CASO CLÍNICO

Dolor torácico y focalización de inicio súbito, ¿qué hacer?

Dr. Iomar Aldair Robles-Benítez; Dra. Zaira Medina López

Conflictos de interés

24 de agosto de 2022

El término infarto agudo de miocardio se debe emplear cuando haya evidencia de daño miocárdico (definido como la elevación de troponinas cardiacas a valores superiores al percentil 99 del límite superior de referencia), con presencia de necrosis en un contexto clínico compatible con isquemia miocárdica. El término daño miocárdico es un término amplio para definir a cualquier paciente con troponinas elevadas y en 2018 la Joint European Society of Cardiology/American College of Cardiology Foundation/American Heart Association/World Heart Federation Task Force clasificó cinco subtipos de infarto de miocardio basados en la fisiopatología.

El tipo 1 se debe a patología relacionada con la placa aterosclerótica; el tipo 2 representa un desequilibrio entre el aporte y la demanda por incremento en la demanda de oxígeno o disminución en el aporte, en ausencia de rotura de la placa aterosclerótica; los tipos 3, 4 y 5 ocurren por muerte celular miocárdica previa a detección de las troponinas cardiacas, posintervención coronaria percutánea y posinjerto de revascularización coronaria, respectivamente.

Por su parte, el término síndrome coronario agudo es sinónimo de infarto de miocardio tipo 1 y se refiere al espectro de afecciones que ocurren por isquemia o infarto miocárdico como resultado de la disminución abrupta del flujo sanguíneo coronario. Se puede dividir en dos categorías: aquellos que no tienen elevación del segmento ST y los que sí la tienen.

Para iniciar inmediatamente estrategias de tratamiento, como la reperfusión, se designa como pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST a quienes sufren dolor torácico persistente u otros síntomas que indiquen isquemia y elevación del segmento ST en al menos dos derivaciones contiguas, mientras que si no hay elevación de este segmento, se los designa como pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST.

En algunos pacientes con infarto agudo de miocardio aparecen ondas Q, pero en muchos casos esto no ocurre.

En un contexto clínico apropiado la elevación del segmento ST (medida en el punto J) puede indicar el desarrollo de una oclusión coronaria aguda en los siguientes casos: al menos dos derivaciones contiguas con una elevación del segmento ST > 2,5 mm en los varones menores de 40 años, > 2 mm en los de 40 o más o > 1,5 mm en las mujeres en las derivaciones Va V3 o > 1 mm en otras derivaciones (en ausencia de hipertrofia del ventrículo izquierdo).

La intervención coronaria percutánea es el tratamiento de reperfusión preferido para los pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST en las primeras 12 horas tras el inicio de los síntomas, siempre que se pueda realizar rápidamente (120 minutos desde el diagnóstico) por un equipo con experiencia. Si la estrategia de reperfusión es la fibrinolisis, el objetivo es inyectar el bolo de fibrinolíticos en los primeros 10 minutos tras el diagnóstico de infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST. Está indicada una intervención coronaria percutánea de rescate en caso de fracaso de la fibrinólisis (resolución del segmento ST < 50% a los 60 a 90 minutos de la administración de fibrinolíticos) o cuando haya inestabilidad hemodinámica o eléctrica, empeoramiento de la isquemia o dolor torácico persistente.

Comentario

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