El riesgo de cáncer de hígado persiste tras el tratamiento con antivirales de acción directa para el virus de hepatitis C

Carolyn Crist

Conflictos de interés

21 de julio de 2022

El riesgo de carcinoma hepatocelular disminuye tras el tratamiento con antivirales de acción directa, pero sigue siendo lo suficientemente alto como para justificar el cribado durante al menos siete años tras la curación de la hepatitis C, según un nuevo informe.[1]

En pacientes con cirrosis y puntuaciones en el índice de fibrosis-4 de 3,25 o más, la incidencia de carcinoma hepatocelular al parecer disminuyó progresivamente cada año hasta siete años después de una respuesta virológica sostenida, aunque la tasa se mantuvo por encima del umbral de 1% anual que justifica el cribado.

Dr. George Ioannou

"La mayoría de los pacientes con hepatitis C ha sido tratada y curada en Estados Unidos", comentó a Medscape Noticias Médicas el Dr. George Ioannou, autor principal del estudio y profesor de medicina de la University of Washington, en Seattle, Estados Unidos. "Tras la erradicación de la hepatitis C, estos pacientes suelen estar muy bien desde el punto de vista hepático, pero de lo que tienen que seguir preocupándose es de desarrollar un cáncer hepático".

El Dr. Ioannou, que también es director de hepatología en el Veterans Affairs Puget Sound Health Care System, en Seattle, Estados Unidos, señaló que los pacientes pueden ser examinados "indefinidamente", lo que impone una carga para los pacientes y el sistema de salud.

"Aún no estamos seguros de hasta qué punto disminuye el riesgo de cáncer hepático tras la erradicación de la hepatitis C a medida que pasa el tiempo", dijo. "En quienes tienen cirrosis hepática antes de la curación de la hepatitis C, todavía no estamos seguros de si hay un punto temporal después de la curación de la hepatitis C en el que podamos decir a un paciente que su riesgo de cáncer hepático es ahora muy bajo y ya no necesitamos seguir haciendo pruebas para el cribado del cáncer hepático".

El estudio fue publicado en versión electrónica en Gastroenterology.

Cálculos de riesgo

En un estudio anterior el Dr. Ioannou y sus colaboradores encontraron que el riesgo de carcinoma hepatocelular disminuyó durante los primeros cuatro años de seguimiento tras una respuesta virológica sostenida a los fármacos antivirales de acción directa. Pero el tiempo de seguimiento no fue lo suficientemente largo como para determinar si el riesgo de cáncer sigue disminuyendo hasta niveles tan bajos que se pueda omitir el cribado.

En este estudio el especialista y sus colaboradores ampliaron el seguimiento a siete años. Tenían curiosidad por ver si el riesgo de cáncer disminuía lo suficiente como para abandonar el requisito de cribado, sobre todo en relación con las puntuaciones de cirrosis y fibrosis-4 previas al tratamiento.

El equipo de investigación analizó las historias clínicas electrónicas de Veterans Affairs Corporate Data Warehouse, un repositorio nacional de registros de la Veterans Health Administration desarrollado específicamente para fines de investigación.

Los investigadores incluyeron a 29.033 pacientes del sistema de salud de Veterans Affairs que se habían infectado por el virus de la hepatitis C y fueron tratados con antivirales de acción directa entre enero de 2013 y diciembre de 2015. Los pacientes tuvieron una respuesta virológica sostenida, que se define como una carga vírica por debajo del límite inferior de detección al menos 12 semanas después de finalizar el tratamiento.

Se efectuó seguimiento de los pacientes para detectar nuevos casos de carcinoma hepatocelular hasta diciembre de 2021. A continuación los investigadores calcularon la incidencia anual durante cada año de seguimiento tras el tratamiento.

Alrededor de 96,6% de los pacientes era de sexo masculino y 52,2% lo integraban personas de raza blanca no hispanoamericana. El promedio de edad era de 61 años. Las afecciones más frecuentes fueron trastorno por consumo de alcohol (43,7%), trastorno por consumo de sustancias (37,7%) y diabetes (28,9%).

De los 7.533 pacientes con cirrosis antes del tratamiento, 948 (12,6%) desarrollaron un carcinoma hepatocelular durante un periodo medio de seguimiento de 4,9 años. En los pacientes con puntuaciones de índice de fibrosis-4 de 3,25 o más altas, la incidencia anual disminuyó de 3,8% en el primer año a 1,4% en el séptimo, pero siguió siendo considerable hasta siete años después de la respuesta virológica sostenida. En los pacientes con cirrosis y una puntuación de índice de fibrosis-4 elevada, la tasa anual fluctuó de 0,7% a 1,3% y no cambió significativamente con el tiempo.

De los 21.500 pacientes sin cirrosis previa al tratamiento, 541 (o 2,5%) desarrollaron un carcinoma hepatocelular durante un periodo medio de seguimiento de 5,4 años. La tasa de incidencia fue significativamente mayor en los pacientes con puntuaciones altas de índice de fibrosis-4. En los pacientes sin cirrosis, pero con una puntuación elevada de índice de fibrosis-4, la tasa anual se mantuvo estable pero sustancial (de 0,8% a 1,3%) hasta los siete años.

En un análisis de subgrupos en el que se examinó la incidencia según los cambios en las puntuaciones de índice de fibrosis-4 antes y después del tratamiento, la tasa siguió siendo alta en quienes tenían cirrosis, independientemente de un cambio en la puntuación. La incidencia fue alta en aquellos sin cirrosis pero que tenían una puntuación de índice de fibrosis-4 persistentemente elevada. La incidencia fue menor en aquellos sin cirrosis cuya puntuación de índice de fibrosis-4 descendió.

"El estudio demuestra un claro descenso del riesgo de cáncer hepático en el curso del tiempo tras la curación de la hepatitis C en el grupo con más riesgo. Se trata de una noticia muy positiva para los pacientes. Sin embargo, incluso con ese descenso del riesgo hasta siete años después de la erradicación de la hepatitis C con antivirales de acción directa, el riesgo sigue siendo lo suficientemente alto como para justificar el cribado del cáncer hepático", señaló el Dr. Ioannou.

Preocupaciones futuras

Para un estudio de seguimiento, el Dr. Ioannou y sus colaboradores planean ajustar sus análisis a otros factores que influyen en el riesgo de cáncer de hígado, como edad e hígado graso no alcohólico. Otros estudios podrían aumentar el tiempo de seguimiento más allá de siete años y evaluar cómo los cambios en la diabetes, el control del peso y el consumo de alcohol podrían afectar al riesgo de cáncer de hígado.

Dra. Nicole Kim

"Con la disponibilidad de tratamientos antivirales de acción directa tolerables y eficaces, un número cada vez mayor de pacientes han sido o serán tratados y curados de su infección por el virus de la hepatitis C", manifestó a Medscape Noticias Médicas la Dra. Nicole Kim, una de las autoras principales y residente de hepatología de trasplante en la University of Washington, en Seattle, Estados Unidos.

"Por tanto, es importante que comprendamos mejor cómo puede cambiar el riesgo de cáncer de hígado después del tratamiento, para que podamos mejorar la atención que ofrecemos a esta población de pacientes", destacó.

Los autores del estudio afirmaron que los resultados deben ser validados en cohortes de no veteranos, así como en el seguimiento posterior a la pandemia de COVID-19, cuando las prácticas de cribado y diagnóstico estaban restringidas.

Dr. Amit Singal

"Varios estudios han demostrado que la vigilancia del carcinoma hepatocelular está infrautilizada en la práctica clínica, incluso en los pacientes que han tenido una respuesta virológica sostenida", manifestó a Medscape Noticias Médicas el Dr. Amit Singal, jefe clínico de hepatología y director médico del programa de tumores hepáticos del University of Texas Southwestern Medical Center, en Dallas, Estados Unidos.

El Dr. Singal, quien no participó en este estudio, está evaluando varias estrategias de intervención para aumentar la utilización de la vigilancia. Su grupo de investigación está llevando a cabo un ensayo aleatorizado multicéntrico mediante invitaciones de divulgación por correo y también está evaluando un biomarcador, PLSec-AFP, para identificar a los pacientes en mayor riesgo en quienes se podrían justificar estrategias de vigilancia más intensivas.

"Recientemente hemos validado el rendimiento de este biomarcador en una gran cohorte de pacientes con cirrosis, incluidos algunos con infección por el virus de la hepatitis C curada", concluyó.

El estudio fue financiado por una beca de NIH/NCI y un VA CSR& para el Dr. Ioannou. La redacción del manuscrito fue apoyada por los NIH para la Dra. Kim y el coautor Philip Vutien. El Dr. Singal ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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