El uso complementario de baclofeno puede ser útil para los pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) refractario que reciben dosis adecuadas de inhibidores de la bomba de protones (IBP), según los resultados de un ensayo clínico aleatorizado.[1] Sin embargo, la utilidad se limitó a un subgrupo de pacientes con probabilidad de asociación de síntomas positiva, que se calculó mediante la monitorización combinada de la impedancia intraluminal y el pH de 24 horas (pH-MII de 24 horas).
"El tratamiento complementario empírico con baclofeno en pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico que presentan síntomas típicos persistentes, a pesar del tratamiento con doble dosis de inhibidores de la bomba de protones, no parece estar justificado. El uso de baclofeno debe limitarse a los pacientes que presentan una probabilidad de asociación de síntomas positiva para los síntomas típicos de reflujo (acidez o reflujo o ambos) durante el tratamiento con inhibidores de la bomba de protones", concluyeron en Alimentary Pharmacology & Therapeutics los investigadores dirigidos por Ans Pauwels, Ph. D, maestra en ciencias farmacéuticas, de la Katholieke Universiteit Leuven, en Lovaina, Bélgica.
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Al pedirle su comentario, el Dr. Philip Katz, profesor de medicina y director de los Laboratorios de Función Gastrointestinal de Weill Cornell Medicine y coautor de una guía reciente sobre la enfermedad por reflujo gastroesofágico, dijo:[2] "Lo que me dice es que baclofeno puede ser útil para una población de pacientes que tiene un diagnóstico preciso de hipersensibilidad al reflujo. La dificultad de este estudio es que los pacientes a los que se esperaría que ayudara baclofeno, que eran los que cumplían los criterios de una verdadera enfermedad por reflujo gastroesofágico, no tuvieron ninguna mejora".
Los inhibidores de la bomba de protones son eficaces para reducir el reflujo ácido y favorecer la cicatrización del esófago en los pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico, pero tienen poco efecto sobre el reflujo no ácido. La pirosis suele estar relacionada con el reflujo ácido, pero el reflujo se produce con una frecuencia similar tanto en los episodios de reflujo ácido como no ácido.
Hasta 50% de los pacientes continúan con reflujo a pesar del tratamiento con inhibidores de la bomba de protones y muchos de ellos responden a dosis más altas de inhibidores de la bomba de protones. Sin embargo, a los que no responden les quedan pocas opciones de tratamiento.
Los episodios de reflujo suelen producirse durante las relajaciones transitorias del esfínter esofágico inferior (TLOSR) y este mecanismo es el predominante en la enfermedad por reflujo gastroesofágico leve y moderada. El baclofeno, un agonista de los receptores del ácido gamma-aminobutírico tipo B, reduce las relajaciones transitorias del esfínter esofágico inferior y los episodios de reflujo asociados tras las comidas. Pocos estudios han examinado el potencial clínico de baclofeno en la enfermedad por reflujo gastroesofágico rebelde y, por lo general, solo se utiliza tras determinar que el reflujo débilmente ácido en curso es la causa de los síntomas, utilizando la monitorización combinada de la impedancia intraluminal y la pHmetría de 24 horas.
En el estudio participaron unos 60 pacientes que se sometieron a vigilancia durante 24 horas mientras tomaban un inhibidor de la bomba de protones dos veces al día. Durante un periodo de preinclusión de dos semanas, los participantes rellenaron diarios y se les aleatorizó a placebo o baclofeno tres veces al día durante cuatro semanas. La dosis de baclofeno fue de 5 mg durante la primera semana y luego de 10 mg durante las tres semanas siguientes.
Al final del tratamiento, se repitió la vigilancia de monitorización combinada de la impedancia intraluminal y la pHmetría de 24 horas. Los investigadores no encontraron disminuciones significativas de los episodios de reflujo no ácido tras el tratamiento con placebo (p = 0,74 corregido) y observaron una tendencia a la reducción tras el tratamiento con baclofeno (p = 0,12 corregido).
Aunque los resultados no cambiarán significativamente su práctica, el Dr. Katz felicitó a los autores por la minuciosidad del estudio. Sin embargo, señaló que el bienestar es un criterio de valoración difícil de estudiar: "La importancia de este estudio para mí es que confirma que baclofeno no debería usarse empíricamente, ya que no hubo ninguna mejora en los pacientes que eran funcionales y fue difícil encontrar una mejora en cualquier grupo. Esto refuerza la necesidad de realizar un estudio exhaustivo del paciente con enfermedad por reflujo gastroesofágico".
El fármaco también ocasionó algunos problemas de tolerabilidad: de los pacientes que tomaron baclofeno, 16% dejaron de usarlo debido a efectos adversos como somnolencia, mareos, dolor de cabeza y náuseas.
Una limitación importante del estudio es que los investigadores reclutaron a pacientes con síntomas persistentes de enfermedad por reflujo gastroesofágico a pesar del uso de inhibidores de la bomba de protones. "Llamarla enfermedad por reflujo gastroesofágico rebelde es complicado porque no se demostró que tuvieran esa enfermedad antes de incluirse en el estudio. Por lo demás, los investigadores realizaron un estudio muy riguroso y cuidadoso para tratar de encontrar algún punto en el que baclofeno pudiera beneficiar a los pacientes", finalizó el Dr. Katz.
Los autores del estudio y el Dr. Katz declararon no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Este artículo fue publicado originalmente en MDedge.com, parte de la Red Profesional de Medscape.
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Citar este artículo: Baclofeno tiene utilidad limitada en la enfermedad por reflujo gastroesofágico - Medscape - 6 de jul de 2022.
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