Con una foto que indica el ejido San Jacinto, comunidad de Linares, Nuevo León, la Dra. Melissa Luna dijo adiós a su servicio social, aunque hizo amigos y se consideró "privilegiada" por "salir viva" de esta experiencia, la médica pasante lamentó todas las veces que no pudo atender a un paciente por falta de insumos, así como las ocasiones en que tuvo miedo de quedarse sola en un lugar extraño.

Figura 1. Ejido de San Jacinto, Linares, Nuevo León. Cortesía: Dra. Melissa Luna.
Para la joven médica el mayor desafío fue estar tan alejada de otras jurisdicciones sanitarias y quedar a cargo de la clínica de primer nivel, que no contaba con fármacos básicos, como loratadina o metformina y tampoco tener insumos para realizar curaciones.
Reconoció que al inicio de su servicio social lo que más temía era ser violentada como la Dra. Mariana Sánchez, quien primero fue abusada sexualmente mientras hacía su servicio social en una comunidad de Chiapas y después de denunciar fue asesinada. Por ello, la Dra. Luna viajó a San Jacinto con un gas pimienta y un táser, pero en su año de servicio descubrió que la violencia no era lo único a lo que debía enfrentarse.
"La comunidad me cuidaba mucho; me decían que no caminara sola, que no me alejara a otros ejidos, pero los jefes de las jurisdicciones se desentienden, sin embargo, eso no era lo peor, sino la impotencia de no poder atender a un paciente con diabetes o con una cortadura leve y mucho menos atender un parto. Lo mejor que pude hacer en ese año fue mandar a la gente a Linares; fue mi única forma de no arriesgar su vida, porque a veces no teníamos [ningún fármaco, y menos antídotos] para atender picaduras de víboras, nada", relató a Medscape en español.
También hizo presente la ocasión en la que una familia llevó a una mujer de 90 años que se había caído y solo pudo tomar sus signos vitales y enviarla a Linares porque en su clínica los fármacos para aliviar dolor "eran un sueño"; remarcó que para llegar de San Jacinto al centro de Linares hay que recorrer en automóvil entre hora u hora y media de camino.
La mayor frustración para la Dra. Luna llegó el día que sus jefes inmediatos le pidieron regalar condones a cada uno de los pacientes, además de realizarles pruebas de tuberculosis y malaria, aunque no fuera necesario. También señaló que gran parte de la comunidad la constituían adultos mayores, por lo que mejor se deberían solicitar fármacos para controlar enfermedades crónicas… la respuesta la dejó helada: "Me dijeron que no importaba, que ya se había hecho el gasto, que ellos sabrían si los regalaban, los usaban o los quemaban. Era muy frustrante ver que se gastaba en insumos que no eran necesarios y que en mi año de servicio no pude atender a una sola persona como es debido porque no había fármacos básicos. Es muy triste ver que solo quieren cumplir metas y que si las estadísticas están bien no importa la realidad; es increíble que los pacientes no vayan primero", señaló.
Médicos pasantes no deben ser "mano de obra barata"

Dr. Andrés Castañeda Prado
Falta de seguridad social, pago que no corresponde con las actividades realizadas, acoso sexual y laboral, maltrato psicológico, robos, falta de dormitorios y comedor son las principales quejas que tienen los médicos pasantes sobre el servicio social, de acuerdo con el Dr. Andrés Castañeda Prado, coordinador de la Causa de Salud y Bienestar de Nosotrxs.
En entrevista con Medscape en español, el médico resaltó que desde 2019 se creó la Asamblea Mexicana de Médicos Pasantes en Servicio Social para denunciar las condiciones precarias en las que prestaban sus servicios y exigir modificaciones a esta práctica, lo que no ha ocurrido, mientras las denuncias se siguen acumulando.
"La violencia es lo que más se denuncia, no solo en zonas rurales, sino esa violencia que se ha normalizado por años y tiene que ver con las jerarquías, así como falta de seguridad y de médicos titulados en las clínicas, falta de insumos suficientes para brindar atención médica y sueldos que no corresponden a la carga laboral: algunos médicos ganan 1.750 pesos a la quincena; todo esto genera enojo, así como la inexistencia de dormitorios y comedores".
La NOM 009-2013 establece que los médicos pasantes deben contar con una retribución económica de acuerdo con sus labores, además de que en caso que su plaza se encuentre en una zona alejada y deba permanecer en la clínica, contará con un dormitorio idóneo y un comedor en donde pueda alimentarse de forma saludable, lo cual para los pasantes es una utopía y consideran que son usados como "mano de obra barata".
"Lo esperable es que cada centro de salud tenga un médico contratado, titulado, pero ahora sabemos que hay más de 5.000 centros de salud en México que no tienen un médico titulado, de esos, 60% tiene la presencia de un pasante de servicio social y no solo debe atender pacientes, sino encargarse del hospital en temas administrativos; parece que en lugar de formar médicos, el servicio social funciona para tener obra de mano barata y eso se debe extinguir", remarcó.
Denuncias que no prosperan
La Dra. Angélica González trató de hacer su servicio social en la ciudad de Puebla, pero alcanzó lugar en Acatlán de Osorio, Puebla; además de la precariedad en cuanto a equipo médico e insumos, para cumplir con su servicio social soportó acoso sexual y laboral de superiores, y al denunciar no obtuvo respuesta.
"Me hacían comentarios sobre mi cuerpo, que por fin había llegado alguien para calentarlos, con cuerpo y buena cara, y que si no era efectiva en mi trabajo no importaba, podía ser eficiente de otra forma. Denuncié en mi universidad y fue como si me dejaran en visto. Denuncié en la jurisdicción sanitaria y recibí más violencia, empezaron a robar mis batas, bolsas de mano, zapatos, incluso dinero, acabé el servicio social de milagro y después de mucho entré en un proceso legal porque no debo permitir que esa gente se salga con la suya", compartió.

Dr. Jesús Moreno
El Dr. Jesús Moreno hizo su servicio en el ejido Los Gatos Güeros, en Linares, Nuevo León, pero muy cerca de Tamaulipas. En su primera semana fue testigo de un intento de robo en la unidad médica. Por la noche intentaron ingresar, rompieron ventanas y destruyeron mobiliario de la sala de espera, y aunque el joven médico denunció, no tuvo respuesta.
"Levanté el reporte y no vinieron ni para cambiar la chapa. Como el lugar colinda con Tamaulipas era común ver camionetas bien forradas a toda velocidad, nos decían que permaneciéramos callados, que hiciéramos que no veíamos nada; traían armas y pasaban echando balazos, me tocó atender a pacientes con heridas de bala, lo reporté y no hubo solución, me enojó mucho que a veces llegaron primero los servicios funerarios que una ambulancia, lo reporté y nunca pasó nada, no hubo más que aguantar".
En un año de servicio social el Dr. Moreno advirtió que no se llevó nada positivo, con ironía señaló que se dice que esta obligatoriedad tiene que ver con una retribución a la educación recibida para con la sociedad, pero comentó que si realmente se pensara en los pacientes no se les dejaría en manos de médicos pasantes y por lo menos cada unidad hospitalaria contaría con un médico titulado y personal administrativo.
"No me retribuyó nada, tampoco es que puedas dar algo a la sociedad porque no hay condiciones, piden mucho cuando no dan nada, no se puede trabajar, no hay oportunidades de hacer más por los pacientes o por nosotros. No considero que se deba cancelar el servicio social, pero sí modificarse, que el sistema de Salud no dependa de los pasantes. Porque pienso si mi mayor retribución es referrir a la gente con apendicitis, a mujeres a punto de entrar en labor de parto, a heridos de bala a un hospital con las herramientas para atenderlos, es muy decepcionante".
Aunque los reportes que emitió no tuvieron respuesta y la precariedad estuvo presente durante todo su servicio, el Dr. Moreno concluyó que lo que forjó fueron carácter y temple para alzar la voz. "No quería ser otro pasante asesinado, violentado. Descubrimos que podemos organizarnos y exigir. A lo mejor no tenemos resultados inmediatos, pero podemos poner un granito de arena para que las nuevas generaciones tengan mejores condiciones, hay que hacerlo, es nuestro deber, es con lo que podemos contribuir".
Investigación clínica y acercamiento con organizaciones no gubernamentales, opciones para médicos pasantes

Dra. Eva Pizzolato
En 2021 la Dra. Eva Pizzolato, representante de la Asamblea Nacional de Médicos Pasantes, tuvo que buscar en dónde realizar su servicio social. Aunque siempre soñó en hacerlo en una comunidad rural, el asesinato de los médicos pasantes Mariana Sánchez y Fernando Montes de Oca la obligaron a optar por investigación y vinculación.
"No quería ser parte de las estadísticas. Soy de Durango, entonces vi que podía hacerlo en investigación y así viajé a la Ciudad de México. Aprendí y no viví con el terror de que algo me pasara. Es algo que podemos hacer, buscar otras opciones. Todos queremos un panorama completo de la salud en el país, soñamos con ir a comunidades rurales y apoyar, poner en práctica lo que hemos aprendido, pero también podemos buscar otro camino, el que nos haga sentir más seguros", indicó.

Dr. Bruno Vargas García
El Dr. Bruno Vargas García también anhelaba hacer su servicio en una comunidad alejada, pero quería tener un respaldo, un acompañamiento, por ello buscó a la organización Compañeros en Salud, donde ahora se desempeña profesionalmente.
"En lo personal, el año de servicio me cambió, fue la mejor experiencia, aunque trabajaba en una clínica de una jurisdicción sanitaria en la Sierra Madre de Chiapas, todo el tiempo estuve acompañado, me capacitaron, no me sentí vulnerado; creo que nunca me hubiera atrevido a hacer el servicio social en esta comunidad si no hubiera sido por el apoyo de la organización".
Subrayó que esta organización tiene convenio con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otras universidades; cada año oferta una cantidad de plazas para estudiantes que deseen realizar su servicio social en áreas rurales. Lo que hizo la diferencia fue tener un equipo que lo respaldó en todo momento, si bien se encargaba de dar consultas de atención primaria y acudía a zonas marginadas de entre 1.500 y 2.000 habitantes, nunca lo hizo solo.
"No solo me capacitaron para atender y controlar a pacientes con enfermedades crónicas, como diabetes o hipertensión, sino a brindar contención emocional; no solo era el manejo médico, sino también la incorporación de terapias motivacionales, ejercicios de respiración, meditación y ver cómo ayudas a los pacientes es muy gratificante. Por eso es muy lamentable que desde el sistema de salud los compañeros se vean vulnerados y sean vistos como un número que atiende en zonas a donde no se quiere ir, no por falta de vocación, sino porque no existen las condiciones que garanticen seguridad e integridad".
Mucho por cambiar
El Dr. Castañeda cuestiona si realmente existe formación académica, hay retribución a los mexicanos o es normal que médicos pasantes sean asesinados, abusados sexualmente o agredidos por comunidades insatisfechas con el servicio sanitario, señalando que obviamente estas situaciones no son normales.
Reiteró que el modelo de servicio social no se puede basar en las necesidades que había en el México de 1936, por lo que se debe reconsiderar de qué manera contribuirá no solamente a la formación de los médicos pasantes, sino al beneficio de la salud de los mexicanos.
"De entrada se debe evaluar su duración, por qué un año, porque eso únicamente fomenta esta idea de que los pasantes son mano de obra barata para atender en comunidades marginadas a donde nadie quiere ir, porque de eso se tendría que encargar la autoridad. En segundo lugar, se debe considerar si la beca que cobran, realmente les permite tener una vida digna y definitivamente se deben generar protocolos en casos de género, de lo contrario seguiremos contribuyendo a estas malas prácticas y poniendo al gremio y a la sociedad en peligro".
En tanto que la Dra. Pizzolato enfatizó que es primordial que existan castigos para agresores de los pasantes, sanciones para quienes vulneren física, emocional o sexualmente.
"Tenemos sed de justicia, no queremos más moños negros, no queremos más violaciones a médicas pasantes y que no pase nada, no queremos más agresiones porque las clínicas no cuentan con lo mínimo para ofrecer un servicio sanitario digno, no queremos más miedo de pasar las noches en clínicas abandonadas y sin seguridad, todo esto debe cambiar, es el momento de que las autoridades nos escuchen y accionen", concluyó.
Los doctores Luna, Castañeda, González, Moreno, Pizzolato y Vargas han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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CRÉDITO
Imagen principal y Figura 1: Dra. Luna
Figura 2: Dr. Castañeda
Figura 3: Dr. Moreno
Figura 4: Dra. Pizzolato
Figura 5: Dr. Vargas
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Citar este artículo: Médicos pasantes exigen seguridad, una verdadera formación y no ser "mano de obra barata" - Medscape - 9 de agosto de 2022.
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