Como sabemos, el lupus eritematoso generalizado es una enfermedad que si bien tiene prevalencia baja en la población general (menos de 1%), afecta a mujeres en edad fértil (entre 14 y 40 años de edad) y puede llegar a tener desenlaces fatales, sobre todo cuando hay afección renal. De hecho, de manera muy interesante, en estos últimos dos años se han aprobado nuevos fármacos para esta enfermedad y algunos han recibido nuevas indicaciones (como es el caso de belimumab, que ha recibido la aprobación para tratamiento de nefritis lúpica en los últimos meses). Con lo anterior, nuevos estudios han presentado información relevante a este respecto.
Uno de ellos fue en relación del uso de belimumab (terapia biológica anti-BLYSS) durante el embarazo (momento crítico de las pacientes con lupus eritematoso generalizado, ya que con frecuencia pueden llegar a presentar exacerbaciones de la enfermedad, sobre todo al final de la gestación) y los resultados fueron interesantes, puesto que no se observaron complicaciones de importancia ni peores desenlaces en aquellas mujeres expuestas a belimumab durante el primer trimestre; es importante recalcar que actualmente este fármaco no tiene aprobación para su uso durante el embarazo, pero estos datos son destacados y esperemos que en breve se tenga mayor información al respecto para que se pueda unir al grupo de fármacos modificadores de la enfermedad seguros a utilizar durante el embarazo.[1]
Otra información relevante se presentó con respecto al tiempo en que se logra una remisión clínica en pacientes con lupus eritematoso generalizado al presentar datos de nefritis lúpica, para evitar así la progresión a falla renal crónica (estado IV o más avanzado). Este estudio canadiense (con más de 400 pacientes) demostró que si se logra remisión de la nefritis lúpica durante el primer año posterior al diagnóstico, la posibilidad de que el paciente progrese a insuficiencia renal crónica es extremadamente baja; por otro lado (y como es lógico), en aquellos pacientes que en este periodo tienen dos o más recaídas el riesgo de alcanzar falla renal crónica prácticamente se cuadriplica.[2]
De ahí la importancia de hacer diagnósticos tempranos, pero sobre todo, ser agresivos con la inmunosupresión para lograr remisiones muy tempranas en cuanto a la afección renal, asegurando mejores resultados en el futuro.
Uno de los estudios más prometedores y revolucionarios presentados en el Congreso de la European Alliance of Associations for Rheumatology (EULAR) de 2022 fue el que habló sobre tratamiento de lupus eritematoso generalizado en base a células T con receptor de antígeno quimérico; se presentó información sobre un ensayo piloto (5 sujetos) en formas de lupus eritematoso generalizado grave (renal activo) y con refractariedad al tratamiento convencional.[3]
Si bien todos los sujetos tratados con esta terapia revolucionaria presentaron fiebre, ninguno de ellos reportó datos de tormenta de citocinas, la cual es una complicación siempre temida en estos pacientes. Los índices de remisión fueron extraordinariamente altos y estamos a la espera de este nuevo tipo de tratamiento que podría llegar a cambiar por completo el pronóstico de pacientes con lupus eritematoso generalizado grave y refractario.
Otro estudio relevante presentado fue el que indica retirar la inmunosupresión en sujetos con lupus eritematoso generalizado y nefritis lúpica dos a tres años posterior a alcanzar remisión clínica a este nivel; en teoría lo anterior sería deseable, ya que disminuiría el riesgo de efectos adversos relacionados a los inmunosupresores (principalmente infecciones o toxicidad hematológicas).[4]
Sin embargo, el estudio demostró que los pacientes a quienes se les retiró la inmunosupresión presentaron más frecuentemente recaídas renales (25% frente a 10% en los que mantuvieron la inmunosupresión) y además no se observó diferencia en la frecuencia de los efectos adversos. Por lo anterior, al parecer de momento no es una indicación clara el retiro definitivo de la inmunosupresión cuando se alcance la remisión de la nefritis lúpica, aun después de dos o más años de no presentar datos clínicos de actividad.
Por último, datos importantes se presentaron sobre el uso de anifrolumab (uno de los fármacos recientemente aprobados para su uso en lupus eritematoso generalizado) para conocer si es un buen fármaco para mantenimiento y sostenida. Se observó que este fármaco es útil para tal propósito; sin embargo, sería deseable conocer cuáles de estos individuos presentaban con mayor "claridad" la firma de interferón, para así hacer un tratamiento más enfocado.[5]
A diferencia de otros congresos, en esta ocasión logramos encontrar información nueva, tanto de indicaciones como de fármacos, en lupus e incluso se obtienen datos de nuevas terapias aún en fases 1 y 2, pero que seguramente en los próximos dos años, en caso de continuar con estos índices adecuados de respuesta, podamos ver en ensayos clínicos multicéntricos y tener mayores herramientas para el tratamiento de estos enfermos.
Siga al Dr. Javier Merayo Chalico de Medscape en español en Twitter @merayo_dr.
Para más contenido siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
Contenido relacionado |
CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime
Medscape © 2022 WebMD, LLC
Cualesquiera puntos de vista expresados antes son del propio autor y no necesariamente reflejan los puntos de vista de WebMd o Medscape.
Citar este artículo: Temas selectos en lupus eritematoso generalizado - Medscape - 14 de jul de 2022.
Comentario