Los estudios han sugerido que una dieta occidental puede estar asociada con brotes de acné en personas predispuestas. Este tipo de alimentación aumenta los niveles de insulina y del factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1, que es un potente mitógeno que induce la proliferación celular, estimula la producción de sebo e inhibe la apoptosis de sebocitos y queratinocitos.[22]
Las gónadas tienen receptores tanto para la insulina como para el factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1y su acción estimula la producción de andrógenos además de inhibir la acción de la aromatasa que convierte la testosterona en estradiol. Una concentración elevada de insulina sérica suprime la globulina fijadora de hormonas sexuales y eleva los niveles de andrógenos.[23]
El agravamiento del acné es el resultado del efecto de la activación de la cascada de señalización de insulina/factor de crecimiento similar a la insulina de tipo 1 en las regulaciones metabólicas mediadas por la proteína de caja forkhead O1 (FOXO1) y el objetivo de mamífero del complejo de rapamicina 1 (mTORC1) sensible a nutrientes. Esto desencadena una mayor síntesis de lípidos y proteínas, proliferación y diferenciación de queratinocitos, hiperplasia de la glándula sebácea y aumento de la lipogénesis sebácea.[22,23]
Algunos hallazgos iniciales respaldan los efectos beneficiosos de los probióticos sobre el acné.[24] En un estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, que involucró a 20 pacientes adultos con acné que compararon un suplemento que contenía Lactobacillus rhamnosus GG con un placebo durante un periodo de 12 semanas, aquellos que recibieron el probiótico exhibieron una mejora clínica en el acné; además las biopsias de piel que se realizaron revelaron que en el grupo probiótico la expresión génica de factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1 en la piel se redujo en 32% y la expresión génica de proteína FOXO1 se incrementó en 65% (p < 0,001). En el grupo de placebo no se observaron tales diferencias. Esos hallazgos indicaron que la suplementación con probióticos puede normalizar la expresión en la piel de los genes involucrados en la señalización de la insulina y puede mejorar la apariencia del acné en adultos.[25]
En estudios previos las mujeres adultas han descrito que las lesiones de acné empeoraban durante los periodos de estrés. El estrés induce la secreción de varios neurotransmisores, citoquinas y hormonas. La hormona liberadora de corticotropina, el cortisol y otros glucocorticoesteroides se unen a los receptores de la piel y pueden agravar las lesiones del acné al regular la síntesis de lípidos en los sebocitos y promover un aumento del contenido de lípidos en concentraciones más bajas.
Ciertos genes asociados con hormona liberadora de corticotropina se expresan en niveles más altos en la piel afectada por el acné en comparación con la piel sin acné. Además de la hormona liberadora de corticotropina y el cortisol, la sustancia P, un neuropéptido asociado con el estrés y el dolor, juega un papel importante. La sustancia P aumenta la inmunorreactividad a interleucina-1, interleucina-6 y factor de crecimiento tumoral alfa, lo que afecta la producción de mediadores inflamatorios. La privación del sueño también puede actuar como factor estresante, promoviendo la secreción de hormonas relacionadas con el estrés.[26]
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Citar este artículo: Mini-examen clínico: Entendiendo el acné en la mujer adulta - Medscape - 3 de agosto de 2022.
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