COMENTARIO

Infodemia: la otra pandemia

El blog de la internista

Dra. Jesica Naanous Rayek

Conflictos de interés

14 de junio de 2022

Encuentre las últimas noticias y orientación acerca de la COVID-19 en el Centro de información sobre el coronavirus (SARS-CoV-2).

En un mundo dominado por la tecnología la información es basta y se propaga rápidamente sin importar barreras geográficas, ¿pero será posible que exista demasiada información?, ¿la infodemia puede ser un problema?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la infodemia como la "sobreabundancia de información en línea o en otros formatos e incluye los intentos deliberados por difundir información errónea para socavar la respuesta de salud pública y promover otros intereses de determinados grupos o personas. La información errónea y falsa puede perjudicar la salud física y mental de las personas, incrementar la estigmatización, amenazar los valiosos logros conseguidos en materia de salud y espolear el incumplimiento de las medidas de salud pública, lo que reduce su eficacia y pone en peligro la capacidad de los países de frenar la pandemia".[1] Así pues, la infodemia toma parte de la epidemia en su nombre, dado que se puede esparcir tan rápida y tan peligrosamente como una enfermedad infecciosa.

La gran cantidad de información que ha circulado estos últimos años sobre COVID-19 y algunos otros temas de salud ha llevado a que los diferentes medios de comunicación y redes sociales exploten de contenido médico. No obstante, en muchas ocasiones es información no veraz, no verificada o de fuentes no confiables, lo que dificulta al lector el procesamiento y el juicio de dicha información, llevándolo a compartirla y ampliar su difusión y esto puede crear una ola de desinformación y caos, objetivo opuesto de la meta original.

La desinformación no es un problema nuevo: las pandemias previas no estuvieron exentas de esta situación. Sin embargo, dicha problemática se agrava actualmente debido a que nos enfrentamos por primera vez a una pandemia en la era digital. Es decir, nos encontramos en un contexto en el que con un simple clic podemos compartir información y hacerla llegar hasta cualquier parte del mundo, sin siquiera medir las consecuencias que esto puede tener. 

La poca regulación de las redes sociales y la forma de operar de sus algoritmos han favorecido el crecimiento de campañas de desinformación, las cuales han llevado a miles de personas a cosas inverosímiles, conspiranoicas o francamente absurdas. Esto podría ser un tema anecdótico si no fuera porque estamos hablando de cuestiones de salud, que pueden poner en gran peligro a quienes las creen, tanto como a las personas a su alrededor. Incluso, en algunos países, estas nociones falsas han moldeado o delineado decisiones de instancias gubernamentales y sanitarias.

Bajo ese contexto, cabe preguntarse cuál es nuestro papel como médicos o personal de salud. 

A pesar de que existen instancias específicas que tienen la misión de informar a la población general, mi punto de vista es que los médicos podemos contribuir a la difusión de contenido veraz y accesible a la gran cantidad de gente que está buscando encontrar respuestas en cuestiones de salud en las diferentes plataformas de comunicación y en redes sociales. Como médicos podemos tener el poder de frenar esta infodemia, ofreciendo información confiable, accesible y de calidad a nuestros pacientes, familiares, amigos o en redes sociales. Sobre todo, privilegiando el diálogo, tratando de comprender el origen de estas creencias y, si es posible, comprender el entorno socio-cultural de la persona. Debemos de evitar compartir información a la "ligera" sin antes verificar su veracidad, el origen de esta y las fuentes. 

Por otra parte, podríamos pensar que nosotros como personal de salud no sucumbimos a la infodemia, pero ¿será cierto? En el transcurso de dos años y medio se han publicado miles de artículos y guías respecto a este tema. En una rápida búsqueda en PubMed podemos documentar que la búsqueda de COVID-19 arroja aproximadamente 129.200 artículos y al buscar COVID vaccine encontramos otros 24.200 resultados. Esta gran proliferación de información plantea serios retos que se deben tomar en cuenta para hacer un análisis adecuado de la misma y poder reconocer los artículos de impacto y con adecuada metodología. 

En ese sentido, el aumento de las preimpresiones (artículos no revisados por pares) desempeñó una parte importante en la desinformación. Al no pasar por un proceso de revisión antes de su publicación, este tipo de artículos ocasionó que algunos médicos tomaran decisiones basadas en información imprecisa. Incluso algunos publicados al principio de la pandemia fueron retirados posteriormente, ya que los autores se retractaron. 

En el blog Retraction Watch, fundado por el Dr. Ivan Oransk, exvicepresidente editorial de Medscape, y Adam Marcus, Ph. D., editor de Gastroenterology & Endoscopy News, hasta el momento se enlistan más de 200 artículos que han sido retractados.

Podría parecer sencillo discernir entre una noticia falsa y una noticia verídica, pero como hemos visto durante la pandemia, no es así. Esta infodemia afecta a todos por igual, de todas las clases sociales y todos los niveles académicos. Incluso he conocido a personal de salud que ha caído en las "garras" de estos mitos y noticias falsas. 

Como médicos tenemos un papel importante para acabar con esta problemática. Verifiquemos nuestras fuentes antes de compartir información, incluso cuando a primera vista parezcan confiables. Valoremos la metodología utilizada. No nos dejemos guiar solo por títulos atractivos. Compartamos nuestros conocimientos con familiares, amigos y pacientes. Todo esto contribuirá a limitar la desinformación y a exponer a grupos contrarios a la ciencia que ponen en riesgo hasta la salud de las personas (como los grupos antivacunas de los cuales hablaremos en una siguiente ocasión).

Y tú, querido lector, ¿qué otras acciones crees que podemos tomar para combatir la infodemia? 

La Dra. Jesica Naanous Rayek es especialista en medicina interna, egresada como médica cirujana de la Universidad Anáhuac México Norte y actualmente forma parte del grupo médico del Centro Médico ABC en la Ciudad de México, México. Es apasionada por la enseñanza y poder transmitir sus conocimientos, lo que ha logrado con ayuda de su Instagram. La puedes seguir también en Facebook y TikTok.

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