COMENTARIO

5 puntos clave para recomendar protector solar a tu paciente

Dra. Zaira Dennis Chávez López

Conflictos de interés

1 de junio de 2022

La radiación ultravioleta (290 a 400 nm) es responsable de varios efectos perjudiciales agudos y crónicos en la piel humana, que incluyen quemaduras solares, fotoenvejecimiento y cáncer de piel.[1]

La radiación ultravioleta del espectro electromagnético emitido por el sol se divide en tres tipos, según su longitud de banda: ultravioleta A (UVA) de 315 nm a 400 nm, ultravioleta B (UVB) de 280 nm a 315 nm y ultravioleta C (UVC) 100 nm a 280 nm.

La radiación ultravioleta B representa solo 5% de la radiación ultravioleta que llega a la superficie terrestre y es responsable de quemaduras solares, inflamación, hiperpigmentación y fotocarcinogénesis. En cambio, la radiación ultravioleta A constituye casi 95% de la radiación ultravioleta que llega a la tierra y se le atribuye el fotoenvejecimiento y la hiperpigmentación y puede estar involucrada en la carcinogénesis de la piel.[2,3]

La fotoprotección, en general, es crucial para prevenir o reducir los daños potenciales asociados con la exposición a los rayos ultravioleta. Los fotoprotectores son preparaciones tópicas que contienen filtros que reflejan o absorben la radiación en el rango de longitud de onda ultravioleta.

1. Tipos de fotoprotector.

Los fotoprotectores se clasifican en orgánicos (protectores solares químicos) e inorgánicos (protectores solares físicos). Los fotoprotectores de amplio espectro son generalmente combinaciones de productos con protección solar que pueden absorber la radiación ultravioleta A y B.[4]

  • Fotoprotectores orgánicos: incluyen una variedad de compuestos aromáticos que absorben la radiación ultravioleta y la convierten en una cantidad insignificante de calor. Algunos agentes orgánicos, como los cinamatos y los salicilatos, absorben específicamente los rayos ultravioleta B. Entre los cinamatos, octinoxato es el filtro ultravioleta B más utilizado en todo el mundo.[4,5] Las benzofenonas brindan protección contra los rayos ultravioleta B y ultravioleta A con longitud de onda corta (UVA2). Oxibenzona (benzofenona-3) es el filtro ultravioleta A más utilizado en todo el mundo. Avobenzona es un filtro eficaz para la radiación ultravioleta A con longitud de onda larga (UVA1), pero es extremadamente fotolábil y debe estabilizarse con otros compuestos como el octocrileno, un absorbente de rayos ultravioleta B débil. Los fotoprotectores de amplio generalmente se producen combinando filtros con espectros de absorción ultravioleta variables.[5]

  • Fotoprotectores inorgánicos: se constituyen por compuestos minerales, como el óxido de zinc y el dióxido de titanio, que reflejan y dispersan la luz ultravioleta en una amplia diversidad de longitudes de onda, aunque estudios recientes han demostrado que estos compuestos y en particular las preparaciones micronizadas, absorben la radiación ultravioleta en lugar de reflejarla. Los filtros solares inorgánicos son estables y tienen un bajo potencial irritante y sensibilizante. Los filtros solares inorgánicos ofrecen protección de amplio espectro contra los rayos ultravioleta B, ultravioleta A con longitud de onda corta y ultravioleta 1.[6]

  • Fotoprotectores con color: este tipo de fotoprotectores está ampliamente disponible en el mercado en diferentes tonalidades para todo tipo de fototipos de piel y contienen, además de filtros ultravioleta, una combinación de pigmento de dióxido de titanio no nanométrico (blanco) y óxidos de hierro (amarillo, rojo y negro), los cuáles brindan protección contra la radiación ultravioleta, incluida la ultravioleta A con longitud de onda larga (340 a 700 nm) y luz visible (400 a 700 nm).[7]Se ha demostrado que la luz visible, sola o en combinación con la radiación ultravioleta A con longitud de onda larga, induce la pigmentación en personas con fototipos de piel oscura (Fitzpatrick IV a VI). Los fotoprotectores que contienen una concentración de óxidos de hierro de al menos 3% son especialmente útiles para pacientes con trastornos de hiperpigmentación.[8]

2. Factor de protección solar y espectro

El factor de protección solar se encarga de medir la capacidad de los fotoprotectores para proteger contra una reacción de quemadura solar, la cual es causada principalmente por radiación ultravioleta B. Este parámetro mide la dosis mínima de radiación solar que produce eritema perceptible en la piel protegida con fotoprotector, en relación con la piel sin protección.

La evaluación del factor de protección solar es en condiciones experimentales utilizando una fuente de luz que simula la radiación solar. La Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos solo aprueba como "amplio espectro" aquellos fotoprotectores que protejan contra radiación ultravioleta B y ultravioleta A.

El valor del factor de protección solar no es linear, de hecho, la radiación ultravioleta B absorbida por fotoprotectores con factor de protección solar de 15, 30 y 50 es de 93%, 97% y 98%, respectivamente.[9]

3. Formulaciones.

La mayoría de los filtros ultravioleta B, especialmente aquellos con alto factor de protección solar, proveen protección contra radiación ultravioleta A con longitud de onda corta, sin embargo, solo tres sustancias satisfacen la definición de protección ultravioleta A con longitud de onda larga: avobenzona, óxido de zinc y dióxido de titanio.

Avobenzona típicamente se mezcla con filtros orgánicos que protegen contra radiación ultravioleta B y ultravioleta A con longitud de onda corta (p. ej., benzofenona, octocrileno y cinamatos) o con filtros inorgánicos que brindan un mayor espectro y fotoestabilidad.[10]

Los ingredientes que brindan fotoprotección son solubles en aceite, por lo que se han creado diversas fórmulas para adaptarse al tipo de piel de los pacientes, por ejemplo, las emulsiones que contienen agua o los productos que utilizan etanol para crear una consistencia más ligera (espray, gel) que en algunos casos podrían ser irritantes.[11]

Los fotoprotectores se pueden etiquetar como "resistentes al agua" cuando el factor de protección solar se mantiene al estar en contacto con agua, ya sea por alguna actividad acuática o por sudoración posterior a 40 a 80 minutos. Algunos fotoprotectores requieren ser aplicados varios minutos antes de realizar la actividad para formar una película resistente al agua sobre la piel.[12]

4. Uso adecuado del fotoprotector.

El fotoprotector debe ser aplicado en la piel expuesta a la radiación solar varias veces al día (se recomienda 15 a 30 minutos antes de la exposición solar) y en cantidades adecuadas para alcanzar el factor de protección solar que anuncia cada producto.

El cálculo en general es de 2 mg/cm2, lo cual es aproximadamente equivalente a la cantidad de fotoprotector requerida para llenar un vaso de 30 ml, el usar una cantidad menor de fotoprotector, por ejemplo, 1 mg/cm2, proporcionaría aproximadamente un tercio del factor de protección solar debido a la relación no lineal entre el factor de protección solar efectivo y la cantidad de protector solar aplicado.[13,14]

Existen técnicas sencillas que se pueden indicar a los pacientes para asegurarnos de que se aplican la cantidad adecuada de fotoprotector, por ejemplo, la "regla de las 9 cucharaditas", en donde se aplica aproximadamente: 1 cucharadita de fotoprotector en cara y cuello, 1 cucharadita en cada extremidad superior, 2 cucharaditas en tronco anterior y posterior, y 2 cucharaditas por cada extremidad inferior.[15]

5. Efecto ambiental.

Existe una creciente preocupación con respecto a los efectos ambientales de los filtros ultravioletas orgánicos de uso común, que incluyen oxibenzona, 4-metilbencilideno alcanfor, octocrileno y octinoxato.[16,17]

En estudios in vitro se ha demostrado que la oxibenzona causa el blanqueamiento de los arrecifes de coral, lo que induce la osificación y la deformación del ADN en la etapa larvaria.[18] Estas preocupaciones son las que llevaron a Hawái a aprobar leyes contra la venta y distribución de protectores solares que contienen oxibenzona y octinoxato. El proyecto de ley fue promulgado por el gobernador el 3 de julio de 2018 y entró en vigor en enero de 2021. Key West, Islas Vírgenes de Estados Unidos, Palau, Bonaire y sitios de reservas naturales en México también han aprobado prohibiciones similares.[19]

Es importante tomar en cuenta que el calentamiento global que produce una temperatura más cálida en los océanos continúa siendo la causa principal del blanqueamiento de los corales.[20]

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