La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que en el año 2020 se registraron 82 millones de casos nuevos de infecciones por Neisseria gonorrhoeae a nivel mundial en el grupo de edades entre 15 y 49 años. La tasa de incidencia global fue de 19 casos por cada 1.000 mujeres y de 23 casos por cada 1.000 hombres, expresó la Dra. Electra Nicolaidou, profesora de Dermatología en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas, en Atenas, Grecia, durante el Simposio de Primavera de la European Academy of Dermatology and Venereology (EADV) de 2022.[1]
Neisseria gonorrhoeae es estrictamente un patógeno humano, sin reservorio animal o ambiental conocido, y su éxito como patógeno humano es el resultado combinado de varias circunstancias: una impresionante variedad de factores de virulencia que permiten a esta bacteria afianzarse y adaptarse a los tractos genitales masculinos y femeninos, una capacidad camaleónica para experimentar una variación antigénica y de fase de alta frecuencia de las estructuras de la superficie que conduce a una variación clonal y la capacidad de subvertir el sistema inmunológico. Cuando las infecciones gonocócicas no se reconocen o no se tratan pueden volverse crónicas y las reinfecciones son comunes.[2,3]
Las complicaciones de la gonorrea no tratada incluyen enfermedad pélvica inflamatoria (que podría resultar en embarazo ectópico e infertilidad), epidídimo-orquitis, aborto en el primer trimestre de embarazo, riesgo hasta cinco veces mayor que la población en general de adquirir virus de inmunodeficiencia humana e infecciones oculares neonatales que podrían conducir a la ceguera.
La Dra. Nicolaidou expresó que el tratamiento de gonorrea es complicado debido a la gran capacidad de N. Gonorrhoeae para desarrollar resistencia a antibióticos, lo cual se ha expandido a lo largo de los últimos 80 años afectando antibióticos como penicilinas, tetraciclinas, ciprofloxacino, azitromicina, cefixima y ceftriaxona.[4]
En varios países la resistencia a ciprofloxacino es muy alta, la resistencia a azitromicina está en aumento y la disminución de la susceptibilidad a cefixima y ceftriaxona continúa emergiendo.
En 2017 los gonococos fueron incluidos en la lista de la OMS como uno de los 12 patógenos que requieren la creación de nuevos antibióticos con mayor urgencia.
Actualmente ceftriaxona es la última opción para el tratamiento empírico de primera línea de gonorrea en muchos países.
En el año 2020 se dieron a conocer las nuevas guías europeas para el diagnóstico y tratamiento de la gonorrea en adultos, en las que se recomienda una terapia antimicrobiana dual que incluye dosis altas de ceftriaxona y azitromicina (ceftriaxona 1 g más azitromicina 2 g) o ceftriaxona 1 g en monoterapia solo en entornos bien controlados para gonorrea no complicada cuando se desconoce la susceptibilidad antimicrobiana.[5]
En cambio, las guías de Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos de 2021 recomiendan ceftriaxona 500 mg vía intramuscular como dosis única en personas con peso corporal menor a 150 kg y ceftriaxona de 1 g vía intramuscular en personas con peso corporal mayor a 150 kg, además refieren que en casos donde existe riesgo de infección por clamidia se recomienda tratamiento con doxiciclina 100 mg vía oral cada 12 horas por siete días.6
En 2018 se aislaron cepas de N. gonorrhoeae resistentes a ceftriaxona y altamente resistentes a azitromicina en Reino Unido y Australia.
¿Cuándo sospechar falla en el tratamiento convencional?
Los síntomas no se resuelven en el curso de tres a cinco días posterior al tratamiento: Se recomienda realizar cultivo, prueba de sensibilidad/resistencia a antibióticos y pruebas de amplificación de ácido nucleico una semana después.
Prueba positiva en el recultivo del sitio de infección inicial en pacientes asintomáticos (pruebas de amplificación de ácido nucleico dos semanas después del tratamiento): Se recomiendan cultivo y prueba de sensibilidad/resistencia a antibióticos.
¿Cuál es el tratamiento recomendado en pacientes con gonorrea resistente a ceftriaxona?
En base a las guías europeas para el diagnóstico y tratamiento de la gonorrea en adultos 2020 se recomienda el uso de espectinomicina 2 g vía intramuscular como dosis única en conjunto con azitromicina 2 g vía oral dosis única o gentamicina 240 mg vía intramuscular como dosis única en conjunto con azitromicina 2 g vía oral dosis única.[6]
Nuevos fármacos en estudio
Zoliflodacina: representa una nueva terapia oral prometedora para las infecciones resistentes a los fármacos causadas por N. gonorrheae; actualmente en un ensayo clínico global de fase 3 es el primero de una nueva clase de agentes antibacterianos llamados espiropirimidintrionas. Tiene un modo único de inhibición contra las topoisomerasas bacterianas de tipo II con sitios de unión en la girasa bacteriana que son distintos de los de las fluoroquinolonas. Zoliflodacina es bactericida, con una baja frecuencia de resistencia y una potente actividad antibacteriana contra N.gonorroheae, incluidas las cepas multirresistentes (concentración mínima inhibitoria (MIC) ≤ 0,002 a 0,25 μg/ml).[7]
Gepotidacina: un nuevo antibiótico triazaacenaftileno. Es bactericida como resultado de su potencial único para inhibir la actividad de la ADN topoisomerasa II dirigida a los genes gyrA y parC. Gepotidacina tuvo 0,12 y 0,25 mg/l de MIC 50 y MIC 90 contra 25 cepas de gonococos, que incluyen cinco cepas resistentes a ciprofloxacina, respectivamente. Los estudios de sinergismo también revelaron que cuando gepotidacina se combinaba con azitromicina, levofloxacina, tetraciclina y ceftriaxona, no se observaba hostilidad, mientras que la combinación de gepotidacina y moxifloxacina tenía un efecto sinérgico. El estudio de este fármaco en su fase 2 demostró que las dosis orales de gepotidacina tuvieron 95% de éxito en el tratamiento de la gonorrea genitourinaria sin complicaciones.[8,9]
Vacunación
La Dra. Nicolaidou refirió que la variabilidad antigénica de N. Gonorrhoeae dificulta el desarrollo de una vacuna, sin embargo, los datos ecológicos han mostrado una marcada reducción en la incidencia de gonorrea posterior a la vacunación masiva contra el meningococo grupo B. Actualmente no hay ninguna vacuna autorizada para la gonorrea y las que se han probado no tuvieron éxito.
Punto clínico
El acceso a las pruebas adecuadas, el diagnóstico, la susceptibilidad a los antimicrobianos y el seguimiento de los pacientes con gonorrea son esenciales para el adecuado control, teniendo como objetivo mitigar la aparición o propagación de la gonorrea resistente a fármacos.
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Citar este artículo: Resistencia antimicrobiana en Neisseria gonorrhoeae: una amenaza global emergente - Medscape - 20 de jun de 2022.
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