas, se necesita más trabajo para determinar el valor incremental de la medición cuantitativa de los síntomas como ayuda para el manejo clínico", aseguró el grupo de redacción.

Ictus

Para los médicos, los síntomas clásicos del ictus (cara caída, debilidad en los brazos, dificultad para hablar), además de los síntomas no clásicos, como el déficit sensorial parcial, la disartria, el vértigo y la diplopía, deben ser considerados para activar un equipo de respuesta al ictus, externó el grupo.

Una revisión sistemática y un metanálisis revelaron que las mujeres con ictus tenían más probabilidades de presentar síntomas no focales (por ejemplo, dolor de cabeza, alteración de la mentalidad y coma/estupor) que los hombres, señalaron.

Para mejorar la educación pública sobre los síntomas del ictus y para facilitar su diagnóstico y tratamiento, indicaron que se necesita investigación para comprender mejor la presentación de los síntomas del ictus según otras características demográficas seleccionadas, como la raza y el origen étnico, la edad y el subtipo de ictus.

La evaluación posterior al ictus debe incluir una evaluación de la ansiedad, la depresión, la fatiga y el dolor, explicó el grupo de redacción.

Trastornos del ritmo

Volviendo a los trastornos del ritmo, el grupo de redacción informó que las arritmias cardiacas, incluida la fibrilación auricular, el aleteo auricular, la taquicardia supraventricular, la bradiarritmia y la taquicardia ventricular, se presentan con síntomas comunes.

Las palpitaciones son un síntoma característico de muchas arritmias cardiacas. La arritmia cardiaca más frecuente, la fibrilación auricular, puede presentarse con palpitaciones o síntomas menos específicos (fatiga, disnea, mareos) que vienen acompañados de una amplia gama de trastornos del ritmo. El dolor torácico, los mareos, el presíncope/síncope y la ansiedad ocurren con menos frecuencia en la fibrilación auricular, de acuerdo con el grupo.

Las palpitaciones se consideran la presentación típica de los síntomas de la fibrilación auricular, sin embargo, los pacientes con fibrilación auricular de inicio reciente a menudo se presentan con síntomas inespecíficos o sin síntomas, agregaron.

Las mujeres y las personas más jóvenes con fibrilación auricular típicamente se presentan con palpitaciones, mientras que los hombres suelen estar asintomáticos. La edad avanzada también aumenta la probabilidad de una presentación no clásica o asintomática de fibrilación auricular.

A pesar de que las personas negras no hispanas tienen un menor riesgo de desarrollar fibrilación auricular, las investigaciones sugieren que los pacientes negros sufren más palpitaciones, disnea de esfuerzo, intolerancia al ejercicio, mareos, disnea en reposo y malestar torácico, en comparación con los pacientes blancos o hispanos.

Enfermedad vascular periférica

La claudicación clásica ocurre en aproximadamente un tercio de los pacientes con enfermedad arterial periférica y se define como dolor en la pantorrilla que ocurre en una o ambas piernas con el esfuerzo (caminar), no comienza en reposo y se resuelve dentro de los 10 minutos después de estar parado o descansar.

Sin embargo, el dolor que no afecta a la pantorrilla se informa con más frecuencia que los síntomas clásicos de claudicación. Las mujeres con enfermedad arterial periférica tienen más probabilidades de tener síntomas no clásicos o ausencia de síntomas.

La evaluación de los síntomas en reposo, durante el ejercicio y durante la recuperación puede ayudar a clasificar los síntomas como isquémicos o no, puntualizó el grupo de redacción.

La enfermedad arterial periférica con síntomas se asocia con un mayor riesgo de infarto de miocardio e ictus, y los hombres tienen mayor riesgo que las mujeres.

Al igual que la enfermedad arterial periférica, la enfermedad venosa periférica puede ser sintomática o asintomática. La clasificación clínica de enfermedad venosa periférica incluye síntomas como dolor en las piernas, dolor, fatiga, pesadez, calambres, rigidez, síndrome de piernas inquietas e irritación de la piel.

"La medición de los síntomas vasculares incluye la evaluación de la calidad de vida y las limitaciones de la actividad, así como el impacto psicológico de la enfermedad. Sin embargo, las medidas existentes a menudo se basan en la evaluación del médico en lugar de los síntomas informados por el paciente y la gravedad de los síntomas", comentó Jurgens.

Esté atento a la depresión

Finalmente, el grupo de redacción también destacó la importancia de la depresión en los pacientes cardiacos, que ocurre aproximadamente el doble en comparación con las personas sin ninguna afección médica (10% frente a 5%).

En una declaración anterior, la American Heart Association dijo que la depresión debe considerarse un factor de riesgo de peores desenlaces en pacientes con diagnóstico de síndrome coronario agudo o enfermedades cardiovasculares.

La nueva declaración destacó que las personas con dolor torácico persistente, las personas con insuficiencia cardiaca, así como los sobrevivientes de ictus y las personas con enfermedad arterial periférica frecuentemente tienen depresión o ansiedad. Además, los cambios cognitivos después de un ictus pueden afectar cómo experimentan o si notan los síntomas.

Si bien el alivio de los síntomas es una parte importante del manejo de la enfermedad cardiovascular, también es importante reconocer que "factores como la depresión y la función cognitiva pueden afectar la detección y el informe de los síntomas", precisó la Dra. Jurgens.

"Supervisar y medir los síntomas con herramientas que tengan en cuenta de forma adecuada la depresión y la función cognitiva podría ayudar a mejorar la atención del paciente al identificar más rápidamente a las personas con un mayor riesgo", añadió.

Esta declaración científica fue preparada por el grupo de redacción de voluntarios en nombre del American Heart Association Council on Cardiovascular and Stroke Nursing, Council on Hypertension y Stroke Council.

Esta investigación no tuvo financiación comercial. Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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